La canciller venezolana Delcy Rodríguez insulta al canciller mexicano Luis Videgaray por haber firmado, junto a otros 13 gobiernos de la región, un comunicado que exige elecciones prontas en Venezuela, e inmediatamente el presidente Maduro llama al presidente Peña Nieto para pedirle cautela en la OEA sobre ese particular. Maduro, también, llama al presidente colombiano Juan Manuel Santos para decirle que las tropas que instaló el ejército venezolano en territorio colombiano están en su derecho, y al mismo tiempo tercia sobre el tema de la discusión en la OEA del punto venezolano y Santos le deja con la palabra en la boca. Maduro, también, llama al presidente de Panamá, Juan Carlos Varela y le pide cohibición. Y así se suceden los contactos, las amenazas, las cuitas. Es natural que las diplomacias se desplieguen en casos de apuros. El tema es decisivo, como nunca antes lo había sido.
La más agria semana internacional de Venezuela tiene como escenario el salón Simón Bolívar, en la sede de la OEA en Washington DC. Hoy lunes el Consejo Permanente ha sido convocado a petición del gobierno venezolano y mañana martes se volverá a reunir a petición de 18 países que desde hace rato están buscando una solución electoral a la crisis venezolana.
La intimación del secretario general de la OEA, Luis Almagro, a que se aplique de urgencia la Carta Democrática Interamericana a Venezuela, si en un plazo de 30 días no se acuerda un llamado a elecciones generales, ha sido respondida por las cancillerías de 14 países, pero no en la línea de Almagro sino en la ruta de extenuar todas las posibilidades diplomáticas existentes con el fin lograr una salida pacífica, coordinada y, también, electoral.
Estados Unidos ha reaccionado ante la petición de Almagro diciendo que no está en su librito la suspensión, por ahora y en este momento, de Venezuela como miembro del organismo hemisférico. Otros países, como Costa Rica, piensan lo mismo. Sin embargo, con su informe y con su petición in extremis, Almagro ha logrado el objetivo de sensibilizar aún más a los países para que se acentúe la presión sobre el gobierno venezolano.
A la petición inicial de 14 países (más Belice, que ocupa la presidencia del Consejo Permanente de la OEA), se le han agregado ahora otros cuatro países (Barbados, Bahamas, Santa Lucía y Jamaica, todos ellos caribeños) para que se discuta la situación el martes a las dos de la tarde, hora GMT -5.
El punto de Delcy Rodríguez es reiterativo: No aceptamos ingerencia extranjera. El punto de los 18 es sencillo: cronograma electoral y liberación de los presos políticos.
Nada es sencillo. Desde la dirección de debates se resuelven muchas cosas, a favor o en contra, según el visor que se use. Patrick Andrews, representante de Belice, estará en el cargo de presidente del Consejo Permanente de la OEA hasta el viernes 31 de marzo.