EL TIEMPO
El gobierno de Juan Manuel Santos ha entrado en contacto con países vecinos como Brasil, donde también se ha sentido la crisis de esta histórica migración

Colombia vive hoy el fenómeno de migración más grande “en toda su historia” por cuenta de la crisis venezolana, según la Cancillería. Para el Ministerio de Exteriores, el fenómeno comenzó desde agosto del 2015, cuando el presidente Nicolás Maduro empujó el primer bloque de deportados que llegó a una cifra de 22.000 personas.

Según estadísticas del Gobierno colombiano y de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), hasta el pasado 31 de diciembre unas 600.000 personas procedentes del vecino país permanecían en Colombia. El número podría ser mayor si se tiene en cuenta que a lo largo de los 2.219 kilómetros de frontera hay unos 280 pasos por los que no se ejerce ningún control de entrada.

En la actualidad cerca de 35.000 personas ingresan solo por el puente Simón Bolívar, en Cúcuta, cada día. Unas 15.000 cruzan la frontera para quedarse en Colombia cada mes.

Según la canciller María Ángela Holguín, los flujos de migración hacia Colombia “continúan al alza”, entre otras razones, porque la crisis venezolana ha llevado a que “todos los indicadores, como inflación, caída del valor del precio del bolívar frente al peso colombiano, pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos en su país y el desabastecimiento de comida y medicamentos” tengan una tendencia cada vez más negativa.

Una encuesta de la OIM reveló que hasta finales del 2016, el 65 por ciento de las personas que venían del otro lado de la frontera eran de nacionalidad colombiana y el 35 por ciento restante venezolanos. Esa proporción se invirtió de manera radical y al finalizar el 2017 el 65 por ciento de los migrantes eran venezolanos y solo el 35 por ciento, colombianos.

En la actualidad cerca de 35.000 personas ingresan solo por el puente Simón Bolívar, en Cúcuta, cada día.

Poco a poco, el Gobierno Nacional ha ido habilitando instrumentos de tipo legal para facilitar el manejo de los migrantes, como la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF), estimada en principio para unas 35.000 personas, pero que hoy ya tiene 1’530.000 usuarios. Este documento solo sirve para estar 7 días en zona de frontera y permite a sus portadores comprar alimentos o acceder a beneficios como las vacunas de manera gratuita. No rige para propósitos laborales.

También se habilitó el Permiso Especial de Permanencia (PEP) para las personas con pasaporte venezolano vigente, que autoriza estar legalmente en el país hasta por dos años. Este permiso garantiza a sus portadores ser contratados laboralmente, acceder a los servicios de salud, ingresar a sus hijos en planteles educativos y actualmente beneficia a 70.000 venezolanos.

El presidente Juan Manuel Santos, quien pidió llevar al Consejo de Ministros el tema de la migración venezolana para su examen el pasado martes, irá a Cúcuta el próximo jueves con el propósito de divulgar allí un paquete de medidas que tiene que ver con el tipo de ayudas a los ciudadanos de ese país.

De hecho, el pasado martes, el Presidente pidió a su gabinete preparar un amplio informe sobre las acciones que ya están en marcha para ayudar a los venezolanos que han huido de su país y lo que se requerirá para atender el aumento del flujo de personas en caso de que la crisis humanitaria empeore.

Uno de los objetivos de Santos y de su gobierno es que los migrantes venezolanos ingresen por los siete puestos de registro habilitados en toda la frontera, con el propósito de mejorar el sistema de información y la ayuda.

La canciller Holguín le dijo a EL TIEMPO que con su viaje a Cúcuta el presidente Santos espera “dar un respaldo multisectorial, con todos los ministerios, a muchos municipios en Norte de Santander, La Guajira, Arauca y otras poblaciones menos visibles para los medios en los departamentos de Cesar, Vichada y Guainía”.

A juicio del Gobierno, “el trabajo debe ahora extenderse no solo a las zonas de frontera, sino continuar en ciudades como Bucaramanga, Barranquilla, Cartagena, Bogotá y otras más que han recibido ya unos índices significativos de venezolanos”.

La canciller Holguín también cree que la atención de los migrantes venezolanos no está solo en manos de Colombia. “Una crisis migratoria como esta tiene origen en los problemas económicos, sociales y políticos que vive hoy Venezuela y no podemos resolverla desde Colombia”, dijo.

Uno de los objetivos es que los migrantes venezolanos ingresen por los siete puestos de registro habilitados en toda la frontera, con el propósito de mejorar el sistema de ayuda.

Colombia ha entrado en contacto con países vecinos como Brasil, donde también se ha sentido la crisis de la migración venezolana. Hace poco 26 oficiales de la Cancillería brasilera estuvieron en Colombia y visitaron la frontera para aprender de los programas puestos en marcha allí. “Esta situación afecta ya a más países como Ecuador, Perú, Chile, Brasil y otros más. Sin duda el mayor afectado en estos momentos es Colombia por el volumen de población ya recibida”, agregó.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, llamó la atención de la comunidad internacional para preparar un plan que atienda al pueblo venezolano cuando el gobierno de Nicolás Maduro caiga. Cárdenas dijo que algunos expertos de la banca multilateral estiman en no menos de 60.000 millones de dólares una estrategia para la reconstrucción económica de Venezuela en una primera fase.

El viaje que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, hará esta semana por varios países de América Latina (en Bogotá estará el martes) le pondrá presión a Caracas.

El presidente Santos dijo hace una semana desde Davos (Suiza) que no se deben reconocer las elecciones presidenciales a las que Nicolás Maduro se presentará en abril próximo para ir por 6 años más en el gobierno.

Publicado en www.eltiempo.com

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