En las últimas dos décadas el destino principal de inmigrantes latinoamericanos era México y Estados Unidos. Pero un estudio de la Cepal reveló que Chile es ahora el país de la región que más inmigrantes extranjeros recibe, con un aumento de un 27 por ciento en 5 años.
La última edición de Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, dado a conocer el 11 de mayo de 2017 por la CEPAL y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señala que el deterioro de las condiciones laborales en la región suele afectar, más que todo, a los grupos vulnerables, entre los cuales se encuentran, a la par de mujeres y jóvenes de bajo nivel de educación, los inmigrantes. Con respecto a estos últimos, utilizando información de los censos de población y encuestas de hogares, se presenta un panorama general de su inserción laboral en los países de la región, tema de creciente relevancia en vista de que la migración intrarregional ha adquirido gran importancia en el contexto de la desaceleración de la emigración hacia otras regiones.
Según el documento, se calcula que 28,5 millones de personas emigraron de sus respectivos territorios de origen en la región alrededor de 2010 (4,8% del total de su población), mientras que los países del continente habían recibido más de 7,6 millones de personas que corresponden a 1,3% de su población. En el documento se diferencia entre los países según las magnitudes y características de la inmigración. Específicamente en aquellos con fuertes flujos migratorios recientes, los inmigrantes tienen ingresos medios más bajos que los de los nativos, sufren elevados niveles de informalidad laboral y poseen una cobertura de seguridad social significativamente más baja que los ocupados nativos, en especial las mujeres migrantes.
En tanto, en casi todas las naciones cubiertas en el estudio (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), más de 80% de la población inmigrante económicamente activa proviene de países de la propia región de América Latina y el Caribe, a excepción de los casos de Brasil y México, así como Panamá, en este último país debido a una presencia importante de inmigrantes asiáticos, sobre todo de China e India.
La migración laboral intrarregional se concentra entre países vecinos. En los casos en que existe una mayor presencia relativa de inmigrantes (Argentina, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela) predomina la migración de personas con un nivel educativo menor que el de la población nativa; los migrantes se desempeñan generalmente en ocupaciones y rubros que requieren menores niveles de calificación y son poco atractivos para la población local.
En otros países, como Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, México, Panamá y Uruguay, se destaca una migración de personas con niveles educativos relativamente elevados. Esto se relaciona con una presencia relativamente mayor de inmigrantes en grupos de ocupación calificados (directivos, profesionales, técnicos), en ramas de actividad que requieren niveles más elevados de calificación y entre los empleadores.