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Ante la crisis humanitaria sin precedentes en su país, miles de venezolanos se refugian en Brasil.
A las ocho de la mañana, el paso fronterizo de Pacaraima entre Brasil y Venezuela es tomado por asalto: todos los días, más de 500 venezolanos cruzan hacia Brasil, con sus vidas metidas en una maleta. Todos están huyendo del régimen de Maduro. Desde el comienzo de 2017, más de 50.000 refugiados han pasado por Pacaraima. La mayoría son indios warao perseguidos en su país. Las calles se transforman en campamentos improvisados.
Hasta hace poco, eran publicistas, ingenieros o estudiantes: en unos pocos meses perdieron su posición y sus ahorros debido a la inflación. «Con estos billetes, hoy, ni siquiera se puede comprar una barra de mantequilla, mientras que antes de la crisis yo compraba un auto», dice un venezolano. El estado está sufriendo una crisis humanitaria, la ONU y las organizaciones benéficas han sido llamadas al rescate para ayudar a los refugiados.
ESPERAN UN MILLÓN DE REFUIGIADOS
Para el alcalde de Pacaraima, la situación se ha vuelto incontrolable. Antiguamente una zona fronteriza con tiendas florecientes, la ciudad se ha convertido en una encrucijada de tráfico de todo tipo. A 1.320 kilómetros de distancia, en Caracas, capital de Venezuela , la crisis aparece en cada esquina.
Para evitar que los refugiados sean explotados, una asociación ofrece clases de portugués y asesoramiento legal. Las autoridades brasileñas han relajado recientemente sus leyes de migración para que los refugiados puedan beneficiarse más rápidamente de un estatus y derecho al trabajo. Brasil anticipa la llegada de más de un millón de venezolanos a su territorio.
Publicado por France Info el 28-1-2018
