EZIONGEBER ÁLVAREZ

Aquí, chico, en esta esquina, comiéndome una manga. Me esperan dos más. Tú sabes, reflexionando hondamente… (lavando las frutas, buscando el cuchillo), repasando cosas del tipo: «Qué hago yo aquí sentado en este ture pensando pendejeras en vez de estar chambeando» O si no, el clásico: «qué nos deparará la vida Diosmíoquerido…» Vainas de esas que bien podríamos llamar «existenciales» tipo pa’ondeagarro.

Orondamente y en pleno arrebato filosófico, concluyo en una frase tipo Wayne Dyer: «Es que somos en esta vida, simples peregrinos» ¿Ves la profundidad? Aves de paso. Golondrinas, y tal.

Hay quien piensa que no quedan más alternativas: hay que ir a elecciones con otros cuzurros (que son los mismos) en plan de Consejo de Sabios. Ajá… (pequeño ñam) … Pero yo concluyo viendo aquellos arreboles, que lo que pasa es que la humanidad se ladilla y manda todo al carajo. Hay que cambiar una cosa por otra. Un bombillo o un sistema de gobierno, la cuestión es cambiar a tu mamá por una chiva, como dicen. Lo peor de la vaina es que estamos convencidos de lo vivos que somos. Avispaos. Antes lo teníamos todo. Ahora los venezolanos hasta juegan dominó en las colas. Grandeeee… Pero esa inmensa pendejada de creernos la refulgencia en persona… (Gran ñam) … es lo que nos ha metido en la mamá de los peos. Y eso, mi pana, que se nos secó el gaznate de tanto que lo advertimos. Te digo… (Picando la segunda manga en cuadritos como me enseñó mi abuela) … no somos más que conchas marinas que un día se disolverán en una playa y que algún hijo de puta pisará rascao y cantando rancheras. Oh, sí. Las amebas, por viejas, son más sabias y todavía así pensamos que a nosotros, por ser humanos, nos asiste un truco extraordinario y que por eso estamos muy por encima de las leyes y de otras personas: neeexxxt!! que venga una revolución, después hablamos.

Demasiadas ínfulas. Simplemente somos el ripio residual de otros enclaves y otras gentes y… ¡ñam! … memorias, neuronas y dendritas con piel además de ojos y piernas: un perfecto callejón existencial que camina, imagina y piensa. Creo que estos días pasados asaltaron otra vez el decanato de la Universidad de Oriente, en Anzoátegui. Nos quitan hasta nuestra razón de ser pero llegan los sabios comentaristas y dicen que “en Estados Unidos, la cosa está muy jodida». Dicen. Muchos manifiestan en forma digamos atildada y dando uso a la libertad preconizada en esas tierras. Otros toman parte en favor de que se haga justicia de la negritud en modo vandálico, y cientos de personas más afirman (ñaaaammm, ñam, ñam, ñammmm) que hay que arrancar de raíz el problema. No tienen ni idea, pero sentencian como si supieran de lo que hablan, que yastábuenoya de congresistas y capitolios. Afirman que la democracia es una vulgar mampara del capitalismo. Que nada, quitar a los malditos y poner gente bonita. Que hay que acabar a los políticos e implantar una verga progre, nuevecita, razón por la cual destruyen lo que tengan a su paso para mandar el mensaje de que la cosa va en serio.

No obstante, después de dar tanto bandazo, hay algo que sabemos los latinoamericanos de por aquí ya bastante duchos en todo lo referente a golpes de estado: lo que allá está sucediendo afecta a todo el Hemisferio Occidental. ¿Ultrosos chavistas en Estados Unidos? Fin de mundo, mijito. Llamarlos comunistas es demodé. Ubicarlos en el pensamiento extremo de Irán me parece que también. Son, a su manera, todos a una. Como Fuenteovejuna. Al respecto de eso … (ñam grandote, servilleta carupanera para borrar vestigios), es todo lo que diré. Unos ubican a Trump al lado de Maduro, locos los dos. Otros dicen que el problema es la tirria que le tiene el planeta entero a Estados Unidos. A mí lo que me parece es que lo que sucede en el mundo no es coba y que los extremistas nos agarrarán de sopa ¿Será que esperamos a la Billo? ¿Será que perderemos el chivo y el mecate? Y váyalo. Por ahí van los tiros. Botar conchas, sacarme las tiritas de mango de los dientes, lavarme las manos y cepillarme. La tercera manga, ya sabes: papola. Luego sigo.

Eziongeber Álvarez, humorista venezolano.

 

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