VÍCTOR SUÁREZ –

Gila, ilustre monologuista telefónico español, siempre trataba de comunicarse con un general o con algún soldado del frente contrario. A veces solicitaba pausas para hacer la siesta, en otras pedía información secreta sobre los calibres de los cañones para poder responder adecuadamente a la artillería enemiga. Gila, casi siempre, salía chamuscado pues el combate se llevaba a cabo a pocos metros de su cueva de observación. Chávez, que en su vida militar hizo algunos cursos de telecomunicaciones de los que presumía, desde su puesto de máximo monitor a veces ordenaba movilización de tanques a la frontera, de aviones que persiguieran a los gavilanes que merodeaban los aeropuertos, de generales barrigones que se atoraban en la escotilla del blindado. Nicolás Maduro, a quien el blasón de Comandante en Jefe se le apareció en un saldo de pacotillas, lo que hace es estorbar la acción, al estilo de la vieja serie Los Duques del Peligro.

El Comandante en Jefe pierde otra vezAl inicio de su programa dominical pregrabado de ayer, bajo un sol esplendoroso en el parque Vinicio Adames (Hoyo de la Puerta, municipio Baruta, Gran Caracas) aunque al momento de la emisión en TV llovía torrencialmente en la estancia del horcón, aparecía de pie el zar Nicolás Primero, y al fondo se veía que pastaban tres de sus guardaespaldas, de espaldas a la cámara. Luego se sentó y comenzó a desagregar su perorata del día.

Maduro dijo: «A nosotros no nos saca nadie de Mercosur», un día después de que los cuatro países fundadores habían resuelto que Venezuela ya no formaba parte de esa alianza regional.

Maduro dijo: «La Asamblea Constituyente trabajará en la Casa Amarilla», sede del ministerio de Relaciones Exteriores, reconociendo que no tiene Capitolio Federal.

Cuando tocó turno de hablar sobre el asalto al fuerte Paramacay, en Naguanagua, que se había iniciado ese domingo dos horas antes de despuntar el alba, Maduro contó que se había comunicado con un general para preguntarle cómo va la vaina. «Llamé a un general y me dijo: disculpe pero me están disparando, luego lo llamo», y colgó, como siempre le pasaba a Gila cuando hacía preguntas impertinentes en el momento menos oportuno. ¡Qué se ponga!

Aseguró que «en cuestión de minutos fue rechazado ese ataque mercenario y terrorista», el cual había comenzado a las 03:50, según su cronómetro de pulsera, a lo mejor «el primero en viajar al espacio», «el que usó el cosmonauta ruso Yuri Gagarin en su misión Vostok 1 en diciembre de 1961», que le había regalado el viceprimerministro de Rusia en diciembre de 2016 en plan de gran vacilador de las estepas.

Maduro continuó explicando la hazaña militar, «en la que estuve al frente de la dirección como Comandante en Jefe, junto con el Estado Mayor Superior». En la versión Maduro ese «cuestión de minutos» inmediatamente se convirtió en 180 minutos, en tres horas completas de fragor indocumentado. «Entre las 05:00 y las 08:00 hubo combates internos», dijo el primer napoleón de la nación.

¿Entre quiénes? En ese Fuerte tiene asiento la unidad militar de mayor poder de fuego del país, la 41 Brigada Blindada, con sus batallones de tanques rusos, decenas de tanquetas, murciélagos, ballenas, sistemas de obuses de largo alcance, escuadrones de paracaidistas, artilleros, francotiradores y colectivos motorizados que entran y salen cuando quieren.

El Comandante en Jefe pierde otra vezEl enemigo contaba con solo veinte efectivos, la mayoría civiles con escaso o ningún entrenamiento militar. El comandante general del Ejército, Jesús Suárez Chourio, declaró que los atacantes «habían aprovechado las condiciones del momento». Pero Maduro prefirió ofrecer otra excusa: «El grueso del personal se encuentra en Rusia en los Juegos Mundiales Militares, donde están ganando medallas y medallas y medallas»,  dijo. Los Military World Games se realizaron en Sochi, Rusia, en febrero de 2017, y en ellos no participó ningún equipo venezolano. Se refería, pero su condición de C en J no le permitía estar informado, a los International Army Games, que se están realizando entre el 29 de julio y el 12 de agosto de este año en territorio de 5 países (Rusia, Azerbayán, Belarus, Kazastán y China) con participación de representantes de 29 ejércitos. Hasta el viernes pasado, «el grueso del personal» venezolano había alcanzado apenas una medalla de bronce, en competencias que dominan Rusia (20 medallas) y China (11 medallas).

