JESÚS COVA. Hace unas pocas semanas, en ocasión de la publicación de nuestra crónica acerca de las grandes figuras en la historia del boxeo mexicano, grupo que lidera indiscutiblemente Julio César “El Emperador” Chávez, al que se añaden nombres como los de Rubén “El Púas” Olivares, Ricardo “Finito” López, Raúl “Ratón” Macías, José “Pipino” Cuevas, entre decenas, mencionamos también, tangencialmente, al guanajuatense Rodolfo Casanova, apodado indistintamente “El Chango”, “Baby” y “El Neverito de La Lagunilla”, título que elegimos para esta nota.
Sin duda alguna, Casanova ocupa un lugar muy especial en las páginas del pugilismo azteca, del que fue la máxima atracción en los albores de 1930 y mediados los 40, como a posteriori lo serían Macías, Olivares y Chávez y lo es hoy el muy discutido Saúl “Canelo” Álvarez. Ese puesto de ídolo, ponderado por los aficionados y expertos de la época, se lo ganó “El Chango” por su agresividad y coraje sobre el ring, por la potencia de sus golpes y, además, por sus singulares dotes de humildad y simpatía. Es una verdad reconocida por los entendidos que en los anales del boxeo mexicano nunca antes de él había habido un peleador que despertara tanta idolatría en la tierra de don Benito Juárez.
Pero «El Neverito de La Lagunilla», apodo que se ganó por haber trabajado como modesto empleado de una heladería en el barrio de aquel nombre, al noroeste de la capital, donde vivió desde niño, malbarató con la alocada y bohemia vida fuera del ring su excepcional talento boxístico, en noches de interminables farras con mujeres y amigos regadas profusamente con botellas y botellas de alcohol, durmiendo hoy en una cama, mañana en otra, en esa muy conocida e incierta senda seguida antes y después de él por cientos de muchos otros boxeadores, tanto en México como en el resto del mundo.
CAMPEÓN SIN CORONA
Valga adelantar que la vida personal y deportiva de Casanova sirvió de modelo para la película “Campeón sin corona”, filmada y proyectada en 1945, calificada de joya de la “Época de Oro” del cine mexicano, dirigida por Alberto Galindo, con David Silva en el rol de Kid Terranova, el otro yo del Casanova de la vida real. Kid Terranova-Rodolfo Casanova fuera de la pantalla es el boxeador que culmina en fracasado y olvidado a contramano de sus virtudes sobre el cuadrilátero.
El apodo de Chango, término usado en México para referirse al simio, le vino a él y a su hermano Carlos, de los días infantiles en La Lagunilla (al noreste del Casco Histórico de la capital azteca), por sus largos y colgantes brazos. El “Chango” ingresó al boxeo rentado a los 17 años luego de un corto tiempo en amateur, el 9 de mayo de 1932. Debutó con un triunfo en 4 sobre Paco Villa, en la Arena Nacional, y sumó luego 11 victorias al hilo, 7 antes del límite, y una descalificación.
En noviembre de ese año el filipino Speedy Dado (Diosdado Posadas), con récord de 72-12-13, detuvo la marcha del jovencito. Casanova se vengó de Dado en la revancha con un nocaut en diciembre y sumó después otros 6 triunfos al hilo. Young Tommy lo superó a los puntos en el Olympic Auditorium de Los Ángeles, en julio del año siguiente, pero en agosto el mexicano lo noqueó en el quinto asalto, en Ciudad de México. Entre ese año y abril del siguiente batió a Harry Fierro, Johnny Zavala, Baby Palmore, Juan Rivero, Dado otra vez, Chris Pineda, Willie Davies y Little Dempsey. De ellos solamente Dado terminó de pie.
El 29 de mayo de 1934 enfrentó al veteranísimo estadounidense Freddie Miller, campeón mundial pluma NBA (luego WBA) en pelea a 10 rounds y fracasó a los puntos en el Olympic Auditorium de Los Ángeles. Para Miller fue un triunfo pírrico ya que camino al camerino se desmayó y debió ser atendido de urgencia, molido por el castigo recibido de Casanova, quien el 1 de enero de 1936 tomó desquite por decisión unánime en la Plaza El Toreo de Cuatro Caminos de la capital.
Para entonces la vida disipada, el alcohol, los amores de ocasión, llegar a casa trastabillando cuando el sol despuntaba, era cosa de todos los días y ya el cuerpo empezaba a pasarle el recibo de cobro.
