Doña Miriam, chavista en el exilio

Doña Miriam, chavista en el exilio

 

VÍCTOR SUÁREZ –
¿Qué fue lo que le pasó a Miriam? Nada, que siendo chavista a toda prueba un tal ministro Iturriza la mandó a botar porque se negó a asistir a una marcha chavista. Más nada. ¿Y qué es de la vida de Miriam? Nada, que emigró y el gobierno de España le otorgó refugio por razones humanitarias. ¿Cuándo fue eso? Antier, el 26 de junio de este año. ¿Y a ti qué te importa? Nada, que el amor siendo humano tiene algo de divino. No se imagina Miriam el boquete que abrió.

A Miriam los tribunales españoles no le llaman Miriam sino Doña Miriam, según consta en su expediente de la Audiencia Nacional. No se menciona su apellido, ni su condición marital, ni su trayectoria laboral previa a su ingreso en la nomenklatura peso medio, ni su carga familiar, ni su aporte al acervo cultural venezolano. De Doña Miriam solo se sabe que nació en Maracaibo hace 51 años, que es licenciada en Artes Plásticas con maestría en Museología, que su familia está compuesta por madre (residente en Maracaibo) y hermana (residente en España) y que se ha autocalificado como “profundamente chavista” una vez que llegó en petición de auxilio internacional a la Oficina de Asilo y Refugio de Madrid el martes 15 de septiembre de 2015.

Miriam aterrizó en Madrid, sin toque en ningún otro país, el 23 de abril de 2015, y esa fecha sellada en el pasaporte incitó al funcionario que la atendió a levantar la ceja de las dudas. Paco Fronteras recordaba que en un curso sobre la Convención de Ginebra (Estatuto de los Refugiados de 28 de junio de 1951) decían que la tardanza en la petición de asilo permite suponer razonablemente que las causales han perdido vigencia. Sin embargo, el funcionario siguió halándole la lengua a quien a partir de ese momento sería Doña Miriam. Supo que su última posición en Venezuela, dentro del organigrama gubernamental, fue la de Directora de Línea de la Oficina de Cultura y Formación del ministerio del poder popular para las comunas y la protección social. Es decir, el ministerio encargado de la construcción del socialismo sXXI. Ha tenido doce ministros desde su creación en 2004. Seis figuras han ejercido la cartera desde que Reinaldo Iturriza estuvo allí entre 2013 -2014. Entre los órganos y entes adscritos a ese ministerio se encuentran Gran Misión Hogares de la Patria, Misión Negra Hipólita, Banco del Pueblo Soberano, FundaComunal y Fondemi. Ningún museo, ninguna plataforma “plástica”, puro populismo y distribución de miserias. Por allí pasó el ideólogo de Podemos en España, Juan Carlos Monedero. Hoy se le denomina Ministerio para las Comunas y Movimientos Sociales.

Doña Miriam, chavista en el exilioDoña Miriam solo había presentado su pasaporte vigente y un escrito en dos folios en los que contaba su personal historia de lo que llamaba persecución, acoso, intenciones de exterminio, despido improcedente, discriminación política, exposición al desprecio público, degradación profesional, la empresa privada me llama “chavista” y la empresa pública me llama “traidora”, aislamiento, sin aire acondicionado, sin teléfonos gratis, sin automóvil con chofer y sin escoltas. Pura boquilla. Ni un recibo, ni una orden, ni una resolución, ni un whatsapp, ni una grabación furtiva, como documentos de prueba. Lo que dijo en las entrevistas registradas fue casi calcado de lo que había presentado en forma escrita.

TÚNEL Y LIMBO

A fecha de diciembre de 2017 había 34.871 solicitudes de asilo pendientes de respuesta en España, de las que 12.400 eran de personas procedentes de Venezuela, según informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

El Estado español no ha estado ofreciendo respuesta oportuna y adecuada a una situación que se ha desbordado desde hace un par de años. Muchos solicitantes reposan en un limbo: ni los admiten ni los expulsan. Es posible que al pasar tres años puedan solicitar residencia por arraigo.

