JOSÉ PULIDO –

Después de haber estado hospitalizado de gravedad, el Papa Francisco sorprendió a los fieles que se congregan en la plaza de San Pedro. Apareció en silla de ruedas y apenas podía respirar. Un enfermero movía la silla. El Papa Francisco hacía su entrada con la ansiedad de estar viviendo unos momentos irrepetibles.

Quizás percibió, con esas últimas fuerzas, que su espíritu caminaba entre dos historias: él escuchando a su abuela Rosa Vasallo cuando le decía “busca a Jesús” y María Magdalena llegando al amanecer y viendo que la piedra del sepulcro estaba movida.

La multitud oraba y hablaba en la Plaza de San Pedro. La silla de ruedas avanzando y María Magdalena corriendo para avisar a Juan y a Pedro que el cuerpo del Señor no estaba en la tumba.

El Papa Francisco sabía que todos esos minutos gastados en el balcón quedarían marcados en la historia de la iglesia cristiana como los minutos vividos por Juan y Pedro llegando a la tumba, buscando con ojos ansiosos el cuerpo de Jesús: el Papa Francisco miraba buscando a Jesús. Era domingo de Resurrección.

Así fue: el domingo 20 de abril, del año 2025, el Papa agonizaba pero se acercó en silla de ruedas al balcón de la logia central de la fachada de la Basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi y en unos segundos que le habrán parecido hondos y extensos, dijo “Queridos hermanas y hermanos: buena Pascua”.

Papa Francisco

A continuación pidió que el maestro de ceremonias, arzobispo Diego Ravelli, leyera el mensaje: él no podía hacerlo esta vez. Después paseó unos momentos entre la gente a bordo del Papamóvil. Respiraba con mucha dificultad. Aun así, cumplió con la agenda del día. La gente lo aplaudía y lo vitoreaba sabiendo que el Papa Francisco había aparecido para decir adiós.

Pocas personas han podido hacer algo similar, cumplir con sus deberes hasta el último instante. Seguir entregando todo el esfuerzo posible para llevar a cabo la tarea que le ha sido encomendada.

Ahora recorre el mundo un cuerpo acostado, el cuerpo del Papa Francisco en su féretro. Lo vistieron con la casulla roja, la mitra blanca en la cabeza y el palio. El Sagrado Palio, símbolo de la oveja perdida y del Buen Pastor, es una faja de lana blanca adornada por seis cruces y dos orlas de seda negra cuyas extremidades se apoyan sobre el pecho y sobre los hombros.

En Génova han estado recordando varios momentos vividos con el Papa Francisco. Lo recuerdan como quien dice “el abuelo estuvo con nosotros y nos habló del fútbol de su tiempo, del tango, de Borges”. Su mensaje actuó en Génova como un aliento perdurable para los jóvenes y muy en especial para las mujeres.

El Papa Francisco visitó Génova el 27 de mayo del año 2017. Una ciudad portuaria que tuvo gran significado en su vida: su padre Mario José Bergoglio y sus abuelos Rosa y Giovanni Bergoglio, subieron al transatlántico Giulio Cesare para comenzar una existencia latinoamericana en la lejana Argentina. Eso ocurrió el 1 de febrero del año1929.

Mario José Bergoglio, un emigrante piamontés, y Regina María Sívori, nacida en Buenos Aires, hija de padres piamonteses, se casaron y tuvieron cinco hijos. El mayor se llamó Jorge Mario Bergoglio, quien nació el 17 de diciembre del año 1936, en el barrio porteño de Flores.

Para los italianos, Argentina es como un segundo corazón, un lugar muy cercano al hogar, a lo familiar: varios millones de argentinos son de origen italiano. Es decir: Jorge Mario Bergoglio, desde que fue nombrado Papa hasta el día en que falleció, ha sido considerado un italiano más. Por si fuera poco, una mayoría se ha sentido identificada con su modo de comportarse ante los problemas del mundo.

