FERNANDO FUENTES
En entrevista con La Tercera, de Chile, Laureano Márquez afirma desde Santiago que Venezuela “vive una tragedia de dimensiones catastróficas”. “Es imposible salir de este atolladero sin un cambio de gobierno”, asegura

 

Aunque estudió Ciencias Políticas, lo suyo es definitivamente el humor. Su paso por la Universidad Central de Venezuela, no obstante, influyó en su obra, ya que siempre se ha centrado en la crítica política. Y como opositor declarado, sus dardos apuntan hoy filosos contra el régimen del Presidente Nicolás Maduro.

Tras recientes presentaciones en EEUU, el humorista Laureano Márquez se presentará este lunes 26 en el Teatro de la Universidad de Chile, con un monólogo donde desmenuza la actual situación en su país. En esta entrevista con La Tercera, Márquez entrega parte de esa visión.

—¿Cómo llega un cientista político a convertirse en humorista? ¿Los niveles de “surrealismo” que usted ha dicho se viven hoy en Venezuela son un insumo clave para sus shows?
—La política es siempre una fuente de humor, por las consecuencias que su ejercicio produce sobre el ser humano, en muchos casos arbitrario y autoritario. El humor es siempre una prevención en contra del autoritarismo. En mi caso, las habilidades innatas para el humor y mi interés por la política se encontraron y el humor se puso al servicio de la política para reivindicarla como tarea noble. Este contacto entre humor y política se produce además en el contexto de un país latinoamericano, que nuestra es la tierra del realismo mágico, de tantos absurdos e insensateces. Como si lo anterior fuera poco en la Venezuela de Chávez y Maduro, la peor y más trágica estafa política en la historia de nuestra nación.

—En su monólogo usted señala que hace una “introspección retrospectiva” de la situación de la Venezuela de hoy. ¿A qué balance llega sobre el estado actual de su país? ¿El fin a la crisis pasa necesariamente por la salida de Maduro del poder?
—El balance es que Venezuela vive una tragedia de dimensiones catastróficas. El país está siendo destruido progresivamente y sistemáticamente. Todo intento de solución pasa necesariamente por la salida de Maduro de la presidencia. Es imposible salir de este atolladero sin un cambio de gobierno. Venezuela está secuestrada, si no recobra su libertad no puede avanzar. El secuestrador de la institucionalidad está en el poder.

—Sobre las próximas elecciones presidenciales, usted escribió que “no acababa de entender por qué nos conviene tanto votar”. ¿Hacerlo, a su juicio, significa legitimar al régimen de Maduro? ¿Duda de la transparencia de estas elecciones?
—Absolutamente. La trampa en el sistema electoral venezolano es realmente grotesca, denunciada incluso por las empresas informáticas que trabajan para el organismo electoral. Maduro da -públicamente- órdenes a los rectores del CNE. Las auditorías, las observaciones no son aceptadas por el gobierno. En fin la lista de irregularidades es muy larga. Maduro no tiene límite alguno legal, moral ni institucional que no esté dispuesto a saltarse. Tiene una Asamblea Constituyente seleccionada por él, a su servicio. Salvo una rebelión dentro de su propia gente, nada frena sus aspiraciones. Para Maduro las elecciones son solo un trámite, una pantomima para revestir su dictadura de un barniz de democracia que no existe. En las condiciones actuales con candidatos y partidos inhabilitados, sin garantías de ningún tipo, votar es hacerle el juego al régimen. Si lo anterior no es suficiente, baste entonces citar las declaraciones de la presidenta de la Asamblea Constituyente quien acaba de afirmar que “nunca entregarán el poder”.

—Los principales partidos de la oposición se han marginado de las presidenciales del 20 de mayo. ¿Comparte esa decisión? ¿Qué carta le queda por jugar a la MUD? ¿La oposición ha hecho lo suficiente?
—La oposición ha hecho lo que ha podido. Parte de ella está inhabilitada, intentó un proceso de diálogo que terminó en nada. Mientras se discutían en República Dominicana las condiciones electorales el régimen convocó elecciones fuera del cronograma electoral, es decir, transformó el diálogo en una burla para sacar ventaja. Participar así con un régimen que no conoce límites de legalidad es un suicidio. Claro que más grave aún es la división, que es la principal crítica que yo haría a la oposición. El peor escenario no es la abstención, sino que la mitad se abstenga y la otra mitad no. Eso es justamente lo que el gobierno procuraba y lo logró: una oposición dividida. Por otro lado, se requiere algo distinto a la abstención, puesto que ésta es una acción silente y pasiva. Se necesita expresión activa y contundente de la rebelión civil.

—En una carta dirigida a José Luis Rodríguez Zapatero, usted le prepuso visitar a Venezuela como “incógnito” para que observe cómo está la situación en estos momentos en el país. ¿Qué evaluación hace usted del rol jugado por el ex gobernante español en el fallido proceso de diálogo entre Maduro y la oposición?
—Rodríguez Zapatero no ha sido un facilitador imparcial para el diálogo. Ha sido un “mediador” con notorio desequilibrio a favor del régimen. Por ejemplo: pidió a la oposición que firmara el acuerdo propuesto por el gobierno. ¿Por qué no el propuesto por la oposición? ¿O ninguno de los dos?, sino uno nuevo y distinto. Hace poco en Madrid participó en un acto en apoyo a Evo Morales, declarado aliado de Maduro. Es evidente su parcialidad.

—Usted ha escrito que “el mayor daño (hecho por el régimen) ha sido hecho en nuestros corazones, que se han vuelto incrédulos, desconfiados; que solo ven maldad y traición por todas partes”. ¿Cree que este cambio que usted percibe en la sociedad venezolana puede revertirse? ¿Es optimista del futuro de su país?
—Estoy seguro que se revertirá. El pueblo venezolano es mayoritariamente noble y bondadoso. Solo se requiere abrir espacios para que la civilidad se exprese. El hombre nuevo del que habla el chavismo es el hombre corrupto, ignorante y arbitrario. Los venezolanos anhelamos espacios para que se exprese el hombre honesto, inteligente y demócrata. Venezuela saldrá de este abismo y se reconstruirá. Tiene demasiada gente inteligente y preparada para ello por el mundo entero.

—Chile ocupa el tercer lugar entre los países donde migran los venezolanos. ¿Cuánto lo afecta en lo personal el masivo fenómeno de emigración que hoy vive su país? ¿Sus shows en el extranjero buscan dar algo de alegría a esos grupos de venezolanos esparcidos por el mundo?
—Así es. Siento el humor como un compromiso se esperanza con la gente, de llevarles reflexiones y compromiso con un país que se debe reconstruir. Eso lo hago tanto dentro como fuera. La emigración que estamos viendo es dolorosísima: gente que se va en las condiciones más duras y difíciles. Uno como artista lo percibe, en las calles te encuentras a los paisanos y conoces sus historias. Nos afecta mucho nos hemos vuelto un país de despedidas y ausencias. Muy duro.

Publicado en http://www.latercera.com

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.