En el período de estudio de las solicitudes la entrevista inicial es apenas la entrada en un túnel cuyo tránsito podría durar años. Los pasos que teóricamente cumplen los organismos encargados de admitir las solicitudes de asilo o protección internacional, se resumen en un proceso de interrogatorio estricto y minucioso, de 5 a 7 horas, que se va a repetir hasta tres veces, mediante los cuales las autoridades detectan si la declaración inicial coincide con las siguientes, aparte de que les otorga tiempo para verificar datos que eventualmente podrían ser inciertos. Al final vendrá la citación para informar que ha sido o no admitida la solicitud de asilo. A Doña Miriam se la negaron el 2 de marzo de 2017, pero recurrió el 17 de mayo y trece meses después la Audiencia Nacional le concedió residencia en España por razones humanitarias. No es asilo, se trata de otra figura.

MIEDO CREÍBLE

Las entrevistas son vitales. Además de exponer el caso en detalle, va a permitir al peticionario cumplir con su máxima divisa: transmitir al funcionario de migración lo que se ha dado en llamar Miedo Creíble. “Recuerda que lograr mostrar miedo creíble en tu entrevista será lo que te permita no sólo ganar el caso sino no ir a la corte, que sin duda es una nueva fase que te va a generar costos extras y una espera aún más larga en el país sin una decisión definitiva”, aconseja un bufete de abogados que se ocupa de adiestrar a solicitantes con dinero para pagar tal asesoría.

Doña Miriam, chavista en el exilioA su vez, la Oficina de Asilo y Refugio de Madrid, en este caso, hace su trabajo tras bambalinas. Y para ello se toma su tiempo. Consulta el almanaque mundial, lo que dicen sus embajadas, los gobiernos y las ONG especializadas en derechos humanos, las pertinencias del Departamento de Estado de EEUU, los dictámenes de los organismos de DDHH de la ONU y de la Unión Europea, como Acnur, la Oficina Internacional de Migraciones (OIM) y la European Asylum Support Office (Easo). En Venezuela existe documentación gigante y copiosa sobre terribles violaciones a los DDHH de toda la sociedad, pero pocos ápices sobre las violaciones de los derechos humanos que se cometen los chavistas entre sí. Los chavistas no han sufrido purgas del tamaño del silbato de Chávez contra la médula profesional de Pdvsa, ni han estado en el trance de ser discriminados de por vida en listas Maisanta. Los chavistas no han sido forzados a salir por patas de su país. Doña Miriam ha pedido asilo simplemente porque la despidieron de su trabajo en el gobierno, aun siendo chavista.

Doña Miriam en la entrevista y en su escrito no logró demostrar ni suficiente Miedo Creíble ni razones valederas para recibir protección internacional. Por más que buscaron, los abogados del Estado español lo que encontraron fue puro pajar.

CRONOLOGÍA DE UN SUFRIMIENTO
(ENTREVISTA EDITADA)

-¿Cuándo comenzaron los problemas?

-Hace aproximadamente dos años (2013). Me ofrecieron un cargo en el ministerio de las Comunas y Protección Social, que en el momento me pareció muy bien porque iba enganchado con mi momento profesional y social.

-Estando en ese ministerio me involucré mucho con el proyecto revolucionario con el presidente Chávez, (durante) unos 5 años.

-Tras la muerte del presidente Chávez, yo pensaba que de alguna manera, me gustaran o no las decisiones políticas que se tomaran en el momento, en mi espacio laboral no me afectarían demasiado, ni a mi unidad ni a mi labor.

-Yo nunca salí a la calle con banderas ni teníamos posiciones políticas demasiado marcadas. Desarrollábamos nuestro trabajo sin más.

