JARO ADRIANZÉN/CARETAS
Más de 4 mil profesionales de la medicina podrían cubrir el déficit del sector salud de este país. Tres de ellos cuentan sus historias

 

El matrimonio conformado por los médicos venezolanos Heydi Coronel y Omar Ghiglione pisó el aeropuerto Jorge Chávez, en Lima, a las 7 pm del pasado 30 de mayo. Venían de una travesía que incluyó cruzar la frontera de Venezuela con Colombia a pie y con maletas de 23 kilos. Ghiglione es un cirujano vascular periférico nacido en el estado Zulia que no dudó en vender libros puerta a puerta por Pueblo Libre para sobrevivir. También comercializó cursos de inglés y trabajó como asesor inmobiliario.

Mientras Heydi Coronel, ginecóloga obstetra especializada en fertilidad, vendió gelatinas en el mercado de Magdalena a pesar de tener un curso especializado en histeroscopia. Como a miles de venezolanos, la aguda crisis desatada por el régimen de Nicolás Maduro los obligó a emigrar.

Omar Ghiglione, cirujano vascular periférico. “Me encantaría ir a Tacna, Arequipa o Ica a ejercer”, cuenta.

Tomaron la decisión el 28 de febrero. Y eligieron Perú por la buena chance de ejercer su profesión. Por eso que a las 7 y 30 a.m. del 31 de mayo ya estaban en las oficinas de la Sunedu para la validación de sus títulos universitarios. Le siguieron los trámites para el PTP y la cita en Interpol. Y el 14 de junio presentaron el examen de suficiencia del Colegio de Médicos del Perú. “Lloré cuando vi que los habíamos aprobado”, recuerda Coronel. Días después les dieron el certificado y la constancia de habilidad. Ghiglione agrega: “El acto de ser reconocido por tus pares, con imposición de medalla, fue un gran punto a favor”.

La primera chamba de ambos fue en una clínica de Chosica. Hoy ella, además, dirige la sede de un centro de fertilidad en San Miguel y trabaja en un policlínico de Lince. Y él trabaja en un centro médico en San Juan de Lurigancho. “En vez de verme como una competencia, me ven como alguien que viene a aportar”, cuenta Coronel agradecida. Ambos son parte de los más de 4 mil médicos venezolanos en el Perú que se inscribieron en el Plan de Asimilación Productiva impulsado por la ONG Unión Venezolana en el Perú.

El total de profesionales –en salud, administración, contabilidad, educación, deporte, industria, manufactura, pesca, etc– asciende a 30.269 personas. El 81% está dispuesto a reubicarse en provincia para cubrir las plazas que hagan falta. Allí radica la importancia de médicos como Omar Ghiglione y Heydi Coronel, quienes ayudarían a cubrir el déficit de 16 mil 630 médicos especialistas que tiene el Perú, de acuerdo con el Minsa.

El PTP es el primer paso. Derecha, Jacqueline Natera se graduó de médico en 1992. Hoy vende ropa en Barranco.

ASÍ FUNCIONA LA “MIGRACIÓN ACTIVA”
Otra doctora que va por el mismo camino es la caraqueña Jacqueline Natera, graduada en medicina en 1992 y con un postgrado en terapia intensiva y medicina crítica. Llegó el 21 de febrero. Y hoy vende ropa en una tienda en Barranco. Pero el próximo miércoles 19 tiene cita en Cancillería para tramitar el apostillado de los dos documentos que le solicita la Sunedu para certificar sus títulos.

“Cuando me certifique postularé como médico especialista, como internista”, adelanta. Y no puede ocultar la emoción de trabajar en lo suyo. No vino a quitarle el trabajo a nadie. Sino a ganarse (y recuperar) la vida.

Publicado en www.caretas.pe

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