El gobierno trata de hacerse el magnánimo. Mikel Moreno, presidente del TSJ, dice que redactó, firmó e hizo aprobar la resolución de casa por cárcel, como una «medida humanitaria». El ministro de propaganda, Ernesto Villegas, dice que una «Comisión de la Verdad» pidió medidas alternativas a involucrados en violencia política. Tarek William Saab, defensor del gobierno, acusa a su exaliada la Fiscal Luisa Ortega Díaz de chanchullos procesales en el proceso judicial que condenó a Leopoldo López a 14 años de presidio, y lee cinco líneas de una carta del 7 de julio en la que, según, Lilian Tintori solicita su intervención para que su esposo sea beneficiario de alguna medida sustitutiva de cárcel. En Miraflores estaban esperando que el expresidente del gobierno español, Rodríguez Zapatero, apareciera en algún balcón diciendo que López está en su casa gracias a su misión mediadora.
Extremistas insaciables dicen que esa medida, en momento tan crucial para el gobierno de Maduro, con un plebiscito en puertas que seguramente le despojará de la última cutícula de legitimidad, se debió a que los demócratas venezolanos han negociado esa porción de libertad. El director de Foro Penal Gonzalo Himiob ha dicho: «No es liberación; es cambio de sitio de reclusión. La lucha sigue».
Recién bañado y recién comido, después de haber abrazado a su familia sollozante de alegría por tenerlo de nuevo en casa, así sea maniatado, vigilado, secuestrado, Leopoldo López se ha dejado ver en el pórtico del jardín de su casa en Los Palos Grandes y durante un minuto ha saludado a sus seguidores arropado con una bandera nacional, tal como se lo llevaron detenido hace 3 años y medio, pero, otra vez, sonriente y pleno de valentía.
Luego de haber mantenido conversaciones con López durante unas cinco horas en su nuevo centro de reclusión, un grupo de dirigentes de Voluntad Popular ofreció declaraciones. Freddy Guevara, diputado que le ha hecho la suplencia en condiciones bastante duras, leyó su mensaje ante una multitud expectante:
«Si mantener mi convicción de lucha por la libertad significa correr el riesgo de volver a una celda en Ramo Verde, estoy dispuesto a asumirlo. Hoy estoy preso en mi casa, pero también está así el pueblo de Venezuela».
«Pueblo de Venezuela, que este avance se convierta en mayor convicción. Reiteramos que mañana volvemos a la calle a luchar. Llamamos al pueblo a participar en el plebiscito».
Al momento de ser trasladado a su casa, en la madrugada de este sábado 8, Leopoldo López llevaba más de 90 días sin ver a sus abogados, los últimos 32 bajo condiciones de aislamiento severo en una torre del penal militar de Ramo Verde. Durante esos 90 días y poco más, todo el país ha estado luchando a cielo descubierto por él y por todos los presos políticos, por la democracia, por la recuperación del porvenir.
La comunidad internacional ha tenido mucho que ver con este primer resultado de lucha tan pertinaz.