Bolívar tuvo que ir al Perú para resolver los desaguisados de San Martín. Como Bolívar actuaba con decisión, Monteagudo se acopló a su brío. Con Bolívar al frente, las fuerzas patriotas derrotaron a los españoles en dos combates épicos: la batalla de Junín, donde dos ejércitos se enfrentaron con lanza y cuchillo, sin disparar un solo tiro