ELIZABETH ARAUJO
Convertido, a fuerza de sucesos que ya no sorprenden, en una máquina de respuestas políticas, con cierta carga de burlas e ironías, José Rafael Briceño («El Profesor Briceño») pasó por España, donde ofreció con éxito su show Stand Up Comedy y a manera de despedida se reunió con periodistas en Barcelona. Cuando algún pasado de listo se mostró desilusionado, el Profesor Briceño le dijo que desde hace tiempo las esperanzas de cambio “se mudaron de Altamira a Catia, y peor: Maduro lo sabe”.
Apenas había desayunado. De manera que llegó cansado, sin aliento, al final de la tarde de un domingo en Barcelona que se antojaba perezoso, al punto que Harry pedaleó en bici desde su casa para abrir La Taverna D’Exaimple y cocinarle carne con yuca que José Rafael Briceño no dudó en bendecir. “Coño, mi pana, qué vaina tan buena…”. Se lo dijo poniéndole la mano en el hombro y con el entusiasmo del venezolano agradecido con quien “le salva la vida”.
Después vino el cigarrito, el té de menta para aclarar la garganta, y se sentaron los periodistas que disfrutaron del conversatorio sabroso, donde el Profesor Briceño, que suele lanzar su artillería desde la zona del humor, disertó acerca de una Venezuela rebelde, valiente, negada a dejarse aplastar por la bota militar, y aún con fuerzas para burlarse del presidente que acababa de descubrir los cinco puntos cardinales.
“Sí, es verdad; no le pongamos cortinitas a la situación del país: la vaina es realmente grave… pero yo sospecho que está más jodida para el gobierno que para quienes no nos cansamos de marchar, aún con ese saldo terrible de la represión y hasta de muerte. No lo digo yo, lo veo en la gente que vive en las casitas de la Roca Tarpeya y nos aplauden cuando marchamos por ahí y desde donde antes nos lanzaban piedras”.
LA ESPERANZA SE MUDÓ DE BARRIO
En gira express por España, y actuaciones en Madrid, Tenerife y Barcelona, el versátil Profesor Briceño se ha valido del show Stand Up Comedy para exhibir fuera de Venezuela sus virtudes de comediante, locutor y de gran conversador, donde la política no se queda a un lado, sino que le ayuda justo para describir, a quienes no lo saben, un país en ebullición, donde hasta hace poco él era conocido solo como “el profesor de oratoria de las candidatas al Miss Venezuela”.
Briceño ofrece un resumen de la situación en tiempo real; de las contradicciones dentro del chavismo, de los tropiezos en los diversos sectores de la oposición; de lo difícil que resulta “salir a protestar y cuando regresas a casa te enteras por mensajes que mataron al joven que seguramente marchó a tu lado”. De modo que cuando alguien, en la mesa de este diálogo, o desde el área de penaltis, que es Periscope –donde anda conectado–, le pregunta si después de 80 días de marchas existe todavía alguna esperanza para salir de Maduro, José Rafael Briceño, a la manera del monje Shaolin, de la serie Kung Fu, bebe despacio su te de menta, aclara la voz y responde: “Esperanzas hay en cualquier escenario, inclusive en circunstancias extremas… ¿pero sabes que hemos descubierto? que las esperanzas se mudaron de la plaza Altamira y ahora bajan desde La Vega, Catia o del mismo 23 de Enero; en otras palabras, la insatisfacción con el gobierno es de tal naturaleza que la gente protesta incluso sin que se lo indique la MUD”.
A la prueba se remite: los videos que muestran a gente que se moviliza en la calle o pueblo. “Eso de que los opositores del oeste se unieran a las protestas no se lo esperaba el gobierno y por eso arremeten de noche, como lo hacen las peores dictaduras. Nadie esperaba, por ejemplo, que la convocatoria a una marcha nocturna tuviera éxito, no solo en Caracas sino en el interior”.
