Chile en balotaje de inquietud

Boric-Kast
SALOMÓN ESCALONA –

Cuando el último día de octubre pisamos el aeropuerto de Santiago de Chile para reencontrarnos con nuestros dos hijos menores -que ya se habían venido cinco años atrás-, también hallamos de frente una campaña presidencial que apuntaba hacia su recta final.

Siete candidatos se disputarían la opción de asentarse en el Palacio de La Moneda el 21 de noviembre, justo el día en que ocurrirían las que acabábamos de dejar atrás: las regionales y municipales de Venezuela.

Los cierres de campaña de todos los postulados a ser reemplazantes de Sebastián Piñera se registraron como un indicador de lo que se vería en el conteo de votos de aquella noche. En sus discursos y posibilidades se veían lejos de dar un jaque mate en primera vuelta.

Sucedió lo presentido y los dos con mayores votaciones quedaron bastante por debajo del 50% más una papeleta favorable que la norma electoral fija como requisito para ser elegible en el tramo inicial del proceso.

El escrutinio fue rápido, con una diferencia abismal respecto al que veíamos en Venezuela, donde generalmente el órgano electoral mantiene en ascua a la población para dar su primer boletín pasada la medianoche.

José Antonio Kast: 1.961.122 votos (27,8%) – Gabriel Boric: 1.814.869 votos (25,8%), resumió el veredicto de los electores.

Quedaba planteado en esas cifras el ambiente de polarización que ya anticipaba como posible la primera vuelta.

DERECHAS E IZQUIERDAS

Kast es un abogado y político de 55 años con una postulación ya marcada en su currículum.

Boric es un diputado y exdirigente estudiantil de 35 años que cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Chile, donde pendiente de presentación el examen de grado para incursionar en la política.

A Kast, también diputado y presidente del Partido Republicano, lo definieron durante la campaña como un hombre de extrema derecha.

A Boric lo han perfilado como un político de izquierda, aún tocado por el sarampión de la lucha estudiantil.

Así que entre derecha e izquierda, como si se tratara de un cuerpo a cuerpo en refriega de cuadrilátero de boxeo, se ha dado la segunda vuelta de este domingo 19 decembrino, y ambos generando temores.

Kast, que para la segunda vuelta debió ceder a las condiciones de potenciales aliados -como la de retirar del discurso y el programa la propuesta de eliminar el Ministerio de la Mujer- ha tenido que lidiar también con su simpatía con el régimen dictatorial del general Augusto Pinochet (1973-1990), cuya viuda Lucía Hiriart muere justo el jueves 16, en vísperas del cierre de campaña y sin quedar exenta del debate político.

El ganador de la primera vuelta sumó a días de la votación del 21N la adhesión de Sebastián Sichel, candidato de los partidos de la coalición gubernamental Chile Vamos que sacó 898.510 votos (12,8%) y el sábado, a horas de la elección, se le agregó el respaldo del Partido de la Gente (PDG) de Franco Parisi, un ingeniero comercial de 55 años que radicado en Estados Unidos se convirtió en la sorpresa con 898.483 votos (12,8%). Parisi explicó en redes sociales que había habido una consulta interna que arrojó 61,41% a favor de apoyar Kast y 6,58% inclinado hacia Boric.

A Boric se le ha situado cercano al liderazgo del estallido social de octubre de 2019, por cuyo indulto ha abogado y convertido en promesa electoral.

Su coalición se bautizó Apruebo Dignidad, con el activismo de los partidos socialista y comunista en primera línea y esta carta de presentación ha sido precisamente la que ha puesto de relieve grandes reservas en torno de su candidatura.

Boric ha fundamentado su discurso en los derechos humanos y los derechos de la mujer, en tanto que Kast ha basado su propuesta en orden y crecimiento económico de Chile.

Al candidato de la izquierda se le unieron en la semana crucial los apoyos de los expresidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, a quien los partidarios de Kast cuestionaron por tratarse de la Comisionada de la Organización de Naciones para la Defensa de los Derechos Humanos.

Este domingo electoral Kast recordó que «hay legítimas diferencias, pero tenemos que trabajar por el diálogo y reencuentro».

Mientras, en la acera de enfrente, Boris se comprometió a «Respetar el resultado sin instalar mantos de duda».

Todo este ambiente por supuesto que ha tenido la cobertura de los medios, pero hay que dejar constancia que ante la vista de cualquier observador no han tenido el equilibrio que de ellos se demanda.

En ese contexto no quedó exento de críticas un pronunciamiento del gremio de periodistas a favor de la candidatura de Boric.

El ganador asumirá el 11 de marzo de 2022 para un período de cuatro años y ya se verá con él en La Moneda qué es o qué ha sido de Chile.

BUSES QUE NO TRANSPORTAN

Este domingo dejó un amanecer sin la cotidiana bulla de sirenas de ambulancias y bomberos en Santiago, la capital, y el movimiento de compras hacia los mercados fue bajísimo.

Ni carros ni gente se vieron durante las primeras horas del domingo de definición presidencial y por allí vino la querella de que el servicio de transporte no estaba siendo el mejor.

De los sectores de ambos candidatos se advirtió que los buses no se notaban con la regularidad deseada, en la Región Metropolitana.

«Hay demora y poca frecuencia del transporte público», insistían en sus declaraciones los voceros de los dos candidatos.

Del lado opositor al gobierno de Piñera se deslizaba que era un saboteo para impedir la movilización de los votantes, pero la ministra de Transporte y Comunicaciones, Gloria Hutt, salió al paso para desestimar los señalamientos.

Lo atribuyó, en pocas palabras, a desvíos de calle y congestionamientos.

Todavía después la tarde se parecía a la mañana, con una diferencia tal vez: a las 8:00 horas -fijada para apertura de mesas- la temperatura marcaba 18 grados; a las 16:00 era de 32.

En la proximidad del cierre de mesas y posterior conteo de votos podía ser mayor.

Para ganadores y perdedores.

Salomón Escalona, periodista venezolano radicado en Santiago de Chile.

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