Milagro Mendoza – “Soy la prueba…, podemos seguir adelante”

Milagro Mendoza - “Soy la prueba, podemos seguir adelante”

 

CARLETH MORALES SENGES –

 “El funcionario no sabía de qué le estaba hablando. El BOE que regulaba mi profesión acababa de salir (Boletín Oficial del Estado) y yo estaba introduciendo mis documentos inmediatamente para homologar mi título de psicólogo. Como no me los quiso recibir, le escribí al Defensor del Pueblo, quien me respondió en tres días, y me dio la razón. Volví con la carta de respuesta, mis papeles, y me dijo: déjelos ahí, para que no pierda el viaje”. Despedíamos el 2018 y Milagro del Valle Mendoza acababa de llegar a Oviedo con una meta clara: ejercer en España.

Acostumbrada a lidiar a diario con las vicisitudes del autobús que cubría la ruta Guacara-San Diego, para esta psicóloga venezolana, oriunda de la tierra del na’guará (defiende que la expresión no proviene de Barquisimeto), no hay obstáculo que le impida avanzar, ni ángel de la guarda que no la asista en el camino.

“José, el conductor, decía: ‘si no ayudan a Milagro yo no avanzo y ustedes van a llegar tarde’. Salían esos muchachos corriendo a ayudarme, a subir y a bajar. Llegó un momento en que nos conocíamos todos”, cuenta. Así, durante los cinco años que tardó en titularse en la Universidad Arturo Michelena, se hizo más fuerte.

A Oviedo llegó de Chile, tras salir de Venezuela “el Día del Psicólogo”, un 22 de noviembre. El hampa se había fijado en ella y ella no estaba por la labor de librar esa batalla. Prefirió otra más difícil, la del exilio.

En Venezuela tuvo su propio consultorio y ejerció como profesora, formó parte del voluntariado organizado por la Federación de Psicólogos para atender la crisis de los suicidios, que habían aumentado en 2017. También colaboró con el Foro Penal para atender a las víctimas. En Chile se unió inmediatamente al gremio y formó parte de las acciones para atender a los más necesitados. Con esta experiencia, la compañía de su madre de 84 años, el apoyo de su hermana desde Alemania y su título ganado a pulso, llegó en verano de 2018 a España. Quién dijo miedo.

DÓNDE ESTÁ MI GENTE

Milagro Mendoza - “Soy la prueba, podemos seguir adelante”La movilidad digital es su fuerte, y de ella echó mano cuando se enfrentó a su nueva realidad, de la que no tenía más referencias que una prima -muy colaboradora, eso sí-. Enseguida se hizo con la estructura de la administración española y sus particulares procedimientos. El objetivo era homologar su título y ayudar a los colegas que estuvieran en la misma situación, pero ¿dónde estaban?

Desde Chile ya había contactado con algunos y, al llegar, se propuso unirlos. Un mensaje en Facebook y un buen discurso hicieron que en una semana ya administrara un grupo de WhatsApp con 20 de ellos. A los pocos días ya les estaba explicando su experiencia y armándose de paciencia para que entendieran que el BOE sí les permitía homologar.

De niña, Milagros había estado internada en el Hospital Ortopédico Infantil en Caracas, de donde una mala operación la devolvió a casa peor de lo que había entrado. Después de eso, ningún obstáculo, ni funcionario, ni colega incrédulo le tumbarían la sonrisa. En ese momento –y aun hoy- la respuesta que en su día le dio el Defensor del Pueblo sigue siendo la misma que le da a los psicólogos que conmina: “Escríbele y pregúntale, a ver qué te dice”. Ella sabe la respuesta.

CUÁL PANDEMIA

Milagro Mendoza - “Soy la prueba, podemos seguir adelante”Milagro mira a las pandemias de frente, cual torera. No le teme a sus embestidas. Ya está curada de espanto. Si la poliomielitis no pudo con ella a los cinco meses de nacida, el coronavirus tampoco lo hará. Su 1.50 de estatura no dice lo alto que es capaz de trazar sus metas. Pero sus acciones, sí.

“Mis colegas llevaban años haciendo presión para que regularan la homologación de Psicología. Y el 5 de diciembre de 2018, poco tiempo después de que yo llegara a España, salió un BOE donde regulaban la carrera. Hasta ese momento te obligaban a estudiarla otra vez y muchos lo que hicieron fue dejarla y dedicarse a otra cosa, pero yo me propuse encontrar la manera. No hay casualidades, sino sincronicidad”, cuenta.

A Milagro se le ocurrió, por lógica, que si Psicología comenzaba a ser una profesión regulada se le podía aplicar el tratamiento de las profesiones reguladas en España. Por ende, era factible de homologar, así que inmediatamente introdujo sus papeles, en contra hasta del funcionario que se los recibió.

“Al quedar como carrera regulada bajan a Psicología a 90 créditos el grado, y el máster a 90 también, en total 180 créditos. La ponderación es diferente, pero si uno entrega el contenido programático para ver si corresponde, es posible. Eso sí, en el área de pregrado solo pueden homologar los psicólogos mención Clínica o mención Salud, porque son los que tienen este contenido. Los que tienen contenido social o industrial tienen que hacer equivalencias porque les falta la base clínica”, explica.

Milagro Mendoza - “Soy la prueba, podemos seguir adelante”

Durante la crisis del coronavirus en España, en su momento más álgido y en pleno confinamiento, en medio de la necesidad de incorporar a profesionales sanitarios extranjeros para superar la crisis, recibió la mejor de las noticias: su título sería homologado, pero aún no ha recibido la resolución. Quizá el retraso que ha causado la COVID-19 en la administración y otros factores técnicos, estén jugando en contra. Pero Milagro guarda una carta bajo la manga que podría ser clave… “Si Alemania me homologó hace unos años sin ningún problema, España no puede ser la excepción”.

Junto a los médicos venezolanos que también se ofrecieron para ayudar en las horas más bajas de la pandemia, Milagro lideró y hoy lleva adelante la Asociación de Psicólogos venezolanos en España desde donde junto a un grupo de colegas, presta primeros auxilios psicológicos de forma voluntaria a todo el que lo necesita, donde quiera que esté. Los psicólogos venezolanos en España que deseen sumarse, pueden contactarla a través de la web www.psicologosvenezolanos.es. La gestión de la homologación no es lo único que los mueve, también trabajan por ayudarse mutuamente en la inserción social.

En Venezuela, Milagro tenía un vehículo que nunca pudo adaptar. En Oviedo sigue luchando por la adaptación -reconoce que la ciudad tiene deberes en materia de movilidad reducida- pero vive tranquila, dedicada a hacer lo que mejor sabe. Con su título homologado y una sonrisa que para todos quisiéramos, asegura que la clave está en la actitud: “Ni una pandemia, ni dos. Yo soy la prueba de que podemos seguir adelante”.

Carleth Morales, periodista venezolana residenciada en Madrid, España.

 

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