-Cuando Maduro asume su cargo (Presidente), cambia todo el gabinete. Todos los ministerios estábamos bastante conectados a través del sistema de protección social. Este sistema se disuelve con el cambio de gabinete, se retoman viejas costumbres en los ministerios, también en el mío.

-¿En qué consisten esas viejas costumbres?

-Cada ministerio comenzó a tirar para su lado y dejó de haber un trabajo interministerial y dejamos de llegar a la población a la que había que llegar.

-Los recursos se diluyeron. Entra un nuevo equipo de trabajo. En mi caso, comenzó a haber imposiciones, acosos, dejaban a la oficina sin aire acondicionado, cambiaban la cerradura de la oficina, etc. Me eliminan mi programa social y me dejan fuera de lugar, tras haber adquirido compromisos con la comunidad, minando mi imagen ante ella.

-Me dirijo a Recursos Humanos para preguntar qué ocurre ante el cierre de la oficina y me dicen verbalmente sin notificación oficial que debo abandonar la oficina. Me facilitan una llave prestada para ir a la oficina –donde estaban las pertenencias mías y de mi equipo-.

-Me dirijo a mi director general a preguntarle qué ocurre. No me atiende personalmente. Me atiende su secretaria, que me dice que tome la llave pero no me termina de aclarar mi situación laboral.

-Al pasar los días, una vez cortadas todas las líneas de trabajo de mi oficina, recibo unas solicitudes por SMS indicando que debo ir a la comunidad con un trabajo distinto al que venía desarrollando y que no me ponía negar, sin un solo papel oficial que lo indique.

-Fui a una de las reuniones convocadas, donde estaba el nuevo ministro (Reinaldo Iturriza) y su gabinete. Tuve un enfrentamiento directo con el ministro por algunas indicaciones que me daba. Si bien es cierto que yo trabajaba en la parte cultural, era muy «movida» en estas comunidades, se participaba mucho. Hacíamos asambleas no políticas sobre qué es lo que quiere la comunidad. En la comunidad era muy conocida. El nuevo ministro pretendía que yo, al ser conocida en la comunidad, desarrollara un trabajo político partidista al servicio del gobierno.

-En ese primer enfrentamiento, cuestioné sus órdenes y fui vetada. Además de la degradación laboral que padecí con expulsión de la oficina, cosas como quitarnos los teléfonos celulares corporativos, los transportes, etc. cuando los barrios en que actuamos son complicados con altos niveles de delincuencia, nos quitaron la seguridad, etc. A pesar de todo, mi equipo y yo seguimos yendo a trabajar, lo que no fue del agrado del ministro.

-Como yo no acataba las órdenes, obligaron a todo el personal a acudir a una manifestación. Yo no fui porque nunca había participado en ninguna marcha, independientemente de que yo creía profundamente en el proyecto revolucionario. Pero no estaba de acuerdo en que aquello fuera obligado. Creo que cada quien debe decidir su posición política y no me importaba que mi personal fuera chavista sino que hicieran bien su trabajo, como así fue.

-Tras esto, sigo oponiéndome a ir a las marchas y otras obligaciones que se me imponen y que no constituyen (parte de) mi trabajo. Me piden la renuncia. Renuncio sin mayor problema puesto que era un cargo de libre remoción.

-Después, comienzo a buscar empleo en otras partes, siguiendo en mis convicciones. Me llaman de la Fundación Museos Nacionales para ofertarme un cargo. Cuando estamos en los trámites cambia nuevamente el gabinete ministerial de Maduro y el ministro de Comunas y Protección (Iturriza) es el nuevo ministro de Cultura (Iturriza). A las dos semanas me llaman por teléfono y me dicen que no me incorporaré al equipo de trabajo. Voy a cuantas instituciones hay y pasa lo mismo.

-Acudo al sector privado y soy tildada de chavista porque había trabajado en un ministerio en un cargo de libre remoción. De esto hace unos dos años.

