El Estado Cuartel en Venezuela (Prólogo)

El Estado Cuartel en Venezuela (Prólogo)

 

FRÉDERIQUE LANGUE –

El Estado Cuartel en Venezuela
Radiografía de un proyecto autoritario
Luis Alberto Buttó / José Alberto Olivar (Coordinadores)
Prólogo de Frédérique Langue
Ensayos de Franz von Bergen Granell, Jo-ann Peña Angulo, Rosaura Guerra Pineda, Luis Alberto Buttó, José Alberto Olivar
2da. edición 2018 – Universidad Metropolitana, Caracas, Venezuela
1ra. edición: 2016 – Negro Sobre Blanco Grupo Editorial


En uno de sus últimos ensayos, el finado maestro y amigo Domingo Irwin, notable estudioso del pretorianismo criollo, se abocó a discutir un concepto aparentemente alejado de sus inquietudes, el de militaridad, en cuanto potencial discurso de militarización de la sociedad, que, sin embargo, no coincide cabalmente con el de militarismo1.

Si bien el punto de partida de estas reflexiones radica en publicaciones de militares vinculados con la academia, o sea de autores deseosos de expresar su parecer sobre el «acontecer castrense» en Venezuela, de acuerdo con una tradición fundamentalmente didáctica, teórica o de cuño autobiográfico que se remonta al siglo XIX, le permitió resaltar tensiones internas dentro del sector castrense. Estas surgen a partir de la década de 1940, en el preciso momento en que surgió la calificación de Fuerzas Armadas Nacionales.

El Estado Cuartel en Venezuela (Prólogo)Como bien lo demuestra esta muy oportuna reedición del Estado Cuartel coordinado por Luis Alberto Buttó y José Alberto Olivar, los años 1970 arrojaron otro dato de suma importancia puesto que las obras escritas por militares retirados evidenciaron un sentimiento corporativo muy fuerte dentro del sector castrense, sentimiento que se manifestaría a todas luces en la década de los 90. La restructuración legal y organizativa promovida luego de adoptarse la Constitución Bolivariana de 1999 así como diversas Leyes orgánicas promulgadas en torno a seguridad de la Nación, apuntaron a reforzar tanto el mandato constitucional y la jefatura suprema operativa del Presidente. Otro tanto sucedió con el concepto estratégico que subyace en la estructuración de la defensa en una perspectiva de “desarrollo integral”. Como lo indican además los autores del libro, después de los sucesos de abril de 2002 y del referéndum de 2004, salió a luz un texto clave en este aspecto: el Pensamiento Militar Venezolano (2005), prolongado por la LOFANB de 2006 que contempla la creación de la reserva y de las milicias bolivarianas, o por las leyes de 2011 encaminadas a organizar la educación para la defensa.

Los estudios reunidos aquí por un dinámico equipo de colaboradores y jóvenes investigadores formados por D. Irwin, revisitan esta peculiar evolución del sector castrense tal como la inició y lideró Hugo Chávez. Ahora bien, unas décadas después de los frustrados intentos de golpe de 1992 y especialmente de la “rebelión de los ángeles”, son notables las desavenencias con la ideología de turno, e inexistente el liderazgo carismático del sucesor de “El Comandante Eterno”. A diferencia de lo pregonado por varios analistas o medios de comunicación ajenos a la problemática de las relaciones civiles-militares, no basta referirse al “militarismo” para explicar la situación actual. El gobierno “revolucionario” de N. Maduro, confrontado a una grave crisis política, económica y social, llegó en efecto a buscar el apoyo castrense, junto al uso cada día menos encubierto de la violencia como práctica de gobierno, haciendo un uso indiscriminado de la Doctrina de Seguridad Nacional ante el “enemigo interno”.

Ahora bien, en cuanto expresión de la preponderancia de los militares, de la política militar o del espíritu militar de una Nación —como se recuerda a ciencia cierta en varias contribuciones—, el militarismo tradicionalmente no resulta preponderante en el caso venezolano, aunque se le pueda considerar una “fase superior del pretorianismo”, como lo subraya L.A. Buttó. Por esta razón, resulta más acertado reconsiderar el concepto de militaridad. El término, acuñado en 2012 por dos generales de brigada de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), desembocó en una publicación de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela. Destaca la actuación de los militares en el campo social, como parte de un pueblo, de tal forma que sí regresamos aquí a la problemática central de Domingo Irwin, acerca del pretorianismo entendido como “influencia política abusiva ejercida por algún grupo militar”, presentada como “unión cívico-militar” por la autodenominada Revolución Bolivariana, mientras la militaridad no hace sino reflejar “el proceder militar en lo social”, de acuerdo con su último trabajo de investigación publicado en la revista Tiempo y Espacio (2017). La “novedosa” palabra no sería sin embargo sino un intento por “favorecer la politización político partidista del sector militar venezolano, la antítesis del profesionalismo castrense y la potencial activación de un partido político militar; en síntesis, una expresión ya no de pretorianismo, entendido como una influencia política abusiva ejercida por grupos castrenses, sino de militarismo: una sociedad dominada en todas sus instancias fundamentales por lo militar”2.