Su voz ha encontrado eco en el alma de la población, en el paisaje humano. La gente está saturada de todas las tragedias que se han multiplicado en el mundo, de lo que han denominado nuevas esclavitudes -que son muy viejas- y el Papa Francisco lo ha señalado varias veces. En la ceremonia para la firma de la Declaración de los Líderes Religiosos contra la Esclavitud, 2 de diciembre de 2014, expresó lo siguiente:

“Por eso, declaramos en nombre de todos y de cada uno de nuestros credos que la esclavitud moderna, en término de trata de personas, trabajo forzado, prostitución y explotación de órganos, es un crimen de lesa humanidad. Sus víctimas son de toda condición, pero las más de las veces se hallan entre los más pobres y vulnerables de nuestros hermanos y hermanas”.

En ese mismo año, 2014, dijo algo que caló y fue repetido por muchos feligreses:

“Recordad esto: el amor es la medida de la fe. ¿Cuánto amas tú? Y cada uno se da la respuesta. ¿Cómo es tu fe? Mi fe es como yo amo. Y la fe es el alma del amor”.

ANTES DE SER SACERDOTE FUE TÉCNICO QUÍMICO

Jorge Mario Bergoglio estudió en un colegio de los salesianos y después se graduó como técnico químico en la escuela secundaria Hipólito Yrigoyen. Al tener esa profesión, trabajó en un laboratorio de control higiénico de alimentos. Pero en ese tiempo, gracias a los estudios con los salesianos y según su biografía: a la influencia bondadosa de su abuela Rosa Vasallo, sintió el llamado vocacional.

SÍNTESIS PARA UN JESUITA

Estos son datos concretos sobre su vida en los inicios del sacerdocio, publicados en su libro Palabra de Francisco:

“A los 21 años de edad entró al seminario de Villa Devoto, y un año después inició el noviciado en la Compañía de Jesús, que culminaría en 1971 al aprobar el tercer nivel en Alcalá de Henares e incorporarse de pleno derecho en la Compañía”.

Fue ordenado sacerdote a los 33 años de edad.

“Tras un primer destino como maestro de novicios en la residencia jesuita Villa San Ignacio de Buenos Aires, en 1973 fue nombrado provincial de la orden en Argentina, cargo que ocupó hasta 1979. De 1980 a 1986 fue rector del Colegio Máximo San José y párroco de la iglesia del Patriarca San José en el humilde barrio del mismo nombre en Buenos Aires. Tras una larga etapa docente y parroquial, en 1992 Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Oca y auxiliar de Buenos Aires, donde colaboró estrechamente con el cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires. En 1997 ocupó el puesto de arzobispo coadjutor a causa de los problemas de salud del titular y al año siguiente, tras su fallecimiento, fue elevado a la dignidad arzobispal, que lleva aparejada el primado de Argentina. Tres años después, Juan Pablo II lo creó cardenal, y participó como tal en el cónclave que eligió a Joseph Ratzinger”

TUMBAS DIFERENTES

El Papa Juan Pablo II fue enterrado en la Basílica de San Pedro: el templo cristiano más grande del mundo y tumba de San Pedro.

El Papa Benedicto XVI fue enterrado en las grutas vaticanas, donde hay varios Papas sepultados junto con reyes, reinas y obras de arte muy antiguas.

El Papa Francisco será enterrado en la Basílica Papal de Santa María la Mayor que tiene dieciséis siglos de edad. En esa Basílica mariana de Roma, están enterrados siete Papas. Ahí tiene su sede el ícono bizantino de la Virgen María, apodada como Nuestra Señora de las Nieves, que, “según la tradición, fue pintado por el evangelista Lucas sobre un trozo de la mesa en la que Jesús celebró la última cena”.

ACOTACIÓN

Nadie tiene la moral y la sabiduría tan elevadas como para hacer con justicia un inventario sobre la vida de alguien. Por eso es que los muertos deben ser respetados: allá ellos, allá donde ahora están, allá donde el tiempo dirá qué sembraron y qué cosecharon

EPÍLOGO

Era domingo de resurrección. Jesús se apareció de repente y se le acercó a María Magdalena. Ella pensaba «¿quién será este hombre?» y lo reconoció cuando él dispuso. Ella estiró sus brazos y Jesús dijo “No me toques” porque aún no había subido hacia donde debería subir.

 

José Pulido – Periodista y poeta venezolano. Reside en Génova, ciudad de Italia.


 

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