Al destacarse como el grupo más numeroso en solicitar asilo en España el año pasado, según datos difundidos por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), con un número de solicitudes que llega a los 3.960, lo asombroso es que de ese total de solicitudes las autoridades españolas sólo resolvieron 40 expedientes y ninguno de ellos fue favorable.
El año pasado España volvió a registrar un nuevo récord de solicitudes presentadas, 15.755, que son el 1,3% de las que se contabilizaron en la Unión Europea (1.259.265). La mayor parte fueron de venezolanos (3.960), sirios (2.975) y ucranianos (2.570). En cuanto al reconocimiento del derecho de asilo, las autoridades lo concedieron a 6.855 personas, de las que un 90% son sirias.
“Desde la óptica de los venezolanos que han huido de su país en situación distinta a los de los sirios, tal condición no niega el hecho de que las vidas de estos solicitantes de asilo también corren peligro, si se les deniegan sus peticiones y se les devuelve al país que dejaron empujados por el miedo”, señala, desde Barcelona, Rafael Guedez, abogado venezolano-español, que se ha ocupado en específico de los casos de venezolanos a los que se les niega la protección internacional “a la que tiene derecho todo ciudadano que demuestra mediante pruebas documentales la situación de alto riesgo que corrían en su país”.
CIERRAN LAS PUERTAS
Según la CEAR, 6.215 asilados huían de la guerra en Siria, y lamenta que España «limite al máximo» el derecho de asilo a los refugiados no sirios, negándoselo en muchas ocasiones a los que intentan escapar de otros conflictos. “Se deben poner los recursos necesarios para reducir el tiempo de angustia de estas personas, cuyas vidas en muchos casos dependen de esa decisión», indica Paloma Favieres, coordinadora de los servicios jurídicos de CEAR.