En esta perspectiva, los autores van profundizando lo que sería la última inquietud intelectual del maestro, adentrándose en los vericuetos de la nueva realidad político-institucional, de un nuevo protagonismo militar y de un sistema de gobierno autoritario, caracterizado por un control civil debilitado (a diferencia del periodo 1958-1998), el Estado Cuartel o Estado Guarnición, de acuerdo con la temprana caracterización de Harold Laswell (1941). Un punto clave lo es en este aspecto la cuestión de la “formación cívico militar bolivariana”, promovida bajo la amenaza de una guerra asimétrica fomentada desde el “imperio”. De ahí el hecho de que las relaciones cívico-militares apunten hacia una nueva categoría analítica que contempla precisamente la formación de políticos militares profesionales o sea de una cierta profesionalidad militar parcializada políticamente, más contraria al ideal de Estado democrático y social. De ahí también la referencia inclusiva al “Estado Cuartel”, de significativas implicaciones en un tiempo presente venezolano marcado por una creciente influencia castrense en numerosos ámbitos de la vida nacional, hasta a nivel empresarial en la medida en que los militares controlan buena parte de la economía nacional.

Se discute por lo tanto el significado de lo que sería un nuevo tipo de régimen militar y el discurso unificador en cuanto a gobernabilidad que se deriva del “chavismo sin Chávez”: en un contexto de violencia política, ¿dónde radica la autoridad en el Estado Cuartel y cuál es la actuación del partido de gobierno? ¿Será la dependencia respecto al sector castrense la condición sine qua non de la permanencia de N. Maduro en el poder, cuando los verdaderos herederos de Chávez fueron inicialmente una élite militar conformada por integrantes del Alto Mando Militar — como lo subraya J. A. Olivar — y no los numerosos generales y almirantes ascendidos desde 2013 ? ¿Quid de la conspiración permanente en que D. Irwin veía una de las expresiones del pretorianismo criollo, de los acuerdos y entendimientos entre la dirigencia militar y la de los civiles y viceversa, incluso de la simbiosis militares-civiles que prevaleció entre 1960 y los años noventa del siglo XX, devenida en “alianza cívicomilitar”? Luego de la destrucción de la “imparcialidad política militante del sector militar” por la Revolución Bolivariana y de la “confusión” originada por una “fusión militar-civil” llevada por una “avasallante propaganda gubernamental, nacional e internacional” y “políticas distributivas populistas extremas” ¿acaso se puede hablar en la Venezuela de hoy de una sociedad totalmente militarizada? 3.

Para contestar y contrarrestar estas preguntas e inquietudes del tiempo presente criollo, resulta fundamental conocer mejor el (nuevo) pensamiento militar bolivariano y el debate al respecto, y más en su vertiente universitaria. Asimismo resulta de suma importancia el conocimiento de su simbología y del imaginario social que traslucen a lo largo de estas páginas. Tal es el propósito de este libro, de obligada consulta para quienes quieran conocer mejor la realidad histórica criolla y adentrarse en una vertiente sorprendentemente poco conocida de un proceso político y estratégico que despertó no pocos ecos en el continente latinoamericano y que sólo se caracteriza en la actualidad por la “incertidumbre” (D. Irwin).

1 Tiempo y Espacio, Vol. 35, Núm. 68 (2017): http://revistas.upel.edu. ve/index.php/tiempo_y_espacio/article/view/6202
2 Domingo Irwin, Ingrid Micett, “El fenómeno de la alianza cívico-militar en el marco de la Revolución Bolivariana”, en F. Ramos Pismataro, A. De Lisio, R. F. Rodríguez (eds), De Chávez a Maduro: balance y perspectivas, Bogotá, Editorial Universidad del Rosario, 2016, pp. 83-97.
3 Idem.

Frédérique Langue. Actual directora de investigación en el CNRS-IHTP (Institut d´Histoire du Temps Présent) en Francia. Ha sido profesora en UCAB, LUZ, UJMV, en Venezuela.

 

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