Samuel Moncada, que se estrenaba como embajador alterno de Venezuela en la OEA, se empeñó hasta el cansancio en tratar de evitar la aprobación del orden del día de la reunión de hoy del Consejo Permanente extraordinario de la OEA. Y con ello cortar la posibilidad de debatir la situación de Venezuela.
Primero decía que no se trataba de un asunto técnico: el hecho de que se convocara una reunión para tratar el tema de un Estado sin previamente consultársele su avenimiento. Es una cuestión de principios, dijo.
Denunció que al mismo tiempo que la canciller Delcy Rodríguez estaba dirigiéndose a esa organización en la reunión de ayer, el senador republicano de EEUU Marco Rubio había conminado a tres estados de esta organización con «sanciones de algún tipo si no obedecían las órdenes de ese superpoder». Señaló que la reunión se estaba «convirtiendo en un acto grotesco, de presiones de organizaciones que no forman parte de la OEA, como el congreso de EEUU. Nos oponemos a la iniciación del consejo permanente», dijo.
Nicaragua y Bolivia también tomaron la palabra reiteradamente para apoyar la posición de Venezuela. «Este Consejo no tiene validez y no representa mandato alguno para el pueblo y el gobierno de Venezuela», dijo el embajador nicaragüense.
Moncada subió entonces el tono. «No podemos ser forzados por ningún grupo de esta organización. Su decisión es intervenir en los asuntos internos de Venezuela y por eso vienen aquí a tratar de hacerlo, dijo, refiriéndose a los 14 países que promovieron la reunión.
Después de cinco intervenciones de Moncada, tres del nicaragüense y dos del boliviano, el embajador de México se exasperó: «Vamos a proceder al voto», petición que poco antes había sido invocada por Canadá.
El director de asuntos jurídicos de la OEA recordó que para la aprobación de la agenda eran necesarios 18 votos, que ya estaban asegurados desde ayer, cuando Delcy Rodríguez pidió que se suspendiera la reunión en ciernes.
Samuel Moncada perdió los papeles y casi gritó: Digan de una vez lo que quieren hacer (con Venezuela), no nos importa, digan que quieren discutir lo que les dé la gana. No puede ser que se amenace y se coaccione a los estados.
El presidente del Consejo Permanente, el representante de Belice Patrick Andrews llamó entonces a votación, la cual se realizaría de viva voz, no con urnas ni papelitos:
Resultado:
20 países votaron a favor de aprobar la agenda del día y comenzar a discutir ya, sin pausa. 11 votaron NO. Dos estados se abstuvieron.
El primer round diplomático había sido perdido por el gobierno venezolano. Moncada estalló: «Todo lo que se haga aquí lo combatiremos donde sea necesario».
En Caracas, transcurría una manifestación de apoyo a las decisiones de la sala constitucional del TSJ, la cual era jaleada por el vicepresidente Tareck El Aisami y por Diosdado Cabello. Por su parte, Telesur había dejado de transmitir ambos acontecimientos. Ni el fin de la manifestación ni el comienzo del debate en la OEA.