La estela internacional de la Ley del Odio, aprobada el 8 de noviembre por la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela se amplia. El canal de noticias El VenezolanoTV entrevistó al periodista venezolano Fernando Núñez Noda, en Miami, sobre los alcances de este mecanismo jurídico que discrimina, penaliza e inhibe los derechos a la expresión y a la información. Según el entrevistado los objetivos de esta ley son dos, uno disuasivo, y otro, distractivo. «En una primera instancia los castigos serán selectivos y ejemplarizantes, con el fin de que generen miedo en la población y de esta manera lograr que se inhiba de criticar al gobierno. Pero ese efecto durará muy poco, pues los ánimos en Venezuela están tan exacerbados que la gente volverá al tono habitual», advierte.

Los sistemas de monitoreo de redes sociales son utilizados por el gobierno desde hace mucho tiempo, asegura Núñez Noda, y en ello ocupan gran número de personas cuya única función es espiar en los grupos y propalar confusión entre los usuarios. Con diversos instrumentos legales (ley Resorte, por ejemplo) el gobierno ha limitado la información en los medios tradicionales (prensa, radio, TV), pero ahora van tras los usuarios, que usan las plataformas digitales para expresarse. Van tras la pista de los más inluyentes, los que tienen mayor número de seguidores, los líderes de opinión… Así cierran el ciclo. Pero, dice el entrevistado, una vez adoptadas algunas medidas selectivas y ejemplarizantes, el mecanismo se anula porque no van a castigar a su propia gente, que son los principales propagadores del odio.


 

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