MANUEL RODRÍGUEZ –
Fue en septiembre de 2016, en la marcha que organicé en Madrid para llevar el mensaje de que los venezolanos no queremos vivir en dictadura. Nos acompañaban la mayoría de los partidos y asociaciones venezolanas que hacemos vida activa en España contra la tiranía.
Entre las 5.000 almas que marchábamos había una docena de activistas recién llegados de Venezuela, con sus camisetas azules y la estampa de «Vente», el partido que fundó María Corina Machado.
En lo personal me alegré porque parto de la base que cuantos más mejor. Ellos estaban flipando por la cantidad de gente que participó (yo también) y tras unas breves palabras e intercambiar los números de teléfono surgió el feeling.
A partir de allí compartimos muchos momentos. Les invité a los programas de radio que me llamaban, estuvimos en varias jornadas de sensibilización en las calles de Madrid, me ayudaron a organizar la marcha de mayo y la concentración de febrero, participamos en la manifestación de Bilbao organizada por la Asociación Vasco Venezolana y vivimos jornadas de lucha por nuestra tierra, jornadas que siempre fueron muy nutridas, llenas de mensajes y de vivencias únicas, tardes de café interminables donde eran aun más interminables las ideas para la reconstrucción de nuestro país.
Hasta aquí todo normal, pero lo mejor de todo es que a pesar de nuestras diferencias ideológicas, que las hay y muchas, nunca nos irrespetamos, jamás hubo una palabra de menosprecio ni ofensas. Buscamos siempre el consenso, el equilibrio, y es eso lo que me hace creer en una mejor Venezuela, donde todos nos respetemos, la tolerancia, el sacrificio, el esfuerzo y la lucha por un mejor país y es que en Venezuela la lucha no es ideológica, esta lucha va mas allá de las ideologías.
Estoy seguro de que aparte de sus másteres ellos han aprendido algo de la sociedad española y de la diáspora venezolana, de los que aun estando lejos jamás olvidamos nuestra tierra, nuestras raíces. También comprendí que Venezuela tiene hijos que la aman, que la respetan, que se sacrifican por ella y que quieren y trabajan duro por una Venezuela diferente, con futuro, con esperanzas, con oportunidades. Entre los muchos trabajos por reconstruir el país está el de la honradez, nobleza, humildad, coherencia, y los amigos de Vente van sobrados de todo ello.
En el momento que escribo estas palabras, el grupo va volando hacia Venezuela. Van a trabajar y a seguir luchando por mi país, con ese amor con que una madre cuida a sus hijos.
Estoy orgulloso y honrado de haber compartido con ellos nuestra lucha. Me llena de esperanza saber que Venezuela tiene jóvenes dispuestos a todo. Por mi parte jamás me olvidaré de ustedes, ha sido gratificante conocerles y, aunque no estéis aquí, en cada acto que organice estará presente vuestro mensaje.
Claudia, Alí, Carlos Julio, César, Ibrahím, Gustavo (negrito) y Henry (mi hermano), gracias por todo; los voy a echar de menos, pero también sé que ustedes están llamados a reconstruir nuestra tierra y sé que haréis un buen trabajo.
Manuel Rodríguez es activista y coordinador de La Causa R en España.
