Futbolistas del Lara y Anzoátegui hicieron el domingo un especial minuto de silencio. No los amilanaron directivos ni dueños de equipos.
Desde el minuto uno de esta tragedia que ahora se llama Nicolás Maduro, los venezolanos han apelado a casi todos los recursos para rehacer el país, arruinado por la revolución chavista. Sea con marchas silenciosas o en escaramuzas violentas en mitad de la calle, lo que se respira hoy es un país herido, y de este drama no permanecieron ajenos los jugadores del Deportivo Lara y Deportivo Anzoátegui, cuando se midieron el domingo 30 de abril en el estadio Metropolitano de Cabudare.
Cuando nadie se lo esperaba y el árbitro Johan Ruiz dio el pitazo inicial del partido, los 22 futbolistas no se movieron durante un minuto de silencio, en honor a los jóvenes asesinados por la represión militar y de los colectivos. Como deportistas ellos también sueñan con una nación liberada de la violencia y la miseria.
La victoria correspondió al Anzoátegui 0-2, con goles de Charlis Ortiz y Yohan Cumana; pero al final del partido ambos jugadores se abrazaron, lloraron y celebraron el mejor homenaje que el fútbol profesional pudo tributar por Venezuela y sus hijos.
