El último poema de Joseph Brodsky

El último poema de Joseph Brodsky
ATANASIO ALEGRE –

En 1987, con ocasión de haber sido otorgado a Joseph Brodsky –sorpresivamente- el Premio Nobel de Literatura, la revista Imagen dirigida en aquel momento –si no me traiciona la memoria- por el eximio poeta Vicente Gerbasi, me solicitó la traducción del alemán de algunos de sus poemas. Brodsky era entonces desconocido fuera de la Unión Soviética, donde, acusado de parasitismo, debió purgar cinco años de trabajos forzados en el norte de la URSS.

Cuando le fue concedido del Premio Nobel, residía ya en Nueva York, donde murió a los cincuenta y cinco años, el 28 de enero de 1996.

Han pasado 23 años y el diario Frankfurter Allgemeine acaba de publicar el último de los poemas de Brodsky con el título De todo me acusaron. Este poema, donde evoca desde diferentes puntos de vista, de manera algo críptica, la fascinación por la luz de la que ya el mismo Goethe pedía, a la hora de su muerte, un poco más.

Viene a cuento la ocasión porque Ediciones Kalathos de Madrid acaba de publicar, con excelencia editora, el poemario del magnífico poeta venezolano Carmelo Chillida con el título Rojo como la cabeza de un fósforo –poemario extraordinario en dos sentidos: por lo que en sí entraña y por cómo lo expresa.

El chavismo es capaz de acusar de todo y a cualquier hora y sesgo a quienes no estén en su órbita y condenarlos –por ahora con cárceles y destierro forzados por el hambre y la miseria. Más tarde… ya veremos.

Ambas situaciones las pone Carmelo Chillida en solfa y sin ambages.

Va, pues, la versión española del último de los poemas de Joseph Brodsky.

DE TODO ME ACUSARON

Joseph Brodsky

De todo me acusaron, excepto del clima
y con frecuencia yo mismo me he amenazado gustosamente de manera cruel.
Pero pronto me despojaré de mis hombreras
y seré una estrella simplemente singular.

A través de los alambrados, refulgiré
como teniente del cielo,
esfumado en una nube,
escucharé como ruge el trueno,
sin ver ya cómo huye alocadamente la tropa bajo la tormenta,
ante el ataque de los artículos de consumo masivo,
perseguida (la tropa) por una pluma.

Cuando ya nada quede en derredor de lo que había,
no importa, te toman mediante un cerco o un rayo.
Un alumno que vio en una ocasión tinta en un sueño,
ahora posee las mejores muestras para las multiplicaciones.

Y si no esperas al final gratificaciones por la velocidad de la luz,
el blindaje de la nada que lo abarca todo, sabe tal vez
apreciar los intentos de transformarlo en un tamiz
y me dará las gracias por la apertura:
por haber abierto esa fisura que refracta la luz.

(Versión de Atanasio Alegre)

„MIR WARFEN SIE ALLES VOR“

Joseph Brodsky

Mir warfen sie alles vor – minus das Wetter,
und oft hab ich mir selber gedroht grausam gern.
Doch bald leg ich die Schulterstücke ab und werde
ganz einfach zum einzelnen Stern.

Ich werd flimmern durch die Drähte
als Leutnant des Himmels,
mich in eine Wolke verziehn,
hören wie der Donner rollt,
nicht mehr sehn wie die Truppe unterm Ansturm
des Massengebrauchsartikels
kopflos flieht, von einer Feder verfolgt.

Wenn ringsum nichts mehr ist von allem was war,
ist egal, nimmt man dich durch Umkreisung oder Blitz.
Ein Schüler der einmal im Traum Tinte sah –
und jetzt bessere Muster für Multiplikationen besitzt.

Und erwartest du für Lichtgeschwindigkeit
kein Danke am Ende,
so weiß vielleicht die Panzerung des allumfassenden Nichts
die Versuche ihrer Verwandlung ins Sieb anzuerkennen
und wird mir für Öffnung danken:
den lichtdurchbrochenen Riss.

Traducción del ruso: von Ralph Dutli


 

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