«La inmigración de venezolanos no es un problema, es una situación en la que trabajamos para que los extranjeros que ingresen o permanezcan en el país lo hagan de manera regular, no solo porque deben acatar las normas colombianas, sino por su propia seguridad”, dice a Deutsche Welle Juan Manuel Caicedo, vocero de Migración Colombia, el ente nacional de migración.
Mientras en los últimos meses crecen en los medios los rumores de una supuesta «invasión” de venezolanos, Migración Colombia pide poner en contexto los registros de entradas y salidas hacia y desde Colombia de ciudadanos venezolanos. Según datos oficiales, en Colombia hay 40.000 venezolanos viviendo legalmente, al tiempo que se estima que unos 60.000 permanecen sin papeles en el país.
El Tiempo de Colombia cita al sociólogo (venezolano) Iván de la Vega, del Laboratorio Internacional de Migraciones (LIM), quien cifra en 900.000 los venezolanos que han llegado a Colombia para quedarse. Una cifra que tiene dos limitaciones: también incluye a venezolanos con nacionalidad colombiana y, además, se refiere a «las llegadas en los últimos 20 años, por el efecto de la ‘revolución bolivariana’ y la crisis social”.
Caicedo pone el ejemplo de las entradas y salidas de venezolanos en enero de 2017 a través de Bogotá, similares en los últimos años y por donde ingresaron 27.000 y regresaron 20.000. Setecientas personas o bien regresaron por otro puerto o se fueron a otro país, o se quedaron ilegalmente en Colombia. En todo caso una cifra baja, en relación con el flujo total de migrantes.
UNA NOTICIA HACE CARRERA
Así, ni Migración Colombia ni el Ministerio colombiano de Salud confirman a DW lo que desde hace meses hace carrera noticiosa en los más diversos medios de América Latina y Europa: que mujeres venezolanas embarazadas estaban llegando por montones a Colombia para dar a luz allí.
Lo cierto es que algunos periodistas parecen haber dado más noticias a luz que venezolanas a niños en Colombia. Aunque aún no se puede establecer quién sacó la primera nota, la mayoría de las subsiguientes citan cifras de 62, 63 u 82 partos, todos en Cartagena y casi todos citan a una sola madre, Dariana Elluz Amaya. DW contactó a la Clínica Rafael Calvo de Cartagena, en donde se habrían atendido muchas de las mujeres, pero no obtuvo respuesta. Así como tampoco DW recibió respuesta del personero de la administración de Cartagena de Indias, William Matsón, que es citado en los reportes y donde pide que, «ante el creciente número de partos de venezolanas, estas debieran ser declaradas refugiadas para agilizar su atención”. Asilo empero, solo se le puede dar a quien lo pide, porque lo necesita. Y este no parece ser el caso.
El hecho de que mujeres tengan que «huir” de su país para poder dar a luz a sus hijos conmueve al mundo porque reúne cara y sello de la misma moneda: tragedia humana y esperanza de vida. El espectro de la prensa que ha tratado el tema es amplio, desde el más serio hasta lo más comercial. El Imperialista, por ejemplo, habla de «Qué dolor. Venezolanas huyen desesperadas…”, mientras El País de España titula «La odisea de las venezolanas que llegan a Colombia para dar a luz”. Tampoco El Universal ni El Tiempo de Colombia se quedan atrás.
(Nota de redacción actualy.es: La nota del diario El Tiempo de Bogotá resultó de una nota que reprodujo el diario venezolano El Nacional a partir de una nota que publicó el diario El País, de España).
SI HAY PARTURIENTAS, SOLO QUE NO EN MASAS
Pero atención: no es que estos diarios hayan publicado mentiras. Lo que no es cierto es que 82 partos de venezolanas en Cartagena puedan ser considerados como «ola”, y menos una «invasión», como dicen o sugieren algunos reportes. Si bien DW no pudo establecer que todas estas nuevas mamás fueran venezolanas de verdad, Migración Colombia pide tener en cuenta que «muchos de los venezolanos y las venezolanas que han entrado a Colombia en los últimos años y meses, tienen o doble nacionalidad o son colombianos que habían emigrado a Venezuela, pero ahora regresan con toda una familia venezolana que adquiere los derechos de cualquier otro colombiano”.
En todo caso, y sin importar su nacionalidad, «si una mujer embarazada necesita atención en Colombia, el deber es prestarle atención prioritaria”. Así, lo que los hospitales antes llamaban «atención de caridad”, en Colombia es hoy un «deber”.
De lo contrario, no hay otras razones fuertes por las que una venezolana tenga que ir a Colombia a tener su bebé: En Colombia se adquiere la nacionalidad solo si uno de los dos padres es colombiano o si sus padres son extranjeros viviendo legalmente en Colombia. «En este caso, el niño nacido en Colombia puede ser colombiano”, apunta Juan Manuel Caicedo, vocero de Migración Colombia.
Con el fin de facilitar la atención de los migrantes y nacionales, el Gobierno colombiano emitirá una Tarjeta Migratoria Fronteriza que entrará en vigencia a partir de este 1 de mayo, en la que ya no importará el acento del portador, sino el lugar de nacimiento y las demás nacionalidades adquiridas.
Muchos de los que ingresan ahora desde Venezuela, realmente, regresan, porque nunca dejaron de ser colombianos, así hablen ahora con acento venezolano y sean tenidos por extranjeros.