CARLOS TABLANTE –
La corrupción y la impunidad han creado una nueva y poderosa casta cívico-militar que ha sustituido la democracia por la cleptocracia

 

La mayor contradicción del régimen de Maduro es que, en nombre de los pobres, ha instalado un capitalismo de Estado corrupto, donde unos pocos juegan con el dinero de todo un pueblo. “Tanto Estado hegemónico como sea posible para facilitar la corrupción y la impunidad, y tanto mercado como sea indispensable para enriquecerse con negocios ilícitos”, pareciera ser su lema.

La corrupción se ha convertido en Venezuela en un poder omnipotente, devastador, generador de pobreza, inseguridad, violencia, impunidad, desigualdad, escasez e hiperinflación. La corrupción y la impunidad han creado una nueva y poderosa casta cívico-militar que ha sustituido la democracia por la cleptocracia y la kakistocracia.

La corrupción tiene un efecto viral que enferma a la sociedad, creando códigos que la obligan a mezclar lo lícito con lo ilícito en una relación perversa con las instituciones de un Estado forajido y fallido. ¿Qué pasó?, ¿una guerra, un desastre natural, una invasión ?, ¿cómo explicar que un régimen que nadó en la abundancia – que dispuso de más de un billón de dólares por concepto de exportaciones petroleras – arruinó a uno de los países más ricos del mundo?

En la medida que el país está peor, Maduro cree que la dependencia de la gente con el régimen es mayor.

El reciente informe sobre Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA ha puesto en evidencia la crisis humanitaria que por falta de alimentos y medicinas está causando empobrecimiento y muertes en el país. No cabe duda de que la falsa revolución es una fábrica de pobres, tal como lo reconoció el ex ministro de Educación y actual gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, cuando dijo en 2014: “No vamos a sacarlos de la pobreza para que se vuelvan escuálidos”.

Está claro entonces que el objetivo ha sido igualar a la población hacia abajo en el empobrecimiento y evitar la superación personal para así aumentar el control social y político. En la medida que el país está peor, Maduro cree que la dependencia de la gente con el régimen es mayor.

Quiero recordar las palabras que pronunció Leopoldo López en el momento de su ilegal detención, ahora cuando se cumplen cuatro años de su injusto encarcelamiento, cuando dijo: “Estoy preso por haber denunciado a viva voz que en Venezuela no hay democracia, que los poderes públicos han sido secuestrados por una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática que ha originado una profunda crisis social, económica y política que hoy sufrimos todos los venezolanos. Estoy preso por haber denunciado que en Venezuela vivimos en una dictadura”.

Mi reconocimiento y apoyo a Leopoldo y a todos los dirigentes políticos, estudiantiles y sociales presos y perseguidos por Maduro y su casta. Exigimos la liberación de los encarcelados, el cese a la persecución política y el retorno de los exiliados.

Desde Voluntad Popular seguimos en la lucha por el cambio urgente que reclama todo el país, por elecciones libres y verdaderamente democráticas, por la apertura del canal humanitario de alimentos y medicinas y por la convocatoria de un frente amplio de unidad nacional en defensa de la Constitución.

Tal como lo decimos en nuestro Manifiesto político, desde VP luchamos por una sociedad más justa, buscando igualar hacia arriba, mejorando oportunidades y condiciones para la superación de todos y todas, bajo el lema de la social-democracia: Tanto Estado como sea necesario y tanto mercado como sea posible para innovar, emprender y lograr así una sociedad de bienestar, con justicia y mayor cohesión social donde todos los derechos sean para todas las personas”.

Carlos Tablante, dirigente político venezolano. Escribe desde Barcelona, España.@TablanteOficial

 

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