JOSÉ PULIDO –
Lisette Fernández, con un gesto de amabilidad natural, como de maestra de escuela, como de madre en un parque, como de hada madrina, le entrega el micrófono a un niño italiano. El niño comienza a leer un poema que ha llevado en una hoja de papel. Y el poema es una emocionada escritura de respaldo a las personas que llenan el recinto: emigrantes latinoamericanos en su mayoría y también descendientes de italianos que nacieron en algún país de América Latina.
Después de eso pasan ante el micrófono varias personas leyendo mensajes, poemas o discurseando un poco respecto al por qué se fueron de sus países y llegaron a Italia. Muchos son venezolanos. Y ahí encuentran con quien hablar, con quien abrazarse, con quien recordar los aires del hogar perdido.
Saint-John Perse dijo, cuando recibió el Premio Nobel:
“La poesía se niega a disociar el arte de la vida y el amor del conocimiento. Es acción, poder, innovación que desplaza los límites… La oscuridad que se le reprocha no le es consustancial. Lo propio de la poesía es iluminar. . .”
Esa frase podría definir muy bien lo que Lisette Fernández hace.
En una calle de Milán, (Via de Amicis número 10) en la casa dei Diritti, vi por primera vez a Lisette. El local estaba completamente lleno con un público integrado por italianos y latinoamericanos que parecían unidos por la misma emoción. La poeta Erika Reginato fue quien me presentó a la poeta Lisette Fernández. Ambas se han apoyado en la tarea de dar a conocer la poesía venezolana en Italia.
La escritora Lisette Fernández Márquez es una ciudadana italiana, nacida en Caracas el 7 octubre 1971. Reside desde el 1990 en la provincia de Milán. Es representante y fundadora de la Asociación Orquídea de Venezuela, organización creada y activa desde el 1996, en cuyo hervidero emocional se desarrollan importantes presentaciones a favor de la integración y de la hospitalidad de los ciudadanos provenientes de Latinoamérica. Lisette, además, representa a los venezolanos en los Stati Generali delle Donne (Parlamento europeo en su sede de Milán).
Ha ganado varios premios literarios. Hace poco tiempo fue finalista en la competencia literaria nacional G. Belli 2017, institución del Campidoglio (Roma) y también en la competencia nacional literaria Mario Dell’Arco 2018, con obras literarias inéditas escritas en italiano.
Fue reconocida con el Premio Internacional Cadena de la Paz 2018, por la defensa de los derechos humanos (Argentina-España). En el contexto de las asociaciones, recibió el Premio a la Integración y Migración 2017, bajo el alto patrocinio del Parlamento Europeo y la Municipalidad de Milán (única asociación latinoamericana reconocida, en el 2017, por su trayectoria de casi un cuarto de siglo). También recibió el Premio de las instituciones y de la comunidad ecuatoriana en Milán, por su actividad literaria.
Lisette es una escritora empeñada en trabajar el ámbito social y en la cooperación internacional. Sus poemas están inspirados en temas de justicia social.
Ha publicado los libros Venezuela desde la distancia, 2017, Borella Edizioni; El mismo cielo, bilingüe, 2018, Borella Edizioni; Poetas Unidos por Venezuela, Borella Edizioni; y una antología que reúne a autores y autores de gran importancia en el campo literario latinoamericano y en la poética contemporánea de Venezuela. Publicación bilingüe, 2018. Escribe para las publicaciónes de las antologías cuatrimestrales: I Quaderni del Caffè Letterario, Il Rio Edizione.
Ha participado, presentando sus obras y leyendo su poesía en varios eventos, entre otros: Il Caffè letterario di Mantova; Festival Internacional de Literatura de Verona; Encuentro de poetas internacionales de Roma; Encuentro internacional de literatura de Soncino.
Además, es la creadora y curadora de reuniones literarias como El Té Literario, Encuentro de autores, Poetas Unidos por Venezuela (donde se ideó y lanzó la antología) y varias presentaciones en el contexto de la feria Book City Milán.
Finalizó sus estudios en Italia, durante los años noventa, con un diploma del liceo científico Giulio Natta en Milán y un título universitario en lengua e historia italiana en la Universidad de Siena.
Asistió a la Universidad Bicocca de Milán, siguiendo el Curso de Ciencias Sociológicas y el curso de Filosofía de la Universidad Estatal de Milán.
