ZIUDY ACOSTA PAREDES –
Desde el balcón de un décimo piso quedó registrada la paliza que efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, le propinó a un joven que protestaba hasta causarle la muerte; en la marcha hacia la Defensoría del Pueblo, decenas de fotografías de manifestantes revelan cómo una ballena arrastra por el piso a un médico que intenta dialogar con el piquete; un video desde la sede del TSJ evidencia cómo es agredida una periodista mientras hacía el reporte en vivo para la radio.
Cada video o fotografía que se registra desde la clandestinidad o en la exposición pública, de mano de una persona que no trabaja para medios de comunicación tradicionales o digitales, se ha convertido en pieza fundamental de la artillería que desmonta la censura y autocensura impuesta desde el régimen de Nicolás Maduro.
La utilidad de sus registros es vital, son infociudadanos y quizá ni lo sospechan, han dejado de ser pasivos para convertirse en testigos activos de los hechos noticiosos, combatiendo la hegemonía comunicacional, el cerco mediático ante la violación flagrante de los Derechos Humanos en Venezuela.
Para ahondar en el tema, consultamos a Fernando Núñez Noda, periodista venezolano radicado en Miami, editor de Neorika.com y consultor de medios digitales para grupos periodísticos, digitales o mixtos, además de exdocente de la Universidad Católica Andrés Bello y articulista de Internet Venezuela, Estampas, El Universal, Tal Cual, entre otros.
En efecto, como lo explica, la infociudadanía es producto de la necesidad, no pertenece o existe en países donde el flujo informativo impera y cuya estabilidad es notable. “La persona que puede registrar con un teléfono inteligente un hecho, tiene un recurso de denuncia importante, sobre todo si alguien lo quiere ocultar. Surge esencialmente frente a gobiernos de corte dictatorial”, apunta.
¿Es importante la infociudadanía en la actual coyuntura venezolana?
-Venezuela es un país con los medios controlados, la censura y autocensura son la norma. Como no existe la libertad de expresión y la gente puede ser detenida por expresar su opinión, es la infociudadanía un canal alternativo para que se difundan y reporten los acontecimientos que al ciudadano le interesa que se conozcan.
DETRÁS DE LAS BAMBALINAS
A la luz de las protestas que se vienen desarrollando en el país desde abril pasado, el Gobierno ha impuesto una línea informativa desde la cual se afirma que los asesinatos (más de 70 casos), son producto de la oposición, por lo que la mejor manera de desmontar esa matriz especulativa es mediante los videos de los infociudadanos.
“Se muestran –explica Núñez Noda- a los colectivos fomentando violencia, quemando propiedades, motos, rompiendo carros, y ahora, con la última costumbre de la Guardia Nacional, de robar a la gente que manifiesta. Todo esto frente a una sociedad que tiene los medios controlados, televisoras arrodilladas que no se atreven siquiera a sugerir lo que realmente pasa. Entonces, se apela a este canal alternativo que no es regulable”.
Una duda que amenaza permanentemente es la posibilidad de que el Gobierno intervenga la plataforma digital y, con ello, termine por cercar el flujo informativo que los medios sociales ofrecen. ¿Esto es posible?
Internet es tan fundamental que el mismo régimen lo necesita, incluso para su propia logística y funcionamiento. Si Internet es inevitable, la infociudadanía también lo es, pues permite mostrar al país y al mundo, quiénes son los que fomentan la violencia, cómo se desmontan las mentiras, y los videos son poderosos en esto”, destaca el especialista en medios sociales.
Con los audios quizá ocurra esto, pero ¿es posible falsificar un video?
Se requiere todo un teatro o un montaje, pero estos videos se difunden con la inmediatez en la que ocurren los hechos. Normalmente, todo lo que se ha divulgado es bastante indiscutible pues son tomas y audios de gente que ha estado cerca y lo ha registrado.
¿Se está entonces ante un aliado, especialmente para lo que se ha denominado Resistencia?
La plataforma digital es uno de los aliados más importante, porque sirve para muchas cosas, además de registrar los eventos y desmontar las matrices de información, también sirven para que conozcamos la opinión de los líderes que, de otra manera no podrían hacerse masivas, dado que el régimen no les da acceso a los canales que controla, a decir lo que quieren y piensan. Por ello, además funciona para la logística y convocatorias, mediante todas las formas posibles, públicas o en privado.
MÚLTIPLES APORTES PARA RESISTIR
Los medios sociales engloban un conjunto de virtudes, dentro de las cuales Núñez Noda los destaca como termómetros de la opinión pública, especialmente para establecer una comparación entre las opiniones que surgen desde la oposición e inclusive a través del aparato comunicacional gubernamental, conformado por personas que participan a su favor, “pero quien tenga discernimiento, va a entender que son robots, matrices manipuladas, sin espontaneidad”, enfatizó.
Otro factor que connota es el beneficio indiscutible para quienes estando fuera de Venezuela, han podido integrarse a la lucha que hoy se libra contra el régimen, aportando ideas, gestiones, dinero en algunos casos. “Se trata de una participación y conexión directa con otras personas, líderes de opinión, especialistas, mandatarios, todos lo que suman a la resistencia contra la dictadura. Asimismo, los medios internacionales se sirven de lo que se produce o registra”.
Además de las mencionadas, también resalta de que todo lo publicado se convierte en un extraordinario expediente, tal cual ocurrieron los hechos que, en su momento, puede ser utilizado para beneficio del país.
“La infociudadanía puede mostrar la verdadera magnitud de una marcha o participación masiva, ante las matrices gubernamentales. Han utilizado imágenes de la oposición para hablar de sus propios eventos. Hay hechos obvios, pero hay que demostrar que mienten”.
PRESOS ENTRE LIBERTADES
Si bien es cierto que la plataforma digital tiene una acogida multitudinaria, en el caso de Venezuela tal realidad no favorece a las masas, pues “seguimos presos de la censura y autocensura”. De hecho, explica que para el año 2000, el país disponía de una de las penetraciones de teléfonos celulares más altas del mundo, y se le estimaba como uno de los países más activos en Internet. “En los primeros años del régimen Venezuela tenía una de las participaciones más grandes en Twitter, pero eso ha disminuido dado al deterioro de la infraestructura, quizá a conveniencia del régimen”.
En virtud de lo anterior, resulta poco probable que la mayoría de los venezolanos tenga acceso a la información que difunde mediante estas plataformas, con lo cual minimizan el efecto de contraponer las fuentes y verificar los datos.