El continente en su laberinto

Foro Eurolatinoamericano - Bolivia
Primera conversación en el foro: Bolivia. La protesta que culmina. Participan Jaime Paz Zamora, expresidente de Bolivia, y José Andrés Rojo, subdirector de opinión del diario El País.

 

SEBASTIÁN DE LA NUEZ –
Fotos: Cortesía de la Asociación de Periodistas Europeos

El lunes 2 de diciembre hubo grandes frases y pequeñas discrepancias en la jornada que le dedicó Casa de América a Latinoamérica, en nombre de la Asociación de Periodistas Europeos y de la Fundación Gabo. ¿La conclusión? No hubo. En cualquier caso, la gente salió de allí pensando en los tímidos avances de las democracias y en las protestas masivas que claman por una mejor calidad de vida en países donde la gente se niega —al menos, en buena medida— a los impuestos, es decir, a pagar por los servicios públicos.

 

Hubo opiniones sobre las cuales algunos pusieron su más diplomática cara de duda, este lunes, como por ejemplo tras la que lanzó el editor mexicano Juan Antonio Montiel: «No, López Obrador no tiene nada de Chávez, nada en absoluto». Hubo, también, algunos reclamos lanzados al micrófono: «Es increíble, importantes diarios españoles dicen todavía que México es un país suramericano. Más allá de una pésima educación, es de una logística fatal. España tendría que estar viendo cómo se congracia con aquel continente. En ese continente hay 450 millones de personas. Si no fuera por ese continente, España tendría la relevancia de Polonia desde el punto de vista cultural, y como lengua. Siguen viendo a Latinoamérica con mucha condescendencia».

Eso lo dijo otro mexicano residente en Barcelona, Jordi Soler. Quizás el país más nombrado haya sido Venezuela durante toda la jornada, y en segundo lugar, Bolivia, por los recientes acontecimientos. Por cierto, estuvo allí, a primera hora, el expresidente boliviano Jaime Paz Zamora, pero es imposible abarcar todo en esta nota y el lector podrá escucharle en la página de Casa de América, pues todas las conversaciones fueron grabadas en vídeo.

EL DESASTRE Y LA ESPERANZA

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Hugo Coya y Santiago Roncagliolo en la conversación «Perú. La eterna sombra de la corrupción».

No faltaron simpáticos apuntes sobre la idiosincrasia de los pueblos, como el nacionalismo en México (muy diferente al nacionalismo en España), donde aparece como vehículo para expresar el amor a la patria de manera intensa, sin medias tintas. A los tres días de haber llegado al país, alguien le dirá al extranjero pero si tú pareces mexicano. No hay fisuras, para el mexicano la gente que le cae bien tiene que ser, o debería, mexicano. Es un nacionalismo mundial.

Santiago Roncagliolo (periodista) y Hugo Coya, recién destituido de la presidencia del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (circunstancia que le añadió salsa a la conversación), hablaron sobre «La eterna sombra de la corrupción», según ellos mismos, un curioso título. Roncagliolo hizo papel de entrevistador, pero también tuvo derecho a sus propias opiniones. Anotó que, frente a los países en actual conflicto callejero (Colombia, Ecuador, Chile) con los cuales casualmente limita Perú, podría pensarse que ellos, los peruanos, andan un poco retrasados y que quizás la semana próxima les toque, en Lima, un estallido. Eso se lo planteó a Coya. Y Coya dijo que tal vez pero enseguida mostró esperanza y optimismo: es cierto, Perú ha estado en el pasado entre los países más violentos, y sin embargo, en comparación con otros, hoy en día no está inmerso en ninguna algarabía. La corrupción, por ejemplo, se ha ido superando. La injusticia también. Los culpables de la masacre de La Cantuta, al menos los principales, están sometidos a cadena perpetua. En cuanto a la corrupción, la cosa se puso fea desde el año 2000 pero es una rémora histórica: «No es que la corrupción empezó en el 2000, sino desde que Perú era virreinato». Sin embargo, el periodismo de investigación se ha desarrollado, revelando casos que nunca hubiesen salido a la luz pública si no es por los periodistas de esta área, aun a riesgo de su propia vida. Por otra parte, hay una nueva generación de jueces fiscales (tradicionalmente encubrían o se hacían los locos) que ha asumido su rol, enfrentando a las estructuras corruptas. Se hizo un cambio en la legislación, ahora se premia la delación. Es decir, si alguien está acusado y se le va a condenar pero aporta información relevante para que otro de mayor nivel caiga, se le toma en cuenta en su penalización.

Coya ha sido corresponsal y ha escrito en medios de por lo menos siete países del ámbito hispano. En fin, que Perú parece estar saliendo de su anomalía, ahora ya no hay peleas con el poder legislativo sencillamente porque el poder legislativo ha sido eliminado. «Había un congreso que censuraba ministros, fueran justos o no. Vizcarra cerró el Congreso, que además tenía personajes con prontuario policial, no con hoja de vida, incluso tenían asuntos pendientes por la justicia», dijo Coya.

Hay convocatoria a un proceso electoral, el 16 de enero de 2020.

