El mejor reportero del mundo sigue vivo

ANDREINA MUJICA –

«Un dia más con vida», de Raúl de la Fuente y Demian Nenow, la película que narra el drama de la guerra de Angola en 1975, a través de los ojos del corresponsal polaco Ryszard Kapuscinski, obtuvo el Premio del Público en el Festival de San Sebastián

Aún cuando no suelen ser muy buenas las relaciones entre el cine y el periodismo –incluso hay quienes se extrañan de que esta suerte de matrimonio siga funcionando en tiempos de la posverdad–, el español Raúl de La Fuente conquistó los aplausos de los espectadores y obtuvo a través de Un día más con vida el Premio del Público, del recién terminado Festival de San Sebastián.

El protagonista de este filme, realizado junto con Demian Nenow, no es otro que Ryszard Kapuscinski (considerado uno de los mejores reporteros de guerra contemporáneos), cuya novela el cineasta ganador de un Goya y finalista de los Oscar adaptó con tal credibilidad e imaginación para narrar el drama de la guerra de Angola, ocurrida en 1975. Se trata de una adaptación animada de la novela Un día más con vida, escrita por el periodista y escritor polaco.


ALEGATO CONTRA LAS GUERRAS
Tras licenciarse en Historia y Arte, Ryszard Kapuscinski (Pinsk-Polonia-1932-Varsovia, Polonia 2007) se dedicó al periodismo y entró a trabajar en la agencia de prensa estatal polaca a través de la cual viajó por todo el mundo como corresponsal de guerra, lo que le permitió conocer en primera persona las revoluciones de América, Asia, África y Europa. Al retornar a Polonia, Kapuscinski denunció el colonialismo europeo en África. En su faceta periodística, colaboró con Time, The New York Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung. Desde 1962 compaginó su labor de periodista con la actividad literaria, alternando sus escritos en lenguas inglesa y polacas. Sus obras son hoy lectura obligatoria en las escuelas de periodismo. En 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Un día más con vida describe el drama de la guerra de Angola en 1975 a través de los ojos del periodista, con dirección artística 100% realizada en España, lo que le confiera una cierta mirada que corresponde con la actualidad. Querrámoslo o no, hay un mundo globalizado, una memoria en los pueblos, y las guerras no acaban con el «the end» cinematográfico. Tan sólo la guerra en Siria desató esta crisis de refugiados que fue usada para consolidar el Brexit, y es la muletilla para muchos políticos que pretenden montarse en el poder escalando sobre las penurias de sus pueblos o de los países cercanos.

Todo está como dirían en Un día más con vida en un estado de «confusao», es lo que buscan, sin importar que las consecuencias políticas y económicas se harán sentir en el seno de las sociedades. Por más que quieran encerrarse, proponer muros del material que prefieran, exigir pasaporte o poner límites para los emigrantes, la verdad es que no existe paz ni prosperidad sin una mayor cooperación de los gobiernos democráticos en los asuntos mundiales. Eso se llama globalización, y hacerse a un lado es sentarse a esperar «cuando el destino nos alcance», cosa que de forma irreductible siempre llega.

Un dia más con vida es la excelente adaptación animada de la novela de Kapuscinski, en 60 minutos de animación en 3D, una novela gráfica y 20 minutos de documental, donde queda retratada un trozo de la historia de Angola (1975), valiéndose de testimonios de sobrevivientes, pero sobre todo que le dan vida al gran periodista que fue «Ricardo», como le conocían en Angola. En la película se logra el objetivo de no dejar morir sin rostro, sin identidad, sin memoria a las víctimas de los conflictos bélicos.

Con un ritmo que galopa entre el comic y testimonios reales, el relato de Raúl de la Fuente pone al espectador a reflexionar sobre la guerra y sus conspiraciones, así como la entrega con honestidad y la tristeza de reconocerrnos víctimas de los vampiros del poder, sea Siria, Nicaragua o Venezuela, en forma de terrorismo, narco o socialismo, todos enlodando la palabra libertad, bajo la mirada indiferente de muchos, y la indolencia burocrática de los organismos internacionales.

Andreina Mujica, periodista y fotógrafa venezolana. Reside en París, Francia.

 

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