La Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), responsable de la ayuda humanitaria directa de Estados Unidos, encontró que en el caso venezolano sus objetivos y prácticas fueron distorsionados gravemente durante el mandato de Donald Trump.
Un informe de auditoría del Inspector General del organismo gubernamental, reseñó que como conclusión de la experiencia venezolana, especialmente a partir del intento de ingreso de ayuda humanitaria al país a través de Colombia y Curazao en febrero de 2019, habían sido extraídas seis grandes recomendaciones para mejorar la coordinación en toda la agencia y fortalecer los controles para evitar politizar la acción humanitaria, así como minimizar los riesgos de distorsión y fraude, tanto en las motivaciones de la ayuda como en los organismos receptores (implementadores).
“Si USAID no aborda estos desafíos, podría obstaculizar la respuesta a la crisis regional de Venezuela y resultar en oportunidades perdidas para fortalecer los controles que podrían mejorar las respuestas futuras de USAID a desastres internacionales”, resalta el informe en su conclusión.
USAID apunta al Departamento de Estado y al Consejo de Seguridad Nacional, organismos del poder ejecutivo con los que la agencia se coaligó para coordinar la ayuda a Venezuela, como ejecutores de la intención principal del expresidente Trump, quien, afirma, estaba más interesado en el derrocamiento de Nicolás Maduro que en satisfacer en buena medida las verdaderas necesidades del pueblo venezolano: “En enero y febrero de 2019, el gobierno de EEUU dispuso que la asistencia humanitaria de USAID para los venezolanos también serviría como una herramienta clave para elevar el apoyo al gobierno interino de Venezuela y aumentar la presión sobre el régimen de Maduro”.
Unas 368 toneladas de suministros fueron movilizados por USAID en esas fechas, de las cuales apenas 8 toneladas lograron ingresar al país. El resto (360 t) fue distribuido en Colombia y Somalia.
La caravana de camiones que pretendía entrar a Venezuela a través del puente internacional Simón Bolívar, en Táchira, fue interceptada por las fuerzas de Maduro en medio de una gran expectativa internacional.
Ese fue “el primero de una serie de errores de cálculo en la política de la administración Trump hacia Venezuela”, concluye el reportero de la agencia AP, Joshua Goodman, en su reseña del pasado 29 de abril.
Thomas J. Ullom, Inspector General en funciones de USAID, dijo en la presentación del informe que “se necesitan procesos mejorados y requisitos del implementador para abordar los desafíos y riesgos de fraude en la respuesta de USAID en Venezuela”, pero no identificó a los agentes nacionales internos que pudieron haber actuado irregularmente.
Reclama que USAID debió enfrentar importantes desafíos de política, coordinación y planificación estratégica para responder a la crisis regional con raíz en Venezuela. No tenía cómo implementar un proceso para documentar las directivas del Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado, y tampoco desarrolló planes estratégicos conjuntos de respuesta humanitaria con el Departamento de Estado, tanto a nivel interno como en la región afectada.
En ese momento el republicano Mark Green dirigía la USAID. Renunció en marzo de 2020, y entonces declaró sentirse orgulloso de lo que había gestionado para Venezuela. Su historial como administrador de USAID recibió elogios tanto de los republicanos como de los demócratas cuando renunció al cargo, según algunos órganos de prensa. Poco después asumió la dirección ejecutiva del McCain Institute, un think tank de la Universidad del Estado de Arizona con oficinas en Washington DC, enfocada en “seguridad, oportunidades económicas, la libertad y la dignidad humanas”. Allí estuvo menos de un año. El 15 de marzo de 2021 se incorporó como presidente, director y CEO del Woodrow Wilson International Center for Scholars, clasificado entre los 10 mejores think tanks del mundo.
Dice Goodman en su reporte para la agencia AP: “Para reforzar a Guaidó, USAID, creyendo que las agencias de la ONU habían sido cooptadas por Maduro, minimizó los fondos para Naciones Unidas a pesar de que algunas agencias de la ONU tenían infraestructura dentro de Venezuela para distribuir la ayuda. Una organización venezolana sin fines de lucro, que no se identifica por su nombre en el informe, recibió fondos, en parte en función de su alineación con los intereses de la política exterior de Estados Unidos, aunque persistieron las dudas sobre si podría cumplir con los requisitos legales y financieros de la agencia”.
La Recomendación # 5 de la auditoría es muy clara:
“En coordinación con la Oficina de Política, Planificación y Aprendizaje, completar una revisión documentada de la cartera de asistencia para el desarrollo de USAID en Venezuela, para determinar si desarrollar e implementar un Marco Estratégico, de acuerdo con los requisitos del capítulo 201 del Sistema de Directivas Automatizadas”.