VÍCTOR SUÁREZ –

Abel Ibarra es narrador y profesor universitario venezolano residente en Miami desde hace muchos años. Ha obtenido la ciudadanía estadounidense y se ha destacado en la lucha social en Florida. En 2014 escribió la novela Balseros del aire, ha ejercido la docencia, el periodismo y producido programas televisivos culturales en tierra que ya no le es extraña. Lo que le asombra es el comportamiento de parte de la diáspora venezolana asentada en Miami en ocasión de las elecciones presidenciales de EEUU.

¿Cuál crees que fue la característica principal del comportamiento del votante venezolano allí, antes y durante las elecciones?

El comportamiento en las elecciones del venezolano residente en MiamiEl comportamiento del venezolano estuvo signado por los efectos de la política venezolana, con la intolerancia como método de confrontación. No hubo intercambio de opiniones, sino confrontación de decisiones tomadas en un ambiente turbio, que seguía a pie juntillas los insultos de Trump a su adversario (a quien veía más bien como un enemigo). El presidente se concentró en acusar a Biden de socialista y, con el extremismo que caracteriza al venezolano desde la tragedia creada por Chávez, la respuesta fue pasarse con armas y bagajes a lo que cree es la “derecha”, a pesar de que pocos entienden los límites entre ésta y la “izquierda”. Así, la guerra de eslóganes y frases hechas sustituyó la verdadera discusión doctrinaria que tanta falta hace en estos momentos de confusión.

Ahora, después de las elecciones, están haciéndole coro a los intentos de crear caos por parte de Trump, declarando que hubo fraude porque cada vez aparecen más votos a favor de Biden. El caso es que, para eludir los problemas de la pandemia y evitar aglomeraciones el 3 de noviembre, los demócratas llamaron a votar adelantadamente y por correo. Entonces, era inevitable que estos votos comenzaran a ser contados luego de los presenciales, como lo dictamina la ley en cada estado. El resultado es que cada vez más Biden ha cerrado las distancias y aumentado su caudal electoral.

¿Se destacaron en las redes sociales?

Éste fue el peor escenario porque el venezolano se dio a la tarea de crear un torbellino de desinformación, intentando descalificar a Biden con la consabida acusación (sin fundamentos) de socialista, de viejo decrépito y hasta de pedófilo. No hubo límites y los adjetivos superaban con creces a los utilizados contra Chávez en un intento por linchar moralmente al candidato demócrata.

Las redes sociales fueron el vehículo para promover actos de agresión que condujeron, entre otros, al boicot violento de una visita de la candidata a vicepresidente Kamala Harris, cuando ésta visitó un restaurante en la ciudad de Doral, reducto principal de venezolanos en Miami; y, también, a la campaña contra la animadora Erika de la Vega por el hecho de mostrarse a favor de Biden.

El comportamiento en las elecciones del venezolano residente en Miami¿Aparecieron voceros calificados?

Más que voceros, en todo momento existió el espíritu de gavilla escandalosa que siempre intentó acusar a los demócratas de socialistas y comunistas, sin que los individuos que integran esta masa anónima tengan una visión clara de lo que significan estos dos fenómenos sociales.

¿Crees que el voto venezolano tuvo influencia determinante en la votación obtenida por Trump en Miami-Dade?

La votación de los venezolanos es muy baja porque la mayoría tiene un status civil incierto, aunque hagan mucha bulla. Aquí hubo sorpresas con el triunfo de Daniella Levine Cava, demócrata que derrotó al republicano Bovo y selló la derrota republicana en el Condado de Miami-Dade (The Great Miami), una suerte de alcaldía mayor.

Víctor Suárez, periodista venezolano residente en Madrid, España.

 

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