Tarjetas de residentes pasaron de 1.552 en 2013 a 4.826, en 2016. La mexicana Unidad de Política Migratoria advierte que muchos venezolanos ingresan como turistas o con supuestos permisos de trabajo, y terminan rehaciendo sus vidas en este país
Desde que se agravó la crisis en su país con el gobierno de Nicolás Maduro, creció 210 por ciento el número de venezolanos que llegaron a México en busca de una mejor vida. Así lo resume la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la Secretaría de Gobernación, al destacar que en 2013 se otorgaron tarjetas de residencia temporal a 1.552 venezolanos y cómo el año pasado fueron aprobadas esas tarjetas a 4.826 personas de ese país.
LLEGAN COMO TURISTAS Y SE QUEDAN
Las cifras oficiales señalan que en 2009, la comunidad venezolana en México era de apenas 10.067 personas. Desde entonces, el Instituto Nacional de Migración (INM) ha otorgado tarjetas de residencia permanentes y temporales para trabajar o reunirse con sus familias a 33.331 venezolanos.
Pero, este mismo instituto advierte que la cantidad podría ser hasta 100 veces mayor ya que, de enero de 2013 a diciembre de 2016, entraron al territorio mexicano cerca de 321.705 ciudadanos de Venezuela, quienes figuraban como turistas y después de vencidas sus visas, muchos de ellos se quedaron en México de manera ilegal sin acudir al INM a regularizar su estatus migratorio.
Para el Instituto Nacional de Migración hay una cifra incierta de venezolanos que ahora están tratando de ingresar por la frontera sur de México, vía Guatemala o Belice, para evitar pasar por los filtros de migración.
De acuerdo con Mario Madrazo, director de Control y Verificación del INM, hay un repunte en el flujo de venezolanos hacia México que ahora salen hacia Colombia o Panamá y luego llegan a Centroamérica para cruzar hacia Chiapas.
“Es un fenómeno que estamos observando desde hace más de un mes y medio y aunque aún no tenemos cifras precisas, ya conocemos cómo funciona”, señaló
Madrazo precisó que los funcionarios del instituto han registrado esos aumentos en los arribos también desde los aeropuertos y por ello, las entrevistas se han endurecido, porque detectan que vienen con supuestos permisos de trabajo, pero al hacer las verificaciones correspondientes, no se encuentran laborando ahí.
Por su parte, Carlos Heredia, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), el fenómeno migratorio procedente de Venezuela será cada día mayor, pues la situación económica, social, de salud y alimentaria en ese país es “insostenible”.
“EL GOBIERNO ME ARREBATÓ LA COMIDA”
Para Antonio Tovar, venezolano residente en Ciudad de México desde hace año y medio, llegar a México le salvó la vida, ya que, “vivía deprimido, con miedo y peor aún, con hambre”.
En entrevista con el diario mexicano La Razón, Tovar señala que es contador; tiene 33 años y llegó al país gracias a un puesto de trabajo en la empresa Sherwin Williams. “Para mi, estos 18 meses en México me han regresado la dignidad”.
“Buscar alimento en los botes de basura no es vida. Yo estudié hasta el posgrado en una de las mejores escuelas de mí país, tenía amigos, mi familia unida y ahora ya no hay nada.
“Esto es lo que pasa en el socialismo, es la misma receta en todos lados; mi padre me decía que nuestro destino sería el mismo que el de la Unión Soviética y el de Cuba… Yo no existiría si no hubiera tomado la decisión de salir”, precisó.
Tovar cuenta que a su hija de siete años la mandó a Costa Rica con su exesposa, pues ya ni siquiera a la escuela podía asistir la pequeña. “Cuando me vine a México, todavía tardé unas tres semanas en entrar a trabajar, no podía mandar dinero enseguida y para mí era un sufrimiento inmenso saber que no tenía leche ni comida. Ahora sé que va a la escuela y sobre todo, no padece por no tener a la mano los alimentos más básicos”, relata.
Publicado en http://www.razon.com.mx