AINOHA MURGA – El Español –
Venezuela ha cruzado esta semana una línea roja. El Tribunal Supremo de Justicia arrebató las competencias al Parlamento, mayoritariamente opositor, despojando a los legisladores de la inmunidad que les reconoce su posición y haciendo saltar las alarmas de la comunidad internacional al unísono.
El gigante petrolero de Latinoamérica ha caído en los últimos tres años en una espiral de caos político, escasez de alimentos y tensión social que ha dejado en evidencia la falta de gestión de Nicolás Maduro. Un presidente sin el apoyo de su pueblo que, acorralado, opta por el «golpe de estado como forma de preservar su poder», explica a EL ESPAÑOL el economista venezolano José Manuel Puente.
Puente, profesor del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y doctor por la Universidad de Oxford, ha visitado esta semana Madrid para hablar de la situación actual y de las perspectivas del país caribeño. Hacia futuro, para que Venezuela remonte el vuelo, se necesita mucho trabajo. Pero la urgencia en este momento es reconstruir la democracia que Maduro «ha dinamitado» y lograr un consenso político y social sobre el modelo de desarrollo viable para el país.
¿Cuál es la situación actual en Venezuela?
Venezuela está viviendo una fase de colapso macroeconómico. En los últimos tres años ha vivido un ciclo recesivo muy fuerte marcado por tres circunstancias. La primera es que este periodo, entre 2014 y 2016, la economía ha perdido aproximadamente un 24% de su PIB. Se suma, además, que Venezuela lleva cuatro años consecutivos con el nivel de inflación más alto del mundo. Por último, la tercera variable que da una idea del desajuste económico y social es el proceso de desabastecimiento sistemático de muchos bienes básicos, entre ellos alimentos y medicinas.
Ante estas circunstancias, ¿cómo describiría el escenario social?
Los venezolanos no están nada contentos. Hay parámetros para medirlo. Cuando el presidente Hugo Chávez muere, el presidente Nicolás Maduro asume la presidencia con un nivel de aprobación de su gestión de un 60%. En los últimos cuatro años, el presidente Maduro ha ido perdiendo el piso político debido a la gran crisis económica y de los impactos sociales que ha tenido, llegando al día de hoy con no más del 15% de aprobación a su gestión. Eso muestra que una parte importante del país está descontento y que una parte importante del país, incluyendo parte del chavismo -la gente que le da soporte a la revolución-, quiere un cambio político. Podemos hablar de un 85-90% de la población, la que quiere un cambio político por su gran descontento ante la situación económica y social.
Maduro no tiene poder, tiene un respaldo político muy débil. Su única opción es radicalizarse y atentar contra la democracia.
En este contexto, como ciudadano, considero que es importante entender qué ha pasado esta semana: el presidente Maduro ha dado un golpe de Estado y ha usurpado las funciones de la Asamblea Nacional. Desde el punto de vista analítico está muy claro por qué lo hace. Es un presidente que no tiene poder, su respaldo político es muy débil, que no puede ir a ningún proceso electoral (nacional, regional o local) porque lo perdería. Su única opción es radicalizarse y atentar contra la democracia, usurpar el poder a la Asamblea Nacional. Dar un golpe de Estado es la única forma que tiene de preservar su poder porque, por la vía electoral, no tiene posibilidad de ganar nada.
¿Cree que esta crisis política tiene salida para Maduro o que es más probable que su Gobierno colapse?
Veo muy pocas probabilidades de que Maduro tenga algún margen de recuperación después de que después del desastre económico que ha causado, del desajuste político y de la destrucción de la democracia. Los venezolanos tenemos que reconstruir la democracia, las instituciones, e ir a un proceso electoral donde podamos elegir a las autoridades y a un nuevo presidente que cuente con el respaldo de la mayoría de los venezolanos.
No veo, al menos en este momento, un escenario en el que un presidente que acabó con la economía, que ha provocado la crisis social más aguda en la historia económica venezolana, que ha acabado con la democracia, tenga alguna posibilidad de reinventarse como presidente. Entonces Venezuela tiene que transitar hacia un camino de reconstrucción institucional, política y económica que va a llevar tiempo y mucho esfuerzo, pero que es posible, porque todavía la mayoría de los venezolanos creemos en la democracia y no vamos a permitir que un dictador nos robe el futuro.
¿Qué impacto cree que tiene la presión externa desde organismos como la OEA?
Sin ser especialista en el tema, como venezolano considero que es necesaria la presión internacional para hacer que Venezuela retome el camino de la institucionalidad. Pero también es necesaria la presión a nivel interno. Es necesario que todas las fuerzas vivas, que seguimos creyendo en la democracia, se organicen y ejerzan una fuerte presión para retomar el camino de la democracia. Ambas presiones, en conjunto, son clave para restablecer la democracia.