RAFAEL OSÍO CABRICES –

Ayer, 17 de mayo de 2017, Montreal cumplía 375 años de fundada. Como parte de la celebración, todo el sistema público de metro y autobuses fue gratuito durante toda la jornada. Mientras que en Caracas el sistema Metro y Metrobus ha sido clausurado por entero los días en que la oposición marcha contra el malandrato.

Ayer, el museo de historia y antropología de Montreal inauguró una nueva sección, construida en lo que fue una fortificación, de cuando Montreal levantó un muro para defenderse de una invasión inglesa que nunca llegó a ocurrir. Mientras que Caracas, como todo el país, está sometida a sitio por sus propias fuerzas armadas, que se comportan como un ejército de ocupación: el malandrato impide la circulación, la llegada de más alimentos y medicinas, las relaciones culturales y económicas con el resto del mundo, el libre flujo de información y opinión, y combate a plomo la resistencia al secuestro de una nación entera.

Ayer, la alcaldía de Montreal celebró el aniversario de la ciudad con un show de luces en el puente Jacques Cartier; mucha gente dice, con razón, que ese dinero ha podido usarse para arreglar las escuelas de la ciudad, que en su gran mayoría necesitan una mano. Y el sindicato policial hizo una manifestación totalmente pacífica como parte de una vieja querella con la ciudad. Mientras tanto, en Caracas, los policías matan y son asesinados, o como uno que era parte de la policía del municipio Sucre, es detenido bajo el cargo de haber asesinado a un muchacho durante una manifestación. Un policía que también parece ser parte de una banda paramilitar.

Las cosas cambian. La historia es como un pretzel, que da vueltas sobre sí misma.

Alguna vez Montreal sufrió allanamientos y toque de queda. Caracas era entonces una metrópoli caribeña vibrante y entusiasta. Fue en 1970, cuando el primer ministro de entonces, Pierre Trudeau, ordenó la ley marcial para combatir un brote de terrorismo secesionista. Ayer, su hijo, el primer ministro Justin Trudeau, se reunió en Ottawa con la esposa y la madre de Leopoldo López.

Montreal ha alcanzado las mejores cifras en materia criminal desde los años 60. Caracas es, según algunas cuentas, la ciudad más peligrosa del planeta.

Pero en este momento ambas ciudades tienen el mismo clima. En Montreal la gente anda en shorts y sandalias, y cuando los veo, al cabo de todos estos meses de frío, siento al mismo tiempo que es rarísimo, y que es lo más normal del mundo, porque vengo de un mundo caluroso y para mí lo exótico deberían ser la parka y el sobretodo.

En Montreal puedes pasar meses soñando con el verano. Ahora asoma la cabeza. Pero cuánto podemos disfrutarlo nosotros si en nuestro país una dictadura de narcotraficantes y secuestradores mata a diario.

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Rafael Osío Cabrices, escritor venezolano que vive en Montreal.
Publicado en el blog Detrás de la Vida

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