Más de 240 millones de personas viven fuera de sus países. Unos 35 millones proceden de América Latina. Crisis política y económica, inseguridad y gobiernos autoritarios e inestables impulsan a arriesgarse en la búsqueda de nuevos destinos. Pero lejos de pensar en EEUU y Europa, nueve millones optaron por mudarse a Argentina, Brasil, Chile o Perú 
Latinoamericanos
Cerca de 9 millones de suramericanos deciden continuar sus vidas en países vecinos

Ignacio vio morir a su hermano. Ocurrió en 5 minutos. Volver a su casa para buscar la cartera que dejó olvidada le salvó la vida. A cambio, le quedó la pesadilla. “Salí del ascensor y cuando estaba por abrir la puerta del edificio, oí los disparos, me asomé, y un motorizado y su acompañante huían. Dentro del coche, inmóvil, “con dos balas en la cabeza, estaba José, quien me esperaba para ir al trabajo”.

A partir de esa imborrable mañana de mayo de 2012, Ignacio Rodríguez, ingeniero computista, 29 años, no tuvo otra obsesión que la de irse del país. Al igual que muchos venezolanos, pensó en EEUU y España, pero la avalancha de solicitudes rechazadas, le obligó a mirar hacia Suramérica. Hoy está en Perú en espera de un permiso temporal de residencia con derecho al trabajo, pero ha logrado rehacer lo que quedó de su vida, la noche en que se despidió llorando de sus padres en un aeropuerto que se mostraba solitario.

La experiencia de Ignacio no es única. Se repite en México, El Salvador, Ecuador y con mayor intensidad ahora en Venezuela. De manera que no está solo. Cerca de 9 millones de suramericanos deciden continuar sus vidas en países vecinos, según el último informe de población de la ONU correspondiente a 2015.

MUDÁNDOSE AL LADO DE CASA
Las cifras son para el asombro. Más de 243 millones de personas en todo el mundo viven fuera de sus países de origen. Unos 35 millones proceden de América Latina y el Caribe. Situaciones de guerra, crisis política y económica, inseguridad personal y gobiernos dictatoriales impulsan a arriesgarse en la búsqueda de nuevos destinos en países donde se respira cierta bonanza económica y el progreso social, marcado por el sello de la democracia. La tendencia, pues, es que cada vez un número mayor de ciudadanos latinoamericanos emigren. De hecho, mientras que la cifra de inmigrantes en la región pasó de poco más de 7 millones en 1990 a más de 9 millones en 2015, el número de emigrantes aumentó de unos 15 millones a los actuales 35 millones.

Entre los países latinoamericanos a los que resulta más fácil emigrar para los ciudadanos de la región destacan Argentina, debido a su flexibilidad legal para recibir extranjeros. El control del propio territorio y, en consecuencia, de sus fronteras es una de las responsabilidades más importantes para cualquier estado y que con frecuencia repercute negativamente en las posibilidades de acoger a inmigrantes.

Este proceso de emigrar dentro de América Latina encuentra en los últimos años un aliado muy importante: el surgimiento de procesos de integración regional, como Mercosur o Unasur, que tienden a favorecer la libre circulación de personas. Estos acuerdos han logrado sus mayores avances en Sudamérica y es allí donde se encuentran los países que ofrecen más facilidades para otorgar permisos de residencia con derecho a trabajar a ciudadanos de un mayor número de países latinoamericanos.
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Aeropuerto Brasil
El control legal se aplica en estos países pero con menos intensidad

OPORTUNIDADES MIGRATORIAS
El acuerdo sobre Residencia para Nacionales de los Estados Partes del Mercosur, Bolivia y Chile, al que posteriormente se adhirieron Perú, Ecuador y Colombia ofrece las oportunidades migratorias más amplias de la región. Permite que los nacionales de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Perú y Ecuador puedan solicitar un permiso de residencia temporal por dos años con derecho a trabajo en cualquiera de los países mencionados.

Este permiso luego puede convertirse en permanente y para obtenerlo, más allá de su ciudadanía, básicamente lo que se exige de los solicitantes es que acrediten que no tienen antecedentes penales. Ecuador es otro de los países cuya política migratoria es abierta.
Originalmente, el acuerdo también incluía a Venezuela, país cuya membresía en Mercosur fue suspendida en 2016 por decisión mayoritaria de sus socios. Esta decisión fue objetada por Caracas, pese a lo cual algunos estados miembros del acuerdo han dejado de otorgar ese beneficio a los venezolanos.

PUERTAS ABIERTAS
Históricamente, Argentina ha sido uno de los países de América Latina más abiertos a los migrantes y, de hecho, es el que más extranjeros acoge: más de 2 millones, de acuerdo con las últimas cifras de la ONU.