Otra señal que Briceño no deja pasar: la aparición de simpatizantes del gobierno que deciden alzar su voz contra una medida del Presidente como es la de hacer una Constituyente para cambiar la Asamblea. “La gran fortaleza del chavismo había sido su unidad de criterios, a pesar de que ya uno sospechaba que había diferencias internas, pero la voz que salía era de un elemento unitario y la aparición de esas voces en contra de la Constituyente son una verdadera esperanza de que la procesión del chavismo va por dentro”.
“Maduro quiere una Constituyente sin hacer un referendo como al contrario de lo que hizo Chávez, o como lo hacen en cualquier lugar del mundo. Eso, en sí mismo es un indicativo del nivel de presión que se está dando”.
Por otra parte hay una oposición fortalecida, que está en la calle: los diputados, gobernadores y concejales; con gente del este y los pobres. ¡Ojo! Esto no es el 2014 reeditado y por ello la gente no debe esperar que el desarrollo de los acontecimientos se parezca a ninguno de los procesos anteriores. Briceño subraya que esperar una volteada de los militares para llegar a Miraflores no cuenta en la agenda de la oposición. “Por eso la presión en la calle, donde demostramos que el Gobierno ha perdido la mayoría y que fue un error de la oposición pensar que esa mayoría no existía, que se la habían robado y demás etcéteras. Pero se ha creado una mayoría, y ellos lo saben”.
NO HAY DOS VENEZUELA
Briceño es una máquina para disparar argumentos. Pero antes de responder, escucha. Se levanta para el segundo cigarro y cuando vuelve a la mesa hay un montón de preguntas o de gente que le increpa por Periscope, y le habla del tema militar, de los diputados que salen a marchar, de que se estaría cocinando otro diálogo “a lo Zapatero” o que hay partidos de la MUD que quieren participar en la trampa de la constituyente madurista. En fin, como le dice desde Miami un tal Gregorio “lo que pasa, amigo, es que hay dos Venezuela, y tu estás hablando de la Venezuela que tu conoces, porque hay otra que no sale a protestar”.
“No hay dos Venezuela –responde de entrada el Profesor Briceño–, esa es una visión vieja que empleaba Chávez cuando Chávez vivía. Hoy no. Ahora hasta los ministros se duermen cuando el presidente hace sus cadenas y dice (aquí imita la voz de Maduro), “vamos a poner presos a todos los diputados de la derecha” o anuncia la invasión desde Madrid, Bogotá o Miami. Los venezolanos no solo están arrechos por las consecuencias en la economía de este mal gobierno… es que ya hasta a los chavistas le molesta identificarse con una revolución que es un fracaso”.
Otro detalle, recuerda Briceño: para protestar la gente no tiene que ser necesariamente de oposición. Son ciudadanos descontentos por la forma como se ha manejado el tema de la comida, de las medicinas, la inseguridad, los derechos de la gente. “El hecho de que yo esté en contra no quiere decir que esté a favor de ti, sino que estamos en contra de algo en común. Es el caso de la constituyente que ha sido un elemento unificador y le da más razones a la gente para seguir en la calle”.
Por Periscope, Martell le recuerda que ningún gobierno sale por la vía democrática. “Nooo, Martel, es todo lo contrario: los gobiernos totalitarios salen por la vía democrática, por la presión popular, mediante procesos electorales, negociaciones, cuando hay una implosión de la vida económica y una creciente represión y la gente hace, como está haciéndolo en Venezuela, salir a protestar, días tras día. Pasó en Argentina, Chile. Uruguay, Brasil. Ahora, si lo que me planteas es ir a Miraflores y sacar a Maduro, te diré que no es esa la vía. Somos una mayoría democrática. Ellos son una minoría, pero que tienen las armas. Ahora, en el oficialismo esta lectura del descontento se incrementan cuando hablan de una nueva constituyente que violenta las ideas de Hugo Chávez, y lo que buscan son ganancias marginales”.
