El sector tecnológico estadounidense es bastante complejo, políticamente. Las fuertes manifestaciones que se han realizado recién tanto en Seattle (sede de Microsoft) como en Silicon Valley (California), en contra del decreto ejecutivo del presidente Donald Trump que prohíbe la entrada de inmigrantes de siete países con poblaciones mayoritariamente musulmanas, no es asunto que pueda despacharse a la ligera. Antes habría que comprender el papel crucial que han jugado las políticas relativamente abiertas de Estados Unidos sobre inmigración en el negocio de la tecnología.
Esto es lo que plantea un reportaje del diario The New York Times publicado la semana pasada.
«Y también es necesario entender por qué las personas que trabajan en la industria perciben la política migratoria de Trump como un fenómeno catastrófico: el fin de la era en que Estados Unidos fue un faro para los mejores inventores del mundo.»
En Silicon Valley se concentra gran parte de los talentos que han revolucionado el modo de vida de EEUU y del resto del mundo en apenas 30 años. Su población está formada por científicos y emprendedores de gran valor, muchísimos de los cuales tienen en su carnet de identidad el haber nacido fuera de Estados Unidos. «Quienes trabajan en Silicon Valley son unos revolucionarios atípicos. Como grupo, son relativamente acaudalados, cuentan con buena educación y están bien conectados», señala Doug Chayka, autor de la pieza periodística.
Aunque la mayoría de personas en San Francisco apoyaron a Hillary Clinton en la campaña electoral, los profesionales de la tecnología no son precisamente los menos proclives a apoyar las ideas políticas del presidente Donald Trump. Muchos de los empleados de las empresas tecnológicas más ricas del mundo no tendrían ningún problema si se deroga el Obamacare. La mayoría no sufrirá personalmente por el muro fronterizo con México.
¿CUÁL ES EL PUNTO?
Una razón importante por la cual existe Silicon Valley es que recibe a personas que provienen de más allá de sus fronteras, dice John Collison, un inmigrante irlandés cofundador de Stripe, una empresa de pagos en línea y aplicaciones móviles.
Ninguna otra ciudad atrae tanto talento como SV. “Estados Unidos absorbe todo el talento del resto del mundo”, indicó Collison. “Si observan a las empresas tecnológicas más destacadas, verán que Estados Unidos está sobrerepresentada. No es una situación normal. Es así porque hemos logrado crear un motor que atrae a los mejores del mundo a Silicon Valley”.
Sin embargo, Collison agrega: “Creo que es un poco frágil”. La administración de Trump podría cambiar la dinámica amigable hacia los inmigrantes… y podría traer consigo la ruina de la industria tecnológica estadounidense.
Múltiples estudios han llegado a la conclusión de que los inmigrantes jugaron un enorme papel en el desarrollo de ese motor.
El año pasado, los investigadores del National Foundation for American Policy, un centro de investigación independiente, estudiaron las 87 empresas nuevas del sector privado de Estados Unidos que por ese entonces tenían un valor igual o mayor a los mil millones de dólares. Descubrieron algo impresionante: más de la mitad habían sido fundadas por una o más personas que nacieron fuera de Estados Unidos. Y un 71 por ciento de esas compañías tenían a inmigrantes en cruciales cargos ejecutivos.