Es curadora y administradora del blog «Briciole di Poesia», un lugar donde se recopilan poemas de autores italianos y extranjeros de gran valor literario, blog empeñado también a la promoción de talentos emergentes en la literatura nacional e internacional a través de un Concurso Literario Nacional, reconocido por diferentes organizaciones institucionales y culturales.
En su trayectoria profesional ha estado colaborando con organizaciones sociales y políticas, para el reconocimiento de los derechos sociales de los inmigrantes en Italia, y ha llevado adelante muchas propuestas para la mejoría en materia de migración.
Ha trabajado en diferentes medios de comunicación como Radio Marconi (radio del Vaticano) para exponer los problemas de la comunidad latinoamericana en Italia. Lisette Fernández se desenvuelve con el constante apoyo de su hija Floriana Quaretti, estudiante universitaria, poeta también y traductora de especial talento con la poesía.
La ciudad de Milán es alucinante. Lo viejo y lo nuevo conviven de un modo que agita la mirada: pasan tranvías como si la ciudad estuviese cantando sobre rieles. Lisette Fernández es tan serena que su presencia parece aquietarlo todo. Son días de lluvia, de pronto la gente corre con sus paraguas. Lisette sonríe y avanza con calma, con una dulzura irrevocable.
LA ENTREVISTA
-Tú y la escritura ¿cómo es la relación entre las dos? ¿Quién guía, quién se somete?
-Mi relación con la escritura ha sido para mí, desde muy temprana edad, un medio para comunicar sensaciones, desacuerdos, impresiones. La mejor manera posible para enfocar situaciones sociales ante la opinión pública, la oportunidad con la palabra escrita, de llegar a la conciencia y los corazones.
La palabra escrita me guía con la responsabilidad que ella comporta, ya que nace de querer dejar rastros de lo vivido y quizás también se origina, humildemente, en el anhelo de dejar una huella en la historia, una memoria de nuestra realidad actual como sociedad para las futuras generaciones. La escritura me guía y me acompaña develándose a través de versos, ya que en el arte de la escritura, la forma poética es la expresión que prefiero.
-En definitiva ¿qué marca tu búsqueda en la poesía? ¿En qué etapa encuentras la máxima satisfacción?
-El tema que más define mi arte poético, es aquel que me relaciona constantemente, como un cordón umbilical irrompible, con mis raíces, con mi madre patria. La búsqueda incesante de ese hilo de Ariadna que me devuelva a mi país del recuerdo, a ese país que hoy veo más cercano al abismo, situación que me agobia. A pesar del tiempo que llevo afuera, a pesar de la distancia, a pesar de que ya no quede nadie esperando mi regreso, no pierdo la esperanza de poder un día pisar nuevamente su suelo, y debajo de su cielo poder celebrar su libertad, su porvenir, su democracia.
No existe una etapa en particular en mi carrera, que recuerde tan satisfactoriamente, como aquellos momentos en que los lectores me confirman que aquel libro o aquel poema en particular, les ha emocionado, les ha hecho reflexionar por algún motivo. Este es, sin lugar a dudas, mi mayor apogeo, y el que me motiva a continuar en la escritura, a no detenerme.
-¿Qué significa para ti la labor que realizas respaldando y motivando a poetas de diversos países?
-Cuando en el 1996 fundé una de las primeras asociaciones culturales venezolanas aquí en Italia, fue un acto impulsado por la voluntad de hacer que la población italiana, y sobre todo mis propios hijos, conocieran una parte de nuestro país. Guiada más por esa nostalgia que ha caracterizado siempre mi larga estadía en este maravilloso país. En esos tiempos, además, éramos muy pocos los venezolanos residentes aquí, y los pocos que se encontraban eran ítalos venezolanos, de ida y vuelta a Venezuela. No existía aún una comunidad de emigrantes venezolanos, como la de hoy en día. La intención primordial era justo hacer conocer nuestro arte, nuestra cultura en general, es por eso que se dio inicio a la promoción de talentos emergentes de orígenes venezolanos, y después sucesivamente a talentos latinoamericanos en general.
Hoy por hoy, la Asociación Cultural Orquídea de Venezuela, en sus proyectos y actividades, posee un espacio dedicado enteramente a la promoción de la literatura nacional e internacional con el programa de Briciole di Poesia, lugar de encuentro y promoción de la literatura y sobre todo de la poética. Aquí se han impulsado las carreras de pintores, por ejemplo, que hoy exponen sus obras en museos internacionales como el LAC en Suiza, Francia, Berlín, etc. Hemos motivado a muchos creadores diversos que han alcanzado reconocimiento en este país. Sobre todo, en estos momentos difíciles, donde escasean la empatía y la solidaridad hacia el prójimo, momentos de falta de humanidad, donde se apunta solamente a esta nueva era «cibernética», donde el oportunismo y la sed de protagonismo no descansan. Hacer éste tipo de gestos gratuitamente, por solidaridad y cariño, genera la posibilidad esperanzadora de que puedan ser emulados y den paso a otros gestos gentiles que contribuyan también a mejorar la situación.
