ARMANDO ROJAS GUARDIA – 

Lo que le han hecho a Juan Requesens es sencillamente diabólico pero previsible: forzar mediante tortura una confesión inculpatoria pertenece a la más rancia tradición de los procedimientos comunistas; drogar a un detenido para lograr de él esa confesión es un viejo método fascista. Viendo las bochornosas imágenes de ese muchacho semidesnudo sometido a la satánica crueldad, a la sevicia sistemática, de sus captores, me estremece la percepción de que ya hemos ingresado al horror literalmente obsceno, al terreno minado de la pornografía política. Escuchar a Jorge Rodríguez, el psiquiatra, el escritor, dando ostentosa cuenta de lo ocurrido, me resulta tan nauseabundo, tan vomitivo, que no puedo dejar de recordar el aserto de Juan el apóstol cuando califica el meollo de la inteligencia luciferina: «fue y es homicida desde el principio»

Armando Rojas Guardia, poeta venezolano. Publicación tomada de Facebook.com

 

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