GOLCAR ROJAS –

En el bajo del número 5 de la calle Villanueva, en InCasa, lo recibe a uno un par de maletas de Rayma. Dos valijas en el suelo con caricaturas de motivos españoles al frente.

Con esas dos maletas tropieza el espectador al entrar a ver “Yo inmigrante”, la muestra de la caricaturista venezolana, Rayma Suprani, quien mezcla los colores primarios, característicos de la imagen país de Venezuela, con los motivos españoles como toros, toreros, bailaoras, bata de cola, Dalí y Meninas —sin olvidar un aire a Miró que le confiere la utilización del color—, para armar un emotivo discurso sobre la migración.

Rayma traduce en imágenes, en dibujos caricaturescos, los sentimientos de los venezolanos por el fenómeno de la diáspora, ese éxodo surgido a causa de la revolución chavista que ha cobrado tintes realmente masivos.

Los dibujos de Rayma no nos hablan de nada nuevo. Son 38 caricaturas que narran el sentir de quien se ve obligado a dejar su país por diferentes motivos, pero no por propia decisión; sino porque la situación lo empuja. El sentimiento de quien siente que el país le dio una patada y lo echó.

En las caricaturas de la Suprani está la interrogante de muchos de los que salimos y de muchos de los que se quedan, pues algunos comenzamos a preguntarnos ¿Dónde queda Venezuela? mucho antes de partir, porque sentimos que el país nos abandonó a nosotros, mucho antes de que cruzáramos su frontera.

Sentir que había perdido un país, que tenía los pies en una tierra que ya no era la mía, fue lo que me llevó a llamar no-país a ese terreno que aún permanece al norte del sur de América. Ese “solar” al que cuesta reconocer como patria.

Sí, Rayma nos remueve los sentimientos. Nos pone, con cierta dosis de humor que nos matiza un poco el dolor, el dedo en la llaga. Nos habla de ese país que vamos tropezando a diario, al caminar por calles que no son las nuestras y escuchar un “Marico”, “Arrecho”, “Chama”, “Gocho”, “Chévere”, “Chimbo”, “Sifrino”… Es el habla de Venezuela que recorre calles extranjeras y que se escucha, al pasar, como un Alma llanera.

Los motivos españoles en los dibujos hacen un guiño a la historia, a esa historia de conquistadores que llegaron a América, que no eran otra cosa, en muchos casos, que emigrantes. También a esa historia más reciente de españoles que llegaron huyendo de la guerra, o escapando de la dictadura, como ahora lo hacemos los venezolanos.

La migración no es un fenómeno nuevo. Hoy nos tocó a los venezolanos, les está tocando desde hace tiempo a muchos africanos. Antes les tocó a muchos otros y, probablemente, les seguirá tocando a otros más en un futuro.

Esta permanencia del fenómeno en el tiempo es lo que hace que la exposición de Rayma Suprani sea entendida por cualquiera, de cualquier país que la contemple y que muchos se sientan reflejados en las estampas. Es la imagen de quien emigra, de quien extraña, de quien pierde su arraigo y siente que sus raíces quedaron en el aire. Un sentimiento que se puede experimentar, aún sin necesidad de haber salido de un país.

Exposición “Yo inmigrante” de Rayma Suprani. Incasa Studio. Calle de Villanueva 5. Madrid. Desde el 24 de septiembre hasta el 30 de octubre 2019.

Publicado en golcarrm.wordpress.com

Golcar Rojas, periodista venezolano residente en Madrid, España.

 

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