-¿Qué es lo que más amas en la vida?
-Es una pregunta bastante compleja por lo que me concierne, ya que mi respuesta podría ser interminable… Porque lo que más amo en la vida es la vida misma, con todo lo bueno y lo malo que esta trae consigo. La maternidad es la bendición más grande que he recibido, haber criado hijos correctos y responsables, es sin duda alguna, mi mayor éxito.
-Tu poesía es un arte elevado, esencia del lenguaje, ¿Hay lectores sintiendo eso?
-Muchísimas gracias por el énfasis de «arte elevado»… venido de usted me alegra y me honra inmensamente. Solo puedo decir que efectivamente mis versos, son bien recibidos y apreciados, de igual manera por todos mis lectores. He tenido la capacidad de poder transmitir mis poemas, de establecer una relación especial con los lectores de cualquiera condición social o procedencia. Porque la poesía es una forma de catarsis apelando a los mismos sentimientos… a las experiencias iguales que se tienen en la vida.
-¿Qué haces cuando te desanimas?
-Sucede a veces, cuando observo la situación desastrosa de nuestro país, sin ver todavía una solución real en su horizonte… eso me desanima. La intolerancia y la propagación del odio que se ha desatado también entre hermanos, entre nosotros mismos los venezolanos, ese sospechar continuamente de nuestro prójimo. Es un aspecto que no llegué a vivir y que no conocía, hasta que la diáspora venezolana lo exportó, muy lamentable, pero es una realidad. Ha resultado eso también de los peores sistemas autócratas, como el que está viviendo Venezuela.
Aún así, es suficiente para mí, observar de cerca la realidad de otras personas, las injusticias que aún deben ser denunciadas, el mismo cielo que me acompaña en todos mis versos, como el título que di a uno de mis libros.
-¿Has avanzado con lentitud o con prisa? ¿Con dolor o alegremente?
-Todo en mi vida ha avanzado muy rápidamente, desde nacer prematuramente, casarme aún adolescente; ser madre muy joven…Hasta la carrera profesional y mi afirmación artística, han avanzado muy de prisa pero con mucha responsabilidad y conciencia. Siempre con mucha alegría y muy agradecida a Dios por todas sus obras con mi persona.
-¿En dónde vives ahora? ¿Cómo desarrollas tu poesía allí?
-Vivo desde el 1990 en la ciudad de Milán. Desarrollo mi poesía de las experiencias profesionales, o de las realidades que me entrega día a día, está linda y frenética ciudad.
-¿Qué es lo que nombras con más insistencia en tu poesía?
-Mis poemas son perseguidos por el tema recurrente de la justicia social, de la fraternidad, de la solidaridad hacia nuestros semejantes. Lo que más menciono: la tierra natal, el paraíso perdido, como una Itaca para Ulises: el deseo de volverla a ver.
-Este tiempo ¿lo has visto bien? ¿lo has podido atrapar con tus palabras?
-Son tiempos oscuros, donde la indiferencia, el despotismo, la rivalidad, son reglas generales en la sociedad, donde tender la mano es visto con desconfianza, y donde insultar a los más débiles aumenta las alabanzas de las masas. Tiempos donde crear un enemigo (supuesto) es encontrar la excusa perfecta para asegurarse el poder. Son los tiempos de la idiotez, donde un teléfono móvil tiene toda la atención, y roba todo el tiempo, alimentando las curiosidades dementes de generaciones de todas las edades, dejando todo el resto afuera. Creando realidades paralelas en nombre del materialismo y del falso parecer. Tiempos de ideologías y desatención por la memoria.
Si, he podido gracias a Dios hacer llegar mi mensaje a través de mis versos y espero poder continuar haciéndolo, porque falta mucho por hacer y cada día es un día más para aprender y para construir humildemente. El mundo, hoy más que nunca, necesita de poesía… La poesía tiene un rol primordial desde los inicios de la escritura, y no puede cesar su existencia, debe continuar brindando cambios, brindando esperanzas.
José Pulido, poeta y periodista venezolano, residente en Génova, ciudad de Italia