ELIZABETH ARAUJO
Galardonado con el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, en la categoría Cobertura, gracias al reportaje “Venezuela a la Fuga”, realizado junto con El Tiempo de Bogotá, el portal Efecto Cocuyo es, además de una escuela que forma reporteros, un ejemplo de periodismo serio y útil en una Venezuela donde la libertad de expresión permanece secuestrada
Hace tres años, Laura Weffer y Luz Mely Reyes recorrían las salas de redacción de los medios de Caracas y del interior para vender un imposible: el proyecto de un portal de información e investigación periodística que fuese gestionado por los mismos profesionales, en clara señal de transparencia administrativa y de transmitir a los lectores la confianza de que las noticias que publicarían no estarían marcadas por la autocensura ni por las presiones externas. Fue así como nació Efecto Cocuyo y de cómo estas dos mujeres, con muchos kilómetros acumulados en el reporterismo y la redacción en diversos diarios, asumieron la travesía del networking, contactando a los colegas, a los amigos influenciadores, en una campaña global que apelara a la necesidad de acceso de información y libertad de expresión.
Laura Weffer rescata los primeros días de Efecto y asegura que el portal nació como una respuesta a la censura y a la vez como una iniciativa de fuerza y esperanza. “No en balde nuestro eslogan es “periodismo que ilumina”. Fue en enero de 2015 y es uno de los pocos medios digitales venezolanos en el que las periodistas son propietarias del medio, y además mujeres y reporteras”.
“Lo más difícil de esta aventura ha sido reportear; es compartir el miedo que hay entre los periodistas al salir a la calle, pero a la vez es lo más inspirador; pues lo vencen diariamente y nos mantienen informados. Además, los obstáculos para el acceso a la información son muy rudos.
Ahora, tras abundantes coberturas noticiosas, reportajes, campañas cívicas, conferencias e iniciativas para formar reporteros ciudadanos en barrios, pueblos y ciudades, Efecto Cocuyo recoge el fruto de su afiebrada actividad: el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, en la categoría Cobertura, gracias al reportaje “Venezuela a la Fuga”, realizado junto con El Tiempo de Bogotá.
“Para nosotras, constituye uno de los mayores honores que podemos haber recibido; no solo por la calidad de la competencia y de los otros finalistas, de los mejores de Latinoamérica; sino porque es un premio Gabo, Gabriel García Márquez, Gabito”, expresa Laura Weffer, cofundadora de Efecto Cocuyo, y para quien “obtener un premio con el nombre de uno de los mejores periodistas, escritores, cronistas de la historia, es conmovedor y a la vez retador. Es un privilegio y un compromiso muy grande”.
—¿Considera que el reporterismo de calle, que retrata lo cotidiano, está cediendo su espacio a las investigaciones y denuncias de gran calado?
—No, jamás. Y menos en un vértigo informativo como el venezolano. Lo que pasa es que cada vez es más difícil reconocer la información veraz de la que no lo es. Por eso los trabajos de largo aliento suelen ser más confiables. Pero en general el periodismo de investigación es lento y laborioso. Así que el diarismo siempre será necesario.
—¿Es suficiente la combinación de todas las herramientas de la comunicación, como el texto bien escrito, la foto, las voces e imágenes en video de los testimoniales para acreditar el éxito de un buen reportaje de investigación?
—Absolutamente. Cualquier herramienta que contribuya a contar la historia, a sensibilizar y ofrecer contexto a la audiencia es más que bienvenida. Es una realidad preocupante cómo el periodismo uno de los oficios más afectados con la huida masiva de venezolanos
VENEZUELA A LA FUGA
Con este título, el reportaje, realizado junto con el diario colombiano El Tiempo, Efecto Cocuyo documentó las rutas que toman los venezolanos en su aventura migratoria por Latinoamérica. Se trata de un trabajo testimonial y de investigación de información y datos, que reunió historias de grupos de venezolanos quienes huyendo de la crisis económica que atraviesa su país, partieron hacia Perú, Argentina e inclusive a Curazao.
“Son historias individuales que revelan la dimensión del drama venezolano, al tiempo que muestran un país que se vacía lentamente y la incertidumbre de los que permanecen”, expresó el jurado del Premio Gabo que otorga la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), al reconocer el alcance del reportaje Venezuela a la Fuga. Un trabajo de un equipo de 27 personas, con nombres propios, como los de Ginna Morelo, Laura Weffer, Luz Mely Reyes, Ibis León, Gina Domingos, Jeanfreddy Gutiérrez, Vanessa Arenas y Sheyla Urdaneta, entre otros.
“Este premio es en realidad para Naycore; William; Manuel y Yaso; José y Violeta; Natalia; Jeanauri, apenas ocho nombres de los 2 millones y medio de venezolanos que se han ido del país escapando de un régimen de muerte y de miseria que intenta borrar la palabra futuro de Venezuela“, señaló en esa ocasión la directora general de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes.
Reyes reconoce el impulso que brindó su colega Gina Morelo, porque “fue un reportaje que se hizo muy rápido y su motor fue Ginna, de la unidad de datos del diario El Tiempo de Colombia. Fue ella quien nos llamó y rápidamente nos sumamos a la iniciativa”
—¿Qué les hizo pensar que tenía algún interés en seguir la huellas de esos caminantes? ¿Cuáles fueron los aspectos del trabajo que vieron como más difíciles de asumir?
—Creo que el momento más difícil de asumir de todas, y digo todas porque creo que la mayoría de las que participamos somos mujeres, fue ver familias desgarradas, tristes, separadas. Los que se quedan con una soledad cada vez más grande y los que se van con un futuro cada vez más incierto.
“En algún momento lloramos. Y creo que los colombianos pueden sentirse identificados con lo difícil del desarraigo y lo desolador de las despedidas”, acota Weffer.
Luz Mely Reyes recuerda cómo por años ante la migración de colombianos, peruanos, haitianos, venezolanos decían “nosotros no somos migrantes…, y quizás hoy tampoco lo seamos, quizás sea mejor describirnos como sobrevivientes. Tanto los que se quedan dando la batalla, como los que se van a darla a otro lado”.
La cofundadora de Efecto Cocuyo reiteró que el premio es un compromiso con el periodismo de verdad. “Al que camina con la gente kilómetros y kilómetros, dejando el Internet y la computadora en la frialdad de una oficina”, como refirió al diario El Tiempo.
—El reportaje involucra la investigación por lo que estaban obligados a mostrar datos precisos ¿Cómo hicieron para cotejar las cifras de la migración si el gobierno venezolano oculta tales datos?
—Fue difícil. Dificilísimo. Esa es una de las grandes novedades del trabajo, que Luz Mely logró ofrecer por primera vez una cifra cercana a la realidad, agrupando y cotejando todas las cifras que estaban desordenadas en estudios y documentos preliminares.
—¿Pensaron en algún momento que la idea inicial del reportaje se agigantaba y que aparecían como nuevas subtramas que alimentaba el objetivo propuesto?
—Siempre y ese fue parte del reto pero también parte de su magia. Que tantas personas nos permitieran acompañarlas en un momento tan íntimo, pero a la vez tan vulnerable fue muy importante. Y cada historia cubierta no fue una subtrama, era una vida. Una vida que cambiaba de rumbo y se lanzaba a lo desconocido porque en lo conocido ya no había vida. Se dice que a la prensa no se le recordará ahora por sus primicias, sino por sus trabajos de investigación.