Antes del programa de TV, a las 10 de la mañana, los venezolanos atónitos dudaban de si se trataba de un «Cisne Negro» o de una operación perpetrada por la delincuencia común, como la registrada en febrero de 2016 en La Casona Presidencial «Indio Rangel», la cual es custodiada por el Batallón de la Guardia de Honor Presidencial (La Victoria, estado Aragua), donde la banda de «El Carlitos» y «El Luisito» se apoderó de 19 fusiles M4, un fusil M16, un fusil AK103, una pistola Glock .40, una pistola Browning calibre 9 mm, 77 cargadores de fusil M4, cuatro cargadores de fusil M16, 2.400 proyectiles y una camionetota de lujo. O la más reciente, la operación del 4 de julio pasado en la que fue asaltado el parque de armas del batallón de infantería motorizada «Vuelvan Caras», ubicado en la ciudad de Araure (Portuguesa), con saldo de un soldado muerto y el resto dejado en calzoncillos.

Los chavistas iban más allá en sus conjeturas, y ello les preocupaba aun más. Quizá el cabecilla confeso de tan temeraria acción, el capitán de la GNB (r) Juan Carlos Caguaripano, había reeditado con igual limpieza la operación realizada por el entonces teniente Raúl Álvarez Bracamonte, quien asaltó el domingo 1 de marzo de 1992, poco menos de un mes después del intento de golpe de Estado de Hugo Chávez, la armería del regimiento «Generalísimo Francisco de Miranda», en Fuerte Tiuna, sede del alto mando militar venezolano. Un comando de 5 sujetos se había apoderado de un lote de 40 armas de guerra, entre fusiles automáticos livianos y subametralladoras, así como de gran cantidad de municiones 7,62 y 9 mm. El grupo había llegado en una camionetota Bronco y, tras encañonar y someter al personal militar de guardia, sustrajo el armamento, el cual no fue recuperado jamás.

Diosdado Cabello, que se levanta más temprano, le volvió a ganar la partida a Maduro, como lo está haciendo en la ANC sin tener representación directa en la directiva. Cabello, hace algunos meses, había augurado que cualquier intentona militar «no duraría ni 25 minutos» en ser repelida por sus leales. Antes que ningún otro doliente, esta vez lanzó un tuit: «Nuestra FANB, actuando con máxima moral en defensa de su honor, de la paz y de la patria, ha controlado la situación. Seguiremos informando».

Al fin apareció Suárez Chourio, con voz y aperos lamentables, a las 11:30, por VTV. El comandante general del Ejército ofreció un parte, flanqueado por una fila de oficiales superiores y, detrás, por un conglomerado de uniformados. Ocho horas después del inicio de las acciones, que Maduro había fijado en las 03:50 de la madrugada, señaló que los «mercenarios» habían sido repelidos «inmediatamente».

El Comandante en Jefe pierde otra vez

El Comandante en Jefe pierde otra vez

Sin embargo, la secuencia seguía incompleta. No todos los detalles han salido a flote.

«Traspasaron las barreras del fuerte, tomaron las armas, combatieron con la guarnición y escaparon. ¿De qué victoria habla Nicolás?», acuñó el periodista Roberto Giusti. El general de brigada GNB (r) Marco Ferreira, en el exilio desde 2003, apuntó: «El capitán Caguaripano les tomó una Brigada, los puso a correr, les vació el parque de armas y ¿el gobierno ganó? ¿Qué ganó?»

El Comandante en Jefe pierde otra vezLa embajada de Cuba, en Chuao, tapió con doble pared de bloques de concreto la entrada principal de su legación, medidas de seguridad fueron reforzadas en todos los cantones militares del país, acuartelamiento general, vehículos blindados se desplegaron durante día y noche en diversas zonas, aunque no se trataba de un tema militar la represa del Guri había llegado a su tope y amenazaba con una catástrofe, la gente se arremolinaba en los alrededores de los cuarteles, represión agudizada, la MUD balbucea, el PSUV calla. No todo está en calma.

No ha sido desmentido todavía el balance de la carga de JC Caguaripano al escapar del teatro de los acontecimientos: 93 fusiles AK 103 y un lanzagranadas M6L.

El general ministro Padrino López, otro que no madruga, ofreció el lunes 7 su propio saldo: dos militares en la clandestinidad, ocho ciudadanos detenidos y dos fallecidos. Dijo que Caguaripano había logrado escapar tras el ataque, al igual que el primer teniente Jefferson Gabriel García, responsable del parque de armas de la Brigada Violada. No aclara número ni tipo de armas sustraídas ni del resultado de restar 20 menos 12, que son 8 personas desaparecidas en acción.
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Ayayay, Paramacay

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