-Así pues, me vi con todas las posibilidades cerradas, no solo en Caracas sino también en Maracaibo. Una serie de profesionales entre los que me encuentro nos sentimos vetados en todas partes por este nuevo gobierno.

-Viendo que todas las puertas estaban cerradas, que si sabe la gente que has trabajado en un ministerio, te gritan en la calle por chavista, etc. (me lo han hecho) y tus antiguos compañeros te ven como una traidora.

-Así las cosas, me vengo con mi hermana y aquí estoy (en España).

-¿Tuvo alguna amenaza explícita?

-Explícita no. Simplemente me acosaron laboralmente por mi posición política.

-¿Habría solucionado la situación trasladarse a otro lugar de Venezuela?

-No. De hecho lo traté. Pasé de Caracas a Maracaibo, me fui a casa de mi madre el año pasado (2014). Mi rama profesional es estrecha, hay solo dos museos en Maracaibo y no pude colocarme porque no hay plazas, y además porque tenía las puertas cerradas en el sector privado por chavista y porque en el sector público todo pasaba en Cultura por el actual ministro, Iturriza, con el que tuve el enfrentamiento.

-¿Por qué eligió España?

-Primero porque mi hermana está aquí. Además porque yo estudié aquí y me manejo bien en este país, hablamos el mismo idioma.

LA UTOPÍA

En el petitorio escrito, Doña Miriam añade otros detalles:

“Vengo de una familia de clase obrera, mi madre es maestra normalista y mi padre sin estudios formales hizo la vida como comerciante. Soy la mayor de tres hermanos que con mucho esfuerzo y constancia hemos podido estudiar y desarrollarnos en nuestras áreas laborales.”

“Hace ya más de tres meses que me encuentro en este país (España), y comienzo a extrañar a todos y todo, mi casa, mi familia, mis amigos, mis olores cotidianos y la maravillosa vista al Cerro del Ávila en Caracas, donde vivía y la ciudad que me acogió hace 17 años”.

“Al mismo tiempo me cuestiono por qué estoy aquí, aunque he sido consciente de la realidad constante en mi país, el alto costo de la vida, la escasez de alimentos, productos de uso básico, el deterioro de los servicios públicos en especial el sector sanitario que merma potencialmente el estado de bienestar, así como el desborde de la delincuencia, siendo víctima en varias oportunidades del hampa, sin embargo muy a pesar de ello siempre aposté por estar en Venezuela como mi única opción de vida”.

“Nunca había militado en ningún partido o grupo político ya que los proyectos propuestos por los gobiernos (anteriores) no se parecían en nada y tenían poco en común con mis creencias particulares sobre el bienestar social de mi país. Solo hasta que se comenzó un proceso político más interno (o así lo creía yo hasta el momento) basado en las teorías filosóficas del Maestro Simón Rodríguez”.

“Esto si tenía mucho en común con mi pensamiento y mi acción, y (entonces) decidí escuchar y valorar aquella utopía.”

“En el 2009 fui seleccionada para una beca de estudios para la Universidad de Sevilla y decidí declinar la oferta, porque estaba inmersa en proyectos laborales que suponían para mí un gran compromiso político de transformación comunitaria.”

“Durante este periodo comienza mi militancia política creyendo personalmente que el «Proyecto Nacional Simón Bolívar» generaría grandes transformaciones en la sociedad, sintiéndome parte del mismo en el desarrollo de proyectos culturales para las comunidades menos privilegiadas y en riesgo social”.

“Me han cortado (el gobierno de Maduro) la posibilidad de una vida digna, el derecho al trabajo, el derecho a la libertad de pensamiento, solo por creer en una utopía».

SIN MÉRITOS

Doña Miriam, chavista en el exilioLa deposición de Doña Miriam entra entonces en cuarentena. El ministerio del Interior de España, que también atiende las migraciones y los asilos y los refugios, estudia el caso. Lo eleva a la delegación de Acnur en España, que niega la solicitud. Lo estudia la Comisión Interministerial de Asilo y Refugio, que también niega la buena pro. El ministerio se apega a lo que han dicho los demás.

