Sebastián de la Nuez, periodista venezolano de origen canario, ha ganado precisamente en su tierra, Las Palmas de Gran Canaria, un premio de narrativa breve que otorga el Cabildo insular a través de su Biblioteca: el “Dolores Campos-Herrero”. La entrega del galardón y el diploma fue el pasado 21 de marzo
Están empeñados en fomentar la lectura, los aguerridos responsables de la Biblioteca Insular de la calle Remedios de Las Palmas. Es una zona peatonal muy turística y cerca del Hotel Madrid, famoso pues en una habitación de su primer piso se hospedó Francisco Franco justo la noche antes de salir a dar el golpe que acabaría en Guerra Civil. La Biblioteca, en su sala de lectura, atrae a gente a toda hora. Es un sitio donde el sosiego se sienta con un libro en las manos.
El jueves pasado, en una sala recién estrenada —las instalaciones se han ido ampliando en un edificio construido a finales del XIX y que antes fue del Banco Hispano Americano—, se homenajeó primero a los niños y jóvenes lectores; luego fueron otorgados los premios que la Biblioteca y el Cabildo dan a las iniciativas y vídeos que fomenten la memoria canaria y la vocación conservacionista; luego, el premio de narrativa breve “Dolores Campos-Herrero”, que ganó en su segunda edición (2018) el periodista de Actualy.es, Sebastián de la Nuez.
El año pasado ganó este premio literario el filósofo Paco Santos, nacido en Palma de Mallorca pero radicado en la canaria de Fuerteventura. Su libro se llama “Confidencias de un apestado”. Este año, Sebastián de la Nuez presentó “Las Palmas, Caracas, Madrid”, una serie de cinco relatos que son exactamente eso, un itinerario por tres ciudades con personajes en tránsito y una misma clave: la situación límite y, dentro de ella, las posibilidades de una querencia convirtiéndose en refugio. El libro aún no ha entrado en imprenta y es probable que todavía tarde varios meses en ser editado. Cuando esté en la calle se hará una presentación en Gran Canaria y otra en Madrid.
Lo más resaltante de este premio, para el ganador, es su utilidad como incentivo dentro de una política muy coherente y muy contemporánea: la lucha (que quizás sea infructuosa) porque los jóvenes no sean completamente absorbidos por la era digital, por la imagen y la volatilidad del móvil o la tablet, y dediquen más tiempo a dejar volar la imaginación a través de la lectura. Existe un programa que abarca instituciones públicas, empresas e individualidades llamado Pacto por la Lectura y Escritura en Gran Canaria. Se busca promover la lectura y sus mágicas virtudes. Están en ello bibliotecas, escritores, lectores, librerías, editoriales… La Biblioteca juega un papel fundamental en su coordinación y facilita el correaje con el sector educativo.