OPTIMISMO DESDE ANDORRA

Sobre las multitudes enardecidas de Chile y otros países, en ocasiones desbocadas en vandalismo callejero, el español Juan Pablo de Laiglesia —secretario de Estado actual para la cooperación con Iberoamérica y el Caribe— dijo, al final de la tarde y para cerrar, que no había que estar creyendo en teorías conspiratorias. Al comenzar a hablar, a quien primero citó fue a Nicolás Maduro por aquello de la brisa bolivariana recorriendo el continente. No, ninguna brisa. Hay un sustrato que lleva ahí bastante tiempo, aunque hasta ahora no se había manifestado tan violentamente; cosas que vienen de hace cuatro o cinco años. Recordó De Laiglesia las rebeldías contra Michelle Bachelet, por citar un ejemplo. ¿Cuáles son esos elementos comunes a todos los países de América Latina? El secretario apeló al informe Latinobarómetro donde se constata que apenas 48% de los latinoamericanos respalda a la democracia. Muchos no contestan o no saben. Otro elemento, según el funcionario, es la deficiente gestión económica y social de los equipos de gobierno, asignaturas pendientes. La gente quiere servicios de calidad, educación de calidad, sanidad, transporte: pero las clases dirigentes han olvidado que estas cosas hay que pagarlas, y eso es a través de las políticas fiscales. Hay una brecha fiscal importante. El mismo ciudadano no está consciente de una ecuación que no admite discusiones: si no hay un régimen fiscal duro, no habrá dinero para servicios. El Latinobarómetro —citó De Laiglesia— asegura que 50% de los latinoamericanos ven que no se justifica pagar impuestos.

Sin embargo, el hombre al final se puso optimista, valoró el espíritu colaborativo y la actitud final en la reunión de Andorra que se dio la semana pasada (la primera de ministros de Asuntos Exteriores de Iberoamérica —en el camino hacia la Cumbre de Andorra 2020— concluyó el 26 de noviembre con la asistencia de todos los países y el fortalecimiento de la Conferencia Iberoamericana, a pesar de las amenazas de algunos, al comienzo, de largarse si llegaba tal o cual personaje. De allí el optimismo.

El continente en su laberinto
Tercera conversación: Venezuela. La salida del laberinto. Intervienen la periodista Michelle Roche y el poeta Carmelo Chillida.

Sobre los venezolanos Carmelo Chillida (poeta) y Michelle Roche (periodista), encargados de hablar a dúo bajo el título «Venezuela: la salida del laberinto», el primero defendió las sanciones contra Venezuela, anotó las sugerentes metáforas mitológicas en torno a la idea del laberinto, descartó con alivio cualquier intervención de fuerza y habló del rol de España dentro de la Unión Europea. ¿Cómo salir democráticamente de un gobierno que no cree ni practica la democracia? Chillida no es optimista al respecto, cualquier intervención de fuerza, foránea, será perversa. Roche, por su parte, hizo un recuento histórico, habló de la variopinta oposición, distinguió etapas. Ambos charlistas comentaron las diferencias entre los conceptos de gobierno izquierdista en Europa y Latinoamérica. No es lo mismo. Roche aconsejó, al respecto, leer el libro Las dos izquierdas, de Teodoro Petkoff. Hablaron de Petkoff como un referente obligado: quien fundara el Movimiento al Socialismo (MAS) abandonó su propio partido cuando la mayoría en la directiva decidió respaldar al golpista Hugo Chávez en 1998. Chillida citó su frase, «los espero en la bajadita». Agregó: «La izquierda democrática nunca apoyó al chavismo, o si alguna fracción la apoyó, se desligó pronto».

AMLO Y SU ORIGINALIDAD

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Juan Antonio Montiel y Jordi Soler en la conversación «México y Centroamérica. Muro sin vergüenza».

Los dos mexicanos citados al principio de esta nota coincidieron en todo. No hay ni ha habido jamás en México una oposición. Cuando había PRI, nada más había PRI. Luego, el PAN no era un partido que atrajera multitudes. Ahora, otra vez no hay oposición; está dentro del partido de Amlo, en todo caso. No hay ningún partido alternativo, ningún liderazgo de nada. Organizaron una marcha para pedir la renuncia de López Obrador, ¿para qué?, se preguntó Montiel. Jordi anunció, sin tapujos, que había votado por Amlo. Al final, en la sección de preguntas del público, alguien les preguntó: «¿Qué tiene López Obrador de Chávez?»

—Nada —contestó Montiel.

Y dio esta explicación:

—Porque la economía está tan enganchada con los Estados Unidos, hasta tal punto, que no nos podemos permitir ni un exabrupto. Y mejor, no queremos exabruptos. Esta refundación que se propone ahora es muy distinta de la que se propuso Chávez, no habrá nueva Constitución, lo que pasa es que México tiene un problema de pobreza absolutamente terrible y cuando hubo mayor corrupción fue con los fondos destinados a paliar esa pobreza, es una cosa tremenda, intolerable. Creo que el proyecto de López Obrador se reduce a la promesa del NO A LA CORRUPCIÓN. Si consigue nada más eso, será un logro; se van a cambiar algunos nombres de las élites pero no se va a cambiar todo ni habrá un gobierno socialista ni absolutamente nada muy radical.

Otro asistente preguntó sobre la decisión de acoger a Evo Morales en su huida desde La Paz. Y contestó, cualquiera de los dos, o contestaron los dos al mismo tiempo, que no es nada extraño, que México tiene una tradición de acogida desde siempre…

—¡Un dictador…! —saltó quien había hecho la pregunta, una mujer boliviana.

—Bueno, supongo que eso se puede discutir —dijo uno de los mexicanos, cualquiera de los dos. O los dos al mismo tiempo.

Sebastián de la Nuez, periodista hispano-venezolano. Residente en Madrid, España.

 

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