SOY DEL EXTREMO CENTRO
El Profesor Briceño llega al punto en que expone su temor por los extremos políticos, y lamenta que una de las luchas más difíciles en Venezuela sea escuchar las voces de los moderados, dejados aparte, porque cuatro radicales gritan por Twitter “Vamos a Miraflores”. “Y como a todo extremo político le cuesta pronunciarse y llegar a acuerdos, al centro le cuesta pronunciarse radicalmente y tenemos la razón. Hay que buscar la negociación de una salida del gobernante, en este caso se puede lograr, y se va a dialogar para buscar una salida; porque ya se hizo el diálogo y se violaron las reglas que la oposición llevó. Ya nosotros podemos decir, no habrá diálogo, por lo que pasó el año pasado. Ahora se debe plantear es la salida”.
Alguien, casi inaudible, expone vía Periscope la fórmula para salir de los colectivos. Briceño lo escucha y responde: “Con los colectivos ya hasta se están enfrentados entre ellos, ya que representan un problema para los militares y el mismo PSUV. Ahí hay un punto de quiebre”. Un periodista en la mesa plantea el tema si lo de Maduro es o no una dictadura. “No sabría qué decirte. Solo sé que en una dictadura la gente no tiene el derecho ni de soñar, porque no puede perder el trabajo que tiene, porque la inflación lo tiene arrinconado o tiene que estar en una dinámica de medicinas constantes porque tiene un paciente crónico en la casa y eso lo pone en una situación sumamente complicada. Es verdad que la GNB ha sido en sus actos torpes y quiere que tengamos miedo. Sin embargo la gente sale a la calle, protesta por medicinas, alimentos, contra la inseguridad, aún a costa de la brutal represión. El video de la toma de La Candelaria o los edificios Los Verdes, nadie puede negar que fueron arremetidos salvajemente. El mito de que el oeste no marchaba. Eso se acabó. En el oeste es peor, porque le llegan de noche y los asaltan. Pero hay una cosa que le falta a Venezuela para ser dictadura: un pueblo sumiso. En Venezuela no hay un pueblo sumiso”.
MIRANDO AL FUTURO
Pasan rápido las horas de conversación. Tantas que no caben en este artículo, pero hay algo que los periodistas asistentes al conversatorios se llevaron para sí. La constatación, de parte de José Rafael Briceño, que frente a este caos y tanta violencia, hay un periodismo que, sin recursos y con la espada de la censura gubernamental, no deja de denunciar, investigar y exponer la realidad de un país dentro de un volcán. “Una de las primeras armas que tiene el gobierno son los rumores. Por eso es la importancia del periodismo serio, que no publica lo primero que le llega y que investiga. Yo veo a diario muchas páginas web que están haciendo historia porque informan y bien fundamentada lo que está pasando en Venezuela. Otro tema fascinante es que somos emprendedores. Todos los que están fuera del país, trabajan y trabajan que jode, para construir ese país que está destruido. Igual están haciendo los venezolanos que tienen más de 70 días protestando. Lo demás, eso de derecha o izquierda es ya es una tontería, ya que es en el país se están haciendo juicios militares a civiles, una clara actuación de la peor derecha militar de América Latina. Yo digo que el peor enemigo que tiene el madurismo es el tiempo. Ya ellos culpan a los males del país a Chávez porque ellos tienen más de 18 años en el poder. Hay que reconstruir el país, y dejarnos de ver quién asoma su nombre como salvador. Aquí los salvadores somos todos”.
Al final, alguien por Periscope le recrimina que haga humor, mientras el país se desangra. La pregunta aflora en la mesa ¿Cómo hace humor con toda esa situación?
“Mira, yo hago humor a través de la arrechera, desde el fondo de la ira. Para que veas el nivel de locura en que llegamos. La gente me pregunta ¿crees en la Fiscal? Y yo le digo creo que es una chavista que ha reflexionado. Por cierto, lleva más de un año denunciando. Entonces me dicen: esa mujer está salvando su culo. Bueno ¿y quién no quiere salvar su culo en medio del caos en que vivimos? Por eso insisto: Negociar es la base de la política. Son dos fuerzas distintas: ellos tienen las armas y nosotros tenemos la fuerza de la gente. Llegará un momento en que habrá que sentarse para dialogar la salida, y mientras eso pasa yo hago mi trabajo, para sobrevivir, porque soy comediante y mi oficio es hacer reír”.