CHICHÍ PÉREZ –
Estos venezolanos que se van son gente preparada, significan no sólo una pérdida de capital intelectual sino también de tiempo y dinero abonados a ese capital. Son personas que se formaron en universidades y es el país el que pierde esa inversión.
La actual crisis política de Venezuela, que a su vez genera una gran crisis económica afecta la calidad de vida del ciudadano común que depende de un sueldo base para adquirir sus bienes y pagar los servicios. Esto ha causado un éxodo de venezolanos a diferentes lugares del mundo.
Claudia Vargas especialista en migración indica que esta situación migracional genera una pérdida de capital intelectual. “Entiéndase capital intelectual como activos intangibles o conocimientos de una persona en un área específica”. Ubicando al país entre las primeras posiciones de procesos migratorios mundiales, aunque “el venezolano no estaba acostumbrado a irse de su país hasta hace poco”, explicó Vargas.
“Pasamos de ser un país receptor a ser un país emisor”, lamentó Vargas; cuando anteriormente en Venezuela “le abrimos las puertas durante mucho tiempo a italianos, españoles, portugueses, argentinos, colombianos, uruguayos que buscaban huir de conflictos económicos o dictaduras”, sostuvo.
Lo intangible más valioso es el conocimiento y “llevamos años perdiendo progresivamente personas capacitadas y talentos valiosos (…) y quien resulta perdedor es el Estado”, enfatizó la especialista en migración. Es Estados Unidos de América, el país con mayor número de venezolanos, en 2015 la Oficina del Censo estimaba 321.809, y en 2016 declaraba 366.443. Si con todos los controles y restricciones, esa cifra se hubiera doblado en 2 años, hoy serían unas 700.000 personas. En efecto, el American Fact Finder estima, a partir de cifras no publicadas de la Oficina del Censo, que a la fecha (2018) hay 757.000 migrantes venezolanos allá. El segundo país con venezolanos es España donde, según Wikipedia, viven 300.000 (mientras 200.000 personas con pasaporte español viven en Venezuela).
En América Latina el destino favorito es Chile, donde el gobierno declara 164.866 venezolanos. Perú tendría 100 mil, según cifras de la Superintendencia Nacional de Migraciones. Mientras la Oficina de Migración de Colombia reporta 40 mil venezolanos viviendo legalmente y calcula 60 mil irregulares. Ecuador, según el Alto Comisionado de la ONU para refugiados, tiene 62.000.
De acuerdo a los estudios desarrollados por Claudia Vargas, la cifra actual es de 3 millones 500 mil venezolanos, ubicados en 98 países alrededor del mundo. Recientemente, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en su calidad de Organismo de las Naciones Unidas para la Migración, lanzó una de sus principales publicaciones, el Informe sobre las Migraciones en el Mundo en ocasión de la reunión del Consejo N° 108 de la OIM en Ginebra.
El informe, el noveno en la serie de Informes sobre las Migraciones en el Mundo de la OIM (WMR por sus siglas en inglés) y el primero desde que la OIM se convirtió en el Organismo de las Naciones Unidas para la Migración, presenta cuestiones migratorias actuales en una estructura de dos partes. Combina una presentación mundial de la dinámica migratoria actual con un análisis en profundidad de las cuestiones emergentes y complejas que se han estado perfilando y que han presentado desafíos a la movilidad humana. El informe incluye capítulos que se adentran en temas tales como la conectividad transnacional, los informes de los medios de comunicación relacionados con migrantes y la migración, y el extremismo violento y la exclusión social.
Estas personas que se van del país y son personas preparadas, significan no sólo una pérdida de capital intelectual, sino también una cantidad de cosas, entiéndase tiempo y dinero abonados al ya mencionado capital intelectual, Claudia Vargas apuntó “porque si esta persona se formó en una universidad pública, significa que es el estado quien está perdiendo esta inversión de dinero”, e indicó la especialista que “si la persona que emigra con una carrera profesional, en otro país se dedica a trabajos temporales, habría perdido un tiempo importante de su vida”.
