CHIPILO PULIDO –
Los tiempos cambian -felizmente- y las posturas de las instituciones y de los medios también evolucionan.
Hace un cierto tiempo que uno de los periódicos más importantes y con más influencia en el debate público en Francia, «Le Monde», ha dedicado páginas enteras a una crítica sería, objetiva y bien documentada sobre la corrupción de los hijos, los familiares de Chávez y también de sus herederos maduristas. Desde editoriales bien críticos hasta los numerosos trabajos de denuncia del periodista Paulo A Paranagua sobre la «dérive totalitaire» del régimen de Nicolas Maduro.
Otros periódicos (Le Figaro, Liberation…) y revistas (Le Point, Le Nouvel Ob, L’Express , Courrier Internacional…) han cambiado en su apreciación formulando objeciones fuertes a los «execrables» gobernantes de Venezuela. Hasta en la radio y la televisión francesas, son bastante los programas de contenido crítico en dirección del gobierno de Maduro.
En Francia, solamente el periódico comunista «L’Humanité», de poco tiraje y de consumo microscópico, sin olvidar el devoto y fidedigno «Le Monde Diplomatique», hacen la apología todavía del gobierno venezolano. Estos dos rotativos por razones de ideología (¿religión?) marxistoide siempre cubrirán los abusos del régimen de Nicolás Maduro.
Quedan los individuos: todos los Ignacio Ramonet, los Mélenchon, que no son otra cosa que el resto de trasnochados especímenes que siguen creyendo la tontería de que eso que hay en Venezuela es una revolución. Cuando no es otra cosa que un sórdido sistema de corrupción generalizado que ha conducido a la ruina y a la miseria del pueblo venezolano.
Finalmente, las declaraciones de Macron se ajustan a este viraje de la línea editorial de los medios franceses con respecto a la actualidad noticiosa venezolana. También -como dice con justeza Karla Nieves- Venezuela pasa a ser un «enjeu» -no sé, si «majeur»- pero en todo caso, un elemento relativamente importante del debate interior en la nación francesa que nos ayuda a producir en el plano internacional más aislamiento del fascistoide régimen chavista.
Macron contribuye con su clara y contundente declaración de hoy (29/9/2017) a un paso más en el arrinconamiento de Maduro en el mundo democrático. Se trata de su primer discurso sobre política exterior frente al numeroso grupo de embajadores de la nación francesa reunidos en París. Que el mandatario galo se pronuncie delante de 150 embajadores es un momento de elevada importancia. No tiene el mismo valor su declaración en un periódico o en la radio que hacerlo frente a la totalidad de su cuerpo diplomático convocados a Paris. Macron pone en el espíritu y la práctica de su fuerza diplomática planetaria la exigencia de que se restaure la democracia en Venezuela.
En todo caso, saludamos este espaldarazo que nos ofrece a la oposición venezolana el presidente francés. Algo que nunca hicieron sus predecesores, quienes en sus años de presidencia nunca se pronunciaron al respecto.
¡Vive la République!