Pero la ley permite a Doña Miriam recurrir el dictamen. Ahora la instancia que se ocupará de su asunto es la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional. Su caso ha llegado a la más alta instancia. Requiere de una abogada y la consigue: letrada Raquel Uría Otero. Los representantes del Estado ratifican que no hay méritos para que se otorgue asilo. No ha recibido ninguna amenaza explícita. Diferentes organizaciones políticas, de derechos humanos, nacionales e internacionales, han denunciado prácticas sistemáticas de torturas, abusos, detenciones arbitrarias y otras violaciones de los derechos humanos cometidos por el Gobierno de Venezuela. Y en ningún reporte aparece Doña Miriam como afectada. Ha habido ejecuciones extrajudiciales por la policía y las fuerzas de seguridad; tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes; condiciones carcelarias difíciles y amenazantes para la vida, además de la ausencia de derechos del debido proceso, que contribuyeron a la violencia generalizada, disturbios, lesiones y muertes en las cárceles; centros juveniles de detención inadecuados; corrupción e impunidad en las fuerzas policiales; arrestos y detenciones arbitrarios; maltrato de presos políticos; interferencia en los derechos a la vida privada; ausencia de respeto del gobierno por la libertad de asociación; corrupción en todos los niveles del gobierno; amenazas contra las ONG nacionales; violencia contra las mujeres; declaraciones antisemitas de altos funcionarios gubernamentales; trata de personas; violencia por razones de orientación sexual e identidad de género; restricciones en el derecho de asociación de los trabajadores. Y no hay rastros de Doña Miriam como ciudadana en problemas de algún tipo, ni oponiéndose ni protestando por lo que le sucedía a toda la sociedad, menos a ella o incluso a ella.

La solicitante, dicen los abogados del Estado, no ha aportado documentación referida a los supuestos acosos, vetos, imposiciones y degradaciones laborales padecidas… Lo que si encuentran es que Doña Miriam creía profundamente en el proyecto revolucionario. No hay dudas, y así lo imprimen en los recaudos.

NOTA SALVADORA

Pero cuando ya la Sala de lo Contencioso estaba a punto de fallar en ratificación de la primera resolución del ministerio del Interior (negar el asilo), ocurre un hecho extraordinario que cambió la vida de Doña Miriam y seguramente cambiará la de las 12 mil y tantas peticiones de asilo que se encuentran encarpetadas desde hace años. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) emitió el 18 de marzo de 2018 una recomendación denominada «Nota de Orientación sobre el Flujo de Venezolanos».

Según la Sala de la Audiencia Nacional, en esa nota Acnur alienta a los Estados a garantizar que los venezolanos tengan acceso a los territorios y a los procedimientos de determinación de la condición de refugiado. Además, interpreta que Acnur pide a los gobiernos que adopten respuestas pragmáticas de protección para los nacionales venezolanos que garanticen su residencia legal u otras fórmulas humanitarias de regularización que garanticen el acceso a los derechos básicos de salud, educación, unidad familiar, libertad de movimiento, albergue y el derecho al trabajo y garantice la no devolución a Venezuela.

De manera que la recomendación de Acnur sería aplicable a Doña Miriam.

QUÉ MADRE

Doña Miriam, chavista en el exilioA partir de allí Doña Miriam se convierte en un sujeto del derecho totalmente distinto, a la luz de la magistratura. Cuatro días antes de dictar sentencia, el 22 de junio, la Sala se da cuenta de que las “violaciones de los derechos humanos en Venezuela han entrado en un espiral descendente que no parece tener fin”, según lo ha afirmado la Oficina de los Derechos Humanos de la ONU, que ahora dirige la expresidenta de Chile  Michelle Bachelet.

“Enmarcado dentro en este contexto debemos valorar la situación personal de la recurrente”, reflexiona la ponente del caso, magistrada Sandra María González de Lara Mingo.