En la actualidad su política de acogida de inmigrantes no solo favorece a los países que participan en el acuerdo de residencia mencionado, sino que se extiende también a Guyana, Surinam y Venezuela, según señala en su página web la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina. A efectos de obtener un permiso de residencia temporal con derecho a trabajar, los ciudadanos de los países no incluidos en la lista anterior tienen que aportar documentación adicional como un pre-contrato de trabajo y otros documentos relacionados con la empresa que les va a emplear en Argentina.

Aunque el presidente Mauricio Macri recientemente endureció la Ley de Migraciones para hacer más fácil la negación del ingreso al país de las personas con antecedentes penales, así como la expulsión de los extranjeros que comentan crímenes en territorio argentino.
Brasil, por su parte, limita la concesión de este permiso de residencia temporal por razón de la nacionalidad a los ciudadanos de Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

Perú también luce como uno de los países más abiertos a la emigración. Esta política se mantiene de forma similar en el resto de miembros de Mercosur. Pese a ser el país más poblado de la región, con más de 200 millones de habitantes, Brasil se ubica por detrás de Argentina, Venezuela y México en el número de extranjeros que acoge: unos 713.000, según la ONU.

SIN VISA
Aunque está asociado al acuerdo de residencias de Mercosur, la política migratoria de Ecuador es mucho más abierta. De hecho, en América Latina sólo exige visas de turistas a los cubanos y a los haitianos. Qué cambia realmente y qué no tras la orden de Donald Trump de levantar un muro entre EE.UU. y México

«Los ciudadanos de la mayor parte de los países no requieren visa para viajar a Ecuador, por lo que el proceso migratorio suele ser fácil, siempre y cuando la persona no tenga antecedentes penales», explicó a BBC Mundo Erika Mendoza, asistente legal del estudio jurídico Fernández de Córdoba en la ciudad de Manta.

Una vez dentro de Ecuador pueden solicitar un permiso temporal de residencia que, en el caso de los ciudadanos de los países pertenecientes al acuerdo de Mercosur puede permitirles residir en el país de forma temporal, básicamente con el requisito de demostrar que no poseen antecedentes penales.

México es el país latinoamericano con mayor número de nacionales que han emigrado.

DE TURISTAS A RESIDENTES
México es el país latinoamericano con mayor número de nacionales que han emigrado. Aunque exige visa de turistas a ciudadanos de un mayor número de países latinoamericanos que Ecuador, Perú luce como uno de los países más abiertos a la emigración.

Más allá del acuerdo de Mercosur para otorgar permisos de residencia temporal, tiene junto a Ecuador, Colombia y Perú un acuerdo que otorga beneficios similares en el marco de la Comunidad Andina de Naciones.

Además, según explicó a BBC Mundo Héctor Miranda Matta, abogado senior del bufete Miranda Lawyer, cualquier turista que consiga un contrato de trabajo de un año o superior puede acceder a los permisos de residencia y trabajo.

Como el trámite se puede realizar dentro del país, se facilita el proceso de explorar oportunidades antes de dar el paso final.

FRONTERAS ECONÓMICAS
Fuera de América del Sur, las facilidades migratorias se reducen.
En Panamá, por ejemplo, existe un tratamiento preferencial para los extranjeros que pertenezcan a «países que mantienen relaciones amistosas, profesionales, económicas y de inversión» con ese país. En la actualidad, ese acuerdo beneficia a los ciudadanos de siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Paraguay y Uruguay).

«Ellos pueden recibir un permiso de residencia permanente y también pueden solicitar un permiso de trabajo aparte, pero deben contar con una carta de referencia bancaria para demostrar que tienen al menos US$5.000», dijo a BBC Mundo Abdelis Barria, asistente legal de la firma de abogados Chen Lee y asociados de Panamá.

Hay que advertir, sin embargo, que cualquier opción de emigración a Panamá se encuentra limitada por el hecho de que hay una lista de 27 profesiones que están reservadas por ley a los ciudadanos panameños: desde Barbería hasta Ingeniería, pasando por Medicina, Derecho, Periodismo y Cosmetología, entre otras.

Más al norte en la geografía, las posibilidades suelen quedar condicionadas al cumplimiento de los requisitos usuales para emigrar exigidos en la mayor parte del mundo que, en el caso de quienes buscan trabajar, están sujetos a contar con un contrato de trabajo o con medios económicos suficientes para invertir o montar un negocio propio.

Ese es el caso, por ejemplo, de México que, pese a ser el país latinoamericano con mayor número de nacionales que han emigrado (12,3 millones) y el segundo del mundo (sólo le supera India) sus opciones de visa con derecho a trabajo están enmarcadas en estos parámetros.

Trabajo elaborado con aporte fundamental de bbcmundo.com

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