MÉXICO LLORÓ SU FRACASO
Al mes siguiente del primer choque con Miller, el “Chango” recibió la oportunidad para la pelea de su vida. Viajó a Canadá para su primer chance por la faja mundial gallo NBA (hoy AMB) que poseía el boricua Sixto “El Gallito” Escobar, primer puertorriqueño soberano universal. La pelea se montó en el Fórum de Montreal el 26 de junio de 1934 y marcó el inicio de la histórica rivalidad boxística de los dos países, que han producido unos 300 campeones mundiales desde aquellos días hasta ahora, con inolvidables batallas de tal rivalidad de las que se puede nombrar, al voleo, aquella de Montreal y luego las de Salvador Sánchez vs Wilfredo Gómez; la de este ante Carlos Zárate; de “Pipino” Cuevas-Ángel “Cholo” Espada; Edwin “Chapo” Rosario-José Luis Ramírez; Miguel Cotto contra Antonio Margarito, entre muchas más…
En el pleito mencionado de Montreal, Casanova subió favorito de la prensa y de 8-5 en las apuestas, en especial por los comentarios de los medios de comunicación que elogiaban el estado físico del “manito”, el poder de sus golpes, su estilo de pelea de ofensiva constante, frente al tecnicismo del campeón, su única virtud superior a las del aspirante. Pocos sabían, por supuesto, que el “Chango” se había fugado del hotel la noche anterior y que fue encontrado en la madrugada, borracho, perdido en una calle cualquiera. Escobar, que no se distinguía por su pegada, (sumaba apenas 7 victorias por nocaut en 31 actuaciones), apabulló al retador en casi todos los asaltos, lo tiró en el tercer round con un derechazo y lo despachó por la cuenta completa en el noveno de los 15 asaltos pautados, con un gancho izquierdo y un upper al mentón.
Luego del revés, de luto para el pueblo mexicano que estaba seguro de su victoriay que lloró por su derrota –inscrita en la historia como una de las mayores decepciones del boxeo y del deporte en general de su país– Casanova reemprendió el camino, aunque con sus seguidores ya desencantados y la idolatría ostensible mente maltrecha. Sumó otras muchas victorias (53) de relativo brillo y acumuló 18 reveses. Entre los éxitos la conquista delos cinturones nacionales del peso gallo contra Alberto Baby Arizmendi (oficialmente el primer campeón mundial mexicano) en junio de 1935 y la del peso pluma contra Juan Zurita (quien sería luego campeón del mundo en livianos), un perdedor. 4 de 5 ante Casanova. A esas dos fajas añadió la de los ligeros frente a Joe Conde, su peor enemigo, quien lo noqueó enun round en la revancha, en noviembre de 1937.
El 4 de agosto de 1948, Rodolfo Chango Casanova, el ídolo mexicano sin igual hasta entonces, se fue para siempre del boxeo. Lo hizo con una victoria más, como empezó su andar, frente a Folly Villegas en la Arena Coliseo de la capital. Entre 1932 y 1948 acumuló un récord de 81 triunfos (51 por KO), 22 derrotas (9 por fuera de combate) y 3 empates en 106 compromisos. En ese largo transitar de 16 años sobre el encordado, “El Chango” confrontó, venció y perdió, con la crema del boxeo de México, de EEUU, y de otros países. De estatura de no más de 161 centímetros, militó en las divisiones gallo, pluma, ligero y welter, y fue campeón nacional de las tres primeras, tal se apuntó.
Entre sus cientos de oponentes se contaron el ya nombrado Juan Zurita, al que dominó en 4 de 5 peleas, entre 1934-1938, 3 por KO y un KO en contra; al mítico Kid Azteca (Luis Villanueva Páramo), quien peleó entre 1932-61, en 4 décadas distintas –como lo hicieron Archie Moore, Anthony Hopkins, Roberto “Mano e Piedra” Durán y George Foreman– y RC se las vio además con el inmortal Henry Armstrong, antequien chocó 2 veces para un triunfo por descalificación y un KO3 en contra y con Panchito Villa (Francisco Contreras, sin nexo alguno con Francisco Guilledo, más conocido como Pancho Villa, una leyenda del boxeo asiático), a quien enfrentó cuatro veces para 2-2, dos por KO a su favor y 2 decisiones en contra, Su pelea contra “Kid Azteca” el 25 de marzo fue llamada por la prensa “La Pelea del. Siglo de México”, la ganó el “Chango” a los puntos en 12 asaltos.
Para finalizar, digamos que “El Chango”, el “Baby”, “El Neverito de La Lagunilla”, nació en León, Guanajuato, el 21 de mayo de 1915. Falleció a los 65 años el 23 de noviembre de 1980. Poco tiempo antes de su deceso se le vio mendigando en las vecindades de la famosa plaza Garibaldi y se divulgó que varias veces entró y salió de centros hospitalarios, con la mente perdida. Su desdichada vida terminó en un albergue para ancianos indigentes en Ciudad de México. Antes de irse a la cama conversó un rato con un grupo de sus compañeros de desventura, disfrutó de una frugal cena de un par de tortillas y se acostó a dormir. Nunca despertó.
Jesús Cova. Periodista deportivo venezolano. Reside en Caracas, Venezuela