En la sección Exclusivas de Última Página, del semanario Quinto Día, que se publica en Caracas, se habla de docentes y estudiantes universitarios que han decidido marcharse de sus instituciones y del país:
FUGA DOCENTE. Es una cifra para alarmarse y que llama a la reflexión. Si sólo de la Facultad de Medicina en la Universidad de Carabobo renunciaron en el 2016 unos 76 profesores y de la Universidad Central han dejado sus cargos más de 500 profesores, estamos hablando, en todos los centros superiores, de unos 5.000 docentes. La fuga de cerebros se extiende a profesores de educación media, que también prefirieron otros trabajos fuera del país y la cifra es aún más preocupante. En Venezuela un profesor universitario recibe entre 40 y 60 dólares y ese mismo profesional en cualquier país de América Latina, con excepción de Nicaragua Cuba y Bolivia, gana entre 3.000 y 5.000 dólares. La Federación de Profesores de la UCV tiene un documento aún no divulgado, que es para asombrarse.
ENCUESTA. El diario The New York Times publica un artículo en el cual habla del desencanto de los jóvenes en Venezuela y observa que en las manifestaciones de la oposición, hay más abuelos que jóvenes. La última protesta, dice el diario norteamericano, tuvo un arranque poco alentador con un hombre mayor gritando, “¿Dónde están los estudiantes? No vinieron”, recuerda Diego Cervoni, presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Santa María. Muchos de sus compañeros ya no están y cada semana 100 estudiantes abandonan esa universidad, según Cervoni. Una encuesta reveló que el 88 % de los jóvenes quiere irse del país. El año pasado los venezolanos fueron los que más solicitudes de asilo presentaron en los Estados Unidos. Según Cervoni, dice The New York Times, el gobierno tiene una estrategia inteligente. Nos mantiene ocupados buscando comida y medicinas y no tenemos tiempo para protestar.