Dice por un lado: Abandonó su país de origen al no encontrar trabajo, por lo que es razonable pensar que esta situación persistirá si es obligada a regresar a Venezuela.

Dice por el otro: De su relato se desprende que tiene una única hermana que reside en España, y que su madre reside en Maracaibo. De allí infiere que Doña Miriam se encuentra en una situación de especial vulnerabilidad pues no cuenta con el apoyo de una red familiar ni de una comunidad de acogida. Su único apoyo familiar se reduciría a una persona de avanzada edad, que está en una situación todavía más vulnerable que la recurrente, pues se enfrenta a un riesgo más elevado de malnutrición que el resto de la población, y con mayores necesidades de atención médica que una persona joven. La recurrente no contará con el apoyo de su madre, sino que deberá hacerse cargo de su madre, una persona de avanzada edad. Eso dice la ponente.

El presunto dilema que enfrentaría a Doña Miriam con su propia conciencia, había sido resuelto por ella misma al solicitar asilo en solitario en España el 23 de abril de 2015, hace ya más de tres años, sabiendo que su madre enferma la mandó a llamar. Al igual que había dejado atrás al proyecto revolucionario al que había servido con tanta pasión y desprendimiento, también dejó en la cuneta a su propia madre, en Maracaibo, sin abrigo ni consuelo, ya senecta,  quizá con una pensión que no cobra completa producto de sus años de servicio como maestra de escuela. Doña Miriam no pensó nunca en llevar consigo a esa madre que la parió, la que con mucho esfuerzo y constancia le permitió estudiar y desarrollarse.

La Sala está a punto de refrendar que Doña Miriam ha hecho bien al dejar a su madre a expensas del Ay bendito. La madre no la puede apoyar porque está para que la ayuden. La madre es un estorbo malnutrido. Considera que en Venezuela Doña Miriam no tiene quien la quiera. Y que en España, al lado de su hermana, encontrará una comunidad de acogida. En algún museo, quizá. La madre, por su parte, será víctima de la sierpe genocida.

SENTENCIA

“Consideramos que a la vista de cuanto hemos razonado, y en particular, ante la evolución negativa de la situación en Venezuela, que ha provocado la emisión de la nota de Acnur de marzo de 2018, y teniendo especialmente en cuenta la opinión de Acnur cuya objetividad, rigor y en definitiva «auctoritas» ha sido resaltada por la Jurisprudencia consolidada, procede que nosotros también cambiemos nuestro criterio, y, por tanto, estimamos que es procedente autorizar de residencia de la recurrente por razones humanitarias”.

ESTAMPIDA

El juicio moral suele ser diverso, y a veces cruel. Sin embargo, de esta sentencia, y de otra semejante dictada el mismo día, resultan consecuencias inmediatas. El Estado español no podrá, a partir de ella, exigir demasiado a la hora de conceder asilo, refugio o residencia a venezolanos en fuga. Miles y miles están esperando que les resuelvan sus casos. Otros miles están por llegar. Contar y documentar una ínfima parte de sus tragedias particulares, infinitamente más pavorosas que las argumentadas por Doña Miriam, sería suficiente para hacer relucir las “razones humanitarias”. Al parecer, los efectos ya se están manifestando.

Doña Miriam, que sigue siendo chavista, ahora en el exilio, algún día dará la cara para decir que efectivamente ella había estado ayudando a construir una utopía a sabiendas de que en todas partes el experimento ha sido un fracaso que a su paso devora a sus propios fanáticos.

En todo caso, la causa de que se ablanden los requisitos para obtener auxilio humanitario en España es la recomendación de Acnur. Lo que pasa es que Doña Miriam estaba en el medio de los estrados y fue la primera en recibir esa dosis tan inmerecida que luego devino en jurisprudencia.

Víctor Suárez, periodista venezolano. Escribe desde Madrid, España.

 

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