Venezuela quedó como el nombre de un país del que no se quiere hablar más en Mercosur, más allá de las sanciones y de las historias rocambolescas de la canciller Delcy Eloína Rodríguez. En la cumbre de Buenos Aires, el jueves en el Palacio de San Martín, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay decidieron hablar de otra cosa, al parecer más productiva: acelerar las negociaciones entre el bloque regional y la Unión Europea con el fin de alcanzar un acuerdo de libre comercio.
Ni se la menciona ni se la espera. Venezuela no está incluida en ningún debate ni tiene representación alguna en las reuniones del ente regional. En esta oportunidad, Mercosur decidió avanzar en lo inmediato en una ambiciosa agenda que excluyó por completo al gobierno de Nicolás Maduro.
A pesar de que el tema se encuentra en las agendas de todas las cancillerías latinoamericanas y del Caribe, en este encuentro de cancilleres no se habló de la posibilidad de pedir la aplicación de la Cláusula Democrática a Caracas para excluirla de la OEA, como en algún momento sugirió el presidente argentino Mauricio Macri. «Hay una decisión concreta de evitar hablar de Venezuela para no hacer ruido en las negociaciones con la Unión Europea y para no darle protagonismo a Maduro», expresó al portal argentino Infobae una fuente calificada de la Cancillería argentina.
