HUMBERTO MENDOZA D’PAOLA
Como amigo de Teodoro Petkoff y como su abogado defensor en la insólita demanda judicial de la que ha sido víctima, tanto él como su legado periodístico que encarna hoy el diario TalCual, siento enorme satisfacción por el sobreseimiento de su causa, anunciada por el tribunal que juzga este caso, y que le permite a Teodoro sobrellevar una vida más tranquila, a pesar de los avatares de la política venezolana, de la que Petkoff está plenamente consciente
Esta satisfacción personal sería incompleta si no va acompañada del agradecimiento sincero a los cientos de amigos y lectores de Teodoro Petkoff, quienes no dejan de exaltar la conducta política y humana de un político e intelectual ejemplar, como pocos existen hoy en esta Venezuela herida en sus más altos valores democráticos, de libertad y de prosperidad económica.
Han sido los amigos de Teodoro Petkoff, quienes con sus artículos en prensa, comentarios públicos y en el seguimiento de su situación judicial los que han estimulado a Teodoro a seguir adelante en estas horas difíciles que atraviesa el país. Tan importante como destacar el masivo respaldo que ha recibido Teodoro Petkoff desde el exterior, no tanto de personalidades políticas, como los Presidentes de Colombia, Argentina, Perú, Chile, España, entre otros, sino también de amigos personales, como el expresidente del Gobierno español Felipe González; del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, del expresidente de Chile, Ricardo Lagos, de José Miguel Vivancos, de Alfredo Romero, de César Miguel Rondón y otras personalidades del mundo cultural, sindical, político, empresarial y académico, cuyas voces se han unido al reclamo público de organismos venezolanos e internacionales de defensa de DDHH, como el Foro Penal Venezolano, Comisión Interamericana de Defensa de los Derechos Humanos, de Human Rights Watch, de la Sociedad Interamericana de Prensa, del Bloque Venezolano de Prensa, del Centro de Derechos Humanos de UCAB, de las Universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar, UCAB, LUZ, ULA; del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, del Colegio Nacional de Periodistas, del Grupo Prisa, de la directiva del diario español ABC, de la afamada revista mexicana Letras Libres y de otras instituciones, la insustituible colaboración de colegas como Ramón José Medina, Jesús Ollarves Irazábal, Jaime Martínez Milla, Edwin Herrera, Alberto Arteaga Sánchez, Tulio Colmenares (QEPD), Rafael Pérez Perdomo, Carlos Ayala Corao, Pedro Nikken, Tamara Sujú, Juan Garantón, Gustavi Limongi Malavé y muchos nombres que sin dudas he olvidado pero que igual merecen nuestro reconocimiento.
Centenares de artículos, declaraciones públicas, foros y conferencias sobre libertad de expresión, los certeros aportes expuestos en el juicio por valiosos analistas y expertos de la comunicación como los profesores Antonio Pasquali, Gloria Cuenca, Marcelino Bisbal, Marianella Balbi, Carlos Correa, Miguel Ángel Latouche, Héctor Faúndez Ledezma y Andrés Cañizalez, además de mensajes de ciudadanos e intelectuales en las redes sociales, las que lograron movilizar a la OEA, ONU, HRW, CIDH, Parlamento Europeo, National Endowment for Democracy, a los Congresos de España, Francia, Italia, Perú, Chile, Paraguay, Brasil, Portugal, Uruguay, Costa Rica, Argentina y muchos otros los que ejercieron presión para denunciar los atropellos que se han venido cometiendo contra Teodoro Petkoff y los directivos de TalCual, Manuel Puyana y Juan Antonio Golía; del mismo modo como lo han venido haciendo sistemáticamente con los miles de presos políticos que medran en las cárceles civiles y militares de Venezuela, por el simple “delito” de ejercer sus derechos constitucionales, entre los que figuran su derecho a protestar y opinar pacífica y públicamente. Repetimos, no es una dádiva ni magnanimidad del Gobierno ni de ningún dirigente del chavismo la que hoy hace posible que la causa contra Teodoro Petkoff sea sobreseida.
Ha sido la presión nacional e internacional de los demócratas venezolanos y del mundo, así como a la sólida y sostenida defensa de nuestro equipo de abogados durante este largo y absurdo juicio, lo que ha logrado frenar los atropellos contra Teodoro Petkoff. Para todos, amigos en el mundo de la democracia y de las libertades; amigos de Venezuela en esta hora oscura por la que atraviesa, no hay otra palabra para premiar el gran esfuerzo colectivo, sino la de reiterar las gracias de parte de Teodoro Petkoff, un hombre que como Venezuela, no se rinde ni se doblega.