La también profesora (Claudia Vargas) señaló “si se puede considerar el capital intelectual como parte del producto interno bruto”, pues este intangible tiene mucho valor. “La formación de un doctor lleva uno 30 años aproximadamente, éste es capital intelectual que se forma dentro de nuestras universidades y nuestro territorio”, se está perdiendo el futuro y la posibilidad de que esa persona colabore con el desarrollo sostenido del país”.
La especialista explicó que “mientras no se le ofrezca una mejor calidad de vida al venezolano, este fenómeno no disminuirá, pues la migración siempre obedece a mejorar calidad de vida”. Uno de los motivos por la diáspora de los intelectuales venezolanos que buscan mejores oportunidades en otros países es el pírrico sueldo mínimo que gana la mayoría de los profesionales en Venezuela, que se ubica en 797 mil 510 bolívares; es decir, solo 3,9 dólares estounidenses (US$) mensuales.
Un académico de dedicación exclusiva en una universidad venezolana recibía un salario al equivalente aproximando de 6,6 US$, hasta el 20 de enero de 2018, mientras que un profesor tiempo completo obtiene 5,3 US$ y los catedráticos de tiempo intermedio 4,4 US$, lo que convirtió el factor económico uno de los detonantes de la fuga de talento intelectual hacia otros países que le abren las puertas y le brindan estabilidad económica y social, con salarios mínimos que pasan los 350 US$ mensuales y que en algunos casos ascienden a varios miles de dólares.
Los servicios en Venezuela son precarios, los profesionales que buscan emigrar de Venezuela deben pasar por un proceso de legalización de documentos muy engorroso, la página web que da las citas para la apostilla abre cada tres meses y se debe lidiar con los problemas que afecta el Internet.
Otros de los factores de la diáspora es el caso precario de la salud, la escasez de medicinas y la inseguridad que se vive diariamente en Venezuela, además del poco acceso a los alimentos, la hiperinflación, entre otros factores hacen del país caribeño un territorio casi inhabitable. Es de resaltar que la Federación Médica Venezolana ha detallado que en los dos últimos años se han ido del país alrededor 22.000 médicos, siendo de destacar que los médicos integrales comunitarios (formados por instituciones afines al régimen gubernamental) no son convalidados por países como Perú, pues su capacidad y desempeño profesional no se equivale con el perfil de un Médico-Cirujano egresado de las universidades nacionales y demás universidades latinoamericanas, lo cual da lugar a preguntarse: ¿en manos de quiénes están quedando los servicios de salud de Venezuela?
Es importante que, a pesar de la crisis que se está viviendo en el país -(desde que se instaló el socialismo del SXXI)-, no se deje de entender y de saber que existe una calidad mínima que siempre se debe seguir y alcanzar (especialmente, las garantías consagradas en la Constitución Nacional). No se puede aceptar nada por debajo de esa calidad, se tiene que seguir buscando la excelencia, independientemente de todos los problemas que hay en el país. Luego de casi dos décadas en el poder, las gestiones de los dos presidentes socialistas resultaron en la mayor crisis económica-social-humanitaria de la historia de la nación.
Esta situación se explica por el fracaso de la revolución bolivariana iniciada por difunto presidente en 1999; luego de su muerte, en 2013, seguida por el actual. Con casi dos décadas en el poder, esta narco-dictadura-comunista ha hecho de Venezuela un país con la mayor crisis económica de su historia, con desabastecimiento y escasez de alimentos, una hiperinflación -cuyo índices están en el Libro de Record Guinness- lo que explica la cantidad de migrantes que hoy y en un futuro se pueden apreciar en el país.
Publicado en www.el-carabobeno.com
Chichí Páez es profesor universitario y consultor organizacional. Escribe